Con una inflación desbocada por encima del 10% que hunde, o cuanto menos recorta significativamente, el poder adquisitivo de las clases populares y trabajadoras. Y unos bancos centrales dispuestos a que el BCE suba los tipos de interés “hasta donde sea preciso” aún a riesgo de provocar “dolor a las familias” y frenar el crecimiento.
La subida desbocada de los precios y de las hipotecas adelantan un otoño-invierno caliente y avisan que el futuro del gobierno está en el aire si sus medidas no logran embridar la inflación, rebajándola significativamente, cuando lleguen las elecciones generales a finales de 2023.
Hasta junio las familias habían perdido de media más de 4.150 euros de poder adquisitivo respecto al que tenían antes del Covid, según un informe del servicio de estudios del BBVA. Y las hipotecas otros 1.400 euros más al año por la escalada del euríbor que acabó agosto en el 1,750%, la tasa más alta de los últimos diez años, por la subida de los tipos de interés por el BCE.
Estos ajustes ya calan en la calle donde la inmensa mayoría de la población siente cómo se ajusta su nivel de vida porque paga más por todo: por la factura de la luz y el gas, la comida, los carburantes, la hipoteca…, pero también por el colegio de los niños y los servicios.
La brecha entre la inflación y los salarios se agranda, éstos ceden cada vez más terreno ante el coste de la vida. Frente a un IPC del 8,4% en agosto, la subida salarial media por convenio ha sido del 2,5%, los salarios de convenio han perdido casi 6 puntos de poder adquisitivo. Pero millones de trabajadores que o no tienen o no han renovado su convenio están perdiendo más de un 10% de su poder adquisitivo. Según un estudio del portal de empleo Info.Jobs “7 de cada 10 trabajadores recortan sus gastos en productos básicos”.
En el campo las asociaciones denuncian las escandalosas diferencias de precio agravadas por la inflación entre lo que reciben los productores agrícolas y ganaderos y lo que pagan los consumidores. En este sector dos noticias del verano evidencian las dramáticas consecuencias para agricultores y ganaderos. La fruta, como las sandías, cuesta en el súper un 611% más de lo que cobra el agricultor. La inflación condena al matadero a las vacan que dan menos leche; tienen que venderlas para carne para ahorrarse el coste de mantenerlas.
Una inflación de beneficios
La inflación es un impuesto directo contra las clases populares. Un trasvase de salarios y rentas a los beneficios de monopolios, bancos y cadenas de grandes empresas. El empobrecimiento de aquellos engordan los beneficios de éstos, aumentado las desigualdades y profundizando el abismo social.
En los primeros seis meses del año los millonarios beneficios de bancos y energéticas y los monopolios del Ibex-35 chocan con la situación de las familias.
Las tres grandes eléctricas, Iberdrola, Endesa y Naturgy, disparan su beneficio un 24% hasta los 3.548 millones de euros netos. Repsol ha duplicado sus beneficios hasta 2.539 millones. Los cinco grandes bancos han tenido unos beneficios de 10.300 millones, similares a los del año anterior. Y de conjunto las grandes empresas del Ibex-35 obtuvieron casi 27.500 millones, un 7,38% más que en 2021.
La inflación es un impuesto directo contra las clases populares.
Las batallas del próximo curso
- La lucha contra la inflación concentra el principal reto de este curso político en torno al que se va a librar la principal batalla de los próximos meses y probablemente hasta bien entrado el próximo año.
Esta crisis no puede seguir cargándose sobre el bolsillo de los mismos que sufrimos las crisis anteriores.
Las medidas del gobierno ayudan a mucha gente, pero apenas se notan en el bolsillo, la inflación las supera. Hay que profundizar las medidas que redistribuyan la riqueza, para recortar los márgenes de ganancia de bancos y monopolios, limitar los precios para bajar drásticamente la inflación y garantizar el poder adquisitivo subiendo salarios, pensiones y precios justos en el campo. ¡Frente a la recesión Redistribución!
Hay tres batallas más que también van a jugar un papel decisivo en el próximo curso.
- La batalla de las pensiones. Que va a desarrollar la segunda parte de la reforma de las pensiones, especialmente en torno a la ampliación de los años para calcular la cuantía de las pensiones futuras. Y que va a estar marcada por las exigencias de Bruselas para recibir otros 12.000 millones de euros pendientes del Plan de Recuperación Europeo.
- La negociación de los Presupuestos Generales para 2023, con la reforma fiscal como uno de sus ejes principales.
- Y la aplicación de los compromisos con EEUU y la OTAN acordados en la Cumbre de Madrid, centrados en la incorporación de dos destructores y más militares americanos en la base de Rota; y el aumento de los gastos militares en más de 12.000 millones de euros.