Hay una mayoría social, que en los tres últimos años se expresa en las elecciones y en la calle, enfrentada a los proyectos de saqueo a la inmensa mayoría de la población, a la degradación política y a los ataques a la unidad. Una mayoría social que demanda otras políticas y otro gobierno para una salida de la crisis que redistribuya la riqueza y llegue a los salarios y pensiones y ponga fin a los recortes. Una mayoría social que exige además la regeneración democrática y la defensa de la unidad frente a la fragmentación, y una España de paz.
Tres batallas sociales y una cuarta por un gobierno de progreso marcan la vida política del país
La lucha por las pensiones
La pérdida acumulada del poder adquisitivo de los pensionistas con la aplicación del 0,25%, la liquidación de la “hucha de las pensiones” -el fondo de garantía de la Seguridad Social de las pensiones públicas- y la ofensiva por la privatización, total o en parte, del sistema público de pensiones lanzada en los últimos meses por los organismos internacionales, FMI, UE y OCDE, pero también desde el Banco de España, el IBEX 35 y el gobierno del PP, recomendando planes privados a los pensionistas del futuro si quieren tener unas pensiones más allá de la supervivencia, ha levantado un movimiento general de rechazo, con movilizaciones masivas en toda España.
La defensa de la paz
La España bajo el gobierno de Rajoy ha participado en el bombardeo de Siria, desde la base americana de Rota y la base aérea de Zaragoza.
La batalla por la defensa de la paz y la independencia nacional se va a ir colocando en primer plano a medida que avance la integración cada vez mayor en los planes militares de EEUU y aumenten tanto los gastos militares como la presencia española en misiones de guerra norteamericanas, tal y como ha puesto de manifiesto la implicación directa de nuestro país en el bombardeo de Siria.
La defensa de la unidad del pueblo trabajador de las nacionalidades y regiones de España
Unidad imprescindible frente a las élites reaccionarias de la fragmentación, los Pujol, Mas y Puigdemont, para hacer frente a los enemigos comunes, los gestores de Washington y Berlín, la banca y los monopolios, que han impuesto los recortes tanto en Barcelona como en Madrid.
Unidad necesaria contra quienes nos quieren enganchados al carro de los intereses norteamericanos y de la OTAN en el mundo, como vienen pregonando los cabecillas de la “independencia” de Cataluña, que solo la conciben como un peón entregado a los intereses de EEUU y la OTAN.
En las próximas semanas se decide si se inviste a un candidato independentista no encarcelado ni huido o se convocan elecciones. Pero lo que está claro es que ninguna de estas dos opciones, ni la actuación judicial del Estado va a cerrar la batalla a corto plazo.
La lucha por la unidad del pueblo trabajador será aún larga y exigirá un intenso trabajo para unir el máximo de fuerzas y aislar a los líderes de la fragmentación.
De las tres batallas sociales abiertas, la de las pensiones es en estos momentos la principal
Por lo que está en juego; las pensiones presentes y futuras. Porque está movilizando al conjunto de la sociedad. Y porque se puede ganar.
Las pensiones son el punto más débil del proyecto de los grandes fondos privados y la oligarquía española, en su intento por hacerse con el control de los más de 100.000 millones de euros anuales de las pensiones públicas. Uno de los puntos, si no el que más, de mayor rechazo y por lo tanto que puede unir a la mayoría de los ciudadanos.
Pero si esta batalla se puede ganar es porque, a diferencia de lo que ocurre con otras, hay una alternativa, el blindaje constitucional de las pensiones, que se abre camino no solo entre las fuerzas políticas y sociales y los medios de comunicación, sino entre cada vez más sectores de la población. Y existe una plataforma unitaria, la MERP (Mesa Estatal por el Blindaje de las Pensiones), integrada por más de 250 organizaciones y apoyada por miles de profesionales e intelectuales de todos los campos del arte, la cultura o la ciencia y activistas sindicales, sociales y políticos.
El movimiento impulsado por la MERP ha roto el silencio y la exigencia de que las pensiones se blinden en la Constitución se extiende hasta los más alejados rincones del país. ¡Sí se puede! ganar esta batalla, blindando las pensiones en la Constitución como un derecho fundamental.
Pero es la batalla por la unidad la que está en la base de todo. Sin unidad no tendremos la fuerza necesaria para hacer frente a los enemigos. Lo decimos siempre pero es necesario recordarlo siempre; divide y vencerás. ¿Por qué es grave lo ocurrido en la manifestación de Barcelona donde han participado los sindicatos con los independentistas? Porque rompe la unidad y divide a la clase obrera y al pueblo trabajador.
Un gobierno de progreso
Es la cuarta batalla que recorre el país de parte a parte de España. Desde 2015 hay una mayoría social de progreso y por la unidad, que concentra sus votos en PSOE, Unidos Podemos y Ciudadanos y otras fuerzas políticas como Compromís en la Comunidad Valenciana y fuerzas extraparlamentarias como PACMA o Recortes Cero, y que vota por el cambio de políticas, pero también de gobierno.
Una y otra vez la posibilidad de formar un gobierno alternativo al PP aparece en las elecciones generales, en Murcia, ahora en Madrid o en cientos de ayuntamientos de cambio. Son posibles por mayoría de votos y por número de diputados o concejales. Solo depende de la voluntad política que se formen.
Anteponer cálculos electorales e intereses puramente partidistas a la formación de gobiernos de progreso y regeneración democrática traiciona la voluntad de cambio de los electores.