Pedro Sánchez ha afirmado que el plan presentado por el gobierno “va a servir para proteger a los sectores y ciudadanos más afectados y repartir de forma justa los efectos de la guerra”.
¿Es el plan presentado por el gobierno el que el país y el pueblo necesitamos?
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Hay que apoyar el conjunto de medidas que benefician a la población. Desde las ayudas a los sectores más vulnerables -aumento del Ingreso Mínimo Vital o del bono social eléctrico- a la protección del empleo, endureciendo las condiciones del despido o los límites que impidan subidas abusivas de los alquileres.
Y son especialmente positivas las medidas planteadas para reducir el precio de la luz y los combustibles.
Se ha conseguido algo que algunos decían que era imposible: el plácet de la UE para imponer un tope al precio de la luz.
Pero todas estas medidas serán temporales -solo para tres meses- y como mucho paliativas. No podrán contener el empobrecimiento general si no se aplica una política real de redistribución de la riqueza.
El gobierno -o sea todos nosotros, a través de los impuestos- se hará cargo de un 75% de la reducción del precio de los combustibles, y las petroleras de un 25%. ¿Por qué sólo de un 25%? Ellos, los grandes monopolios, acumulan enormes beneficios gracias a los disparatados precios de la gasolina.
Los bancos y monopolios del Ibex-35 obtuvieron el pasado año beneficios por valor de 58.543 millones de euros. No solo se recuperaron de las pérdidas de la pandemia, sino que obtuvieron un récord de ganancias. Ellos son quienes han de pagar la salida a la crisis.
Se está rebajando ya el bienestar de importantes sectores de la población. Algunos se han empobrecido, otros están literalmente “con el agua al cuello”. Si no se da una respuesta progresista contundente, otros con turbios intereses se aprovecharán. Ya estamos comprobando como la ultraderecha quiere capitalizar el malestar de algunos sectores. La única manera de impedirlo es impulsando una política de redistribución de la riqueza.
El atraco de la inflación
Febrero se cerró con una inflación interanual del 7,6%. En marzo se anuncia que puede llegar al 9%. Y se anticipa que en abril y mayo superará los dos dígitos.
La última vez que la inflación alcanzó en España el 9% fue en 1986… hace casi 40 años.
La inflación es el impuesto más injusto y uno de los más feroces mecanismos que empobrecen a la población.
¿A cuánto asciende el atraco?
A través del aumento de los precios, los españoles perderemos este año 15.200 millones de euros de poder adquisitivo. Es como si a cada familia nos quitarán 800 euros.
Afecta al conjunto del país, pero mucho más a los sectores más vulnerables: las rentas más bajas verán reducido su poder adquisitivo cuatro veces más que la media general.
Se habla de la necesidad de un “pacto de rentas” para impedir un aumento galopante de la inflación. Y se pone como modelo los Pactos de la Moncloa firmados en 1977. Entonces, lo que se hizo fue congelar o reducir los salarios, abaratar el despido y aumentar la temporalidad. No puede volver a suceder lo mismo.
La gran patronal pretende limitar los aumentos salariales al 3% -tres veces menos que la inflación prevista para marzo-. Los sindicatos exigen un acuerdo donde al cabo de tres años se garantice que los trabajadores no perdemos poder adquisitivo.
La inflación no puede ser una vía para cargar sobre las espaldas de los trabajadores el coste de la crisis.