Grifols, Gotham: nadie es inocente en la ciudad del crímen

La multinacional Grifols se ha hundido en bolsa tras un informe de la consultora Gotham City en la que se le acusa de manipular sus cuentas. Independientemente de la veracidad de las acusaciones... ¿que interés mueve a la auditora norteamericana?

Gotham City Reserach -un nombre inspirado en la ficticia ciudad de Batman, una urbe oscura y llena de crímen y corrupción- es una firma estadounidense de análisis. Sus informes buscan señalar empresas cotizadas en Bolsa que supone que están, de manera oculta para los inversores, al borde del abismo. O a menos esa es la idea que crea con sus dosieres. Con ello hunde sus acciones y precipita la caída. Por el camino gana dinero como «fondo de cobertura», en las operaciones de compra venta de acciones que se desatan cuando cunde el pánico.

Su última diana ha sido la compañía, hoy domiciliada en Irlanda, pero fundada en Cataluña, Grifols.

El martes 9 de enero Gotham C.R. publicaba un informe acusando a Grifols de ocultar su situación real. Un grave endeudamiento y negocios cruzados con otro grupo, el holding de empresas Scranton, que utilizan miembros de la familia Grifols para sus inversiones.

La cotización de sus acciones en Bolsa cayó en picado un 37%. A comienzos de semana la compañía estaba valorada en 6.068 millones de euros. El viernes solo valía 3.781 millones. Por el camino alguien había contribuído al pánico reforzando el ataque en palabras del informe con el hecho de sacar a la venta casi tres millones de acciones de la empresa farmacéutica.

La empresa atacada sigue a flote pero seriamente tocada. Con su enorme endeudamiento de 9,500 millones de euros los bancos acreedores guardan silencio.

Sin estado, mal camino

Grifols es un gigante mundial. Especializada en plasma y derivados de la sangre, ocupa el tercer puesto mundial en su sector y el primero en generación de plasma.

Víctor Grífols propuso pagar, como en EE.UU, para quedarse las donaciones de plasma en España presentándolo como via de ingresos extra a personas que lo necesiten. Sin escrúpulos.

La propia familia dueña de la empresa filtró en 2006 que el Gobierno norteamericano la contaba entre sus intereses estrratégicos en España (al nivel de sus bases militares).

Usó esa información para revalorizarse en su salida a Bolsa. Y cuatro años después se lanzó a comprar la estadounidense Talecris, en aquel momento una compañía más grande (Grifols facturaba 913 millones de euros y Talecris unos 1.533 millones de euros), para lo que se endeudó con la banca.

Víctor Grífols propuso pagar, como en EE.UU, para quedarse las donaciones de plasma en España presentándolo como via de ingresos extra a personas que lo necesiten. Sin escrúpulos

En 2014 su dueño Víctor Grifols animaba al entonces presidente de la Generalitat, Artur Mas, a no echarse atrás y a actuar con «firmeza y determinación» sobre la consulta soberanista. Mientras estaba preparando el traslado, que haría unos meses después a Irlanda, de su tesorería a nivel global y su división Bioscience (biociencia), la relacionada con los medicamentos derivados del plasma, que les genera el 75 % de la facturación total del grupo.

Animaba al Govern de la Generalitat a la aventura mientras ponía a buen recaudo su capital, y se aseguraba pagar menos impuestos en Cataluña y en España. Ya conocen la tradición de este sector de clase: el discurso en Barcelona pero el dinero en Andorra… o más lejos.

En este sueño de jugar a ser el monopolio Mundial sin ser completamente estadounidense, (un fondo de ese país es el principal socio accionista) renegando de España y con el negocio afincado oportunistamente en otra nación, se ha quedado digamos «sin Estado que lo defienda». Y así corres el serio riesgo de acabar devorado por otros gigantes claramente respaldados por poderosos estados nacionales, por sus leyes, y sus intrumentos de intervención…

El primer bocado se lo ha dado ya la citada firma de análisis y financiera Gotham City Reserach. Hasta la fecha 12 grandes compañías han sido blanco de este fondo norteamericano. Solo tres consiguieron salir finalmente indemnes. Veremos.

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Especular en corto: Mejor que el timo de la estampita.

Un inversor financiero puede especular y ganar si baja la compañía de la que vende y compra acciones. El inversor alquila supongamos un millón de acciones a su propietario y se compromete abonarle 100.000 euros en efectivo por el alquiler, además de retornarle la totalidad de las acciones al cabo de, por ejemplo, dos semanas.

En el momento inicial las acciones de esa empresa valen 10€. Así que el inversor arrendatario vende el millón de acciones alquiladas a 10€ y obtiene 10 millones de euros. Acto seguido el valor de la compañia cae, quizás por un informe publicado en el momento adecuado y que devalúa la empresa. Las acciones pasan a valer solo 5€. Justo en ese momento el inversor recompra el millón de acciones que había vendido por diez millones, esta vez solo gastándose 5 millones para recuperarlas, y se las entrega cerrando el trato a su propietario original junto con los 100.000 euros convenidos de alquiler. Se queda 4.900.000 euros de ganancia.

Un negocio redondo. En el caso que nos ocupa la operación generó 11 millones de euros en 24 horas como ganancias para Gotham City Reserach y otros.