La manifestación por la independencia de Cataluña en Bruselas sólo convoca a 3.000 personas

Fracaso subvencionado

«Deu mil a Brusel.les» (Diez mil a Bruselas), era el nombre de la manifestación para exigir, ante el parlamento europeo, la independencia de Cataluña. Pero los 10.000 apenas se quedaron en 2.900. Un sonoro fracaso de los intentos por mantener abierto el foco disgregador catalán. Y un fracaso que nos cuesta muy caro a los catalanes, atendiendo a la miriada de subvenciones que Montilla y Carod Rovira conceden a las organizaciones independentistas que promovieron a la marcha.

"2006, Montenegro; 2008, Kosovo… y muy, muy ronto, Cataluña y Flandes". Esta consigna, coreada desde un megáfono desde el camión que abría la manifestación, resume el delirio soberanista.Si las referencias en el camino hacia la independencia son las ex repúblicas yugoslavas, desgajadas tras un cruento genocidio étnico, transformadas en protectorados económicos de Berlín -como Montenegro- o en gigantescas bases militares norteamericanas -como Kosovo-, y dirigidas por una clase política independentista que -como en Kosovo- está trufada de traficantes de drogas y órganos o ex terroristas genocidas, no parece el mejor horizonte para el desarrollo de Cataluña.Por eso, el llamamiento a manifestarse en Bruselas por la independencia de Cataluña, no ha conseguido arrastrar más que a un pequeño grupo de incondicionales. La iniciativa, que pretendía juntar a 10.000 personas, ha debido contentarse con sólo 2.900.Y eso, gracias a los muchos recursos movilizados. La idea, extendida interesadamente, de que se trata de una "iniciativa espontánea de la sociedad civil", nucleada en torno a un blog personal de un biólogo, no puede ser más falsa.La red de poder social del nacionalismo excluyente ha respaldado la manifestación. Detrás estaban CiU y ERC, pero también la Plataforma pel Dret a Decidir -escuadrón de choque de la campaña insolidaria para exigir una nueva financiación autonómica-, el Centre de Estudis Soberanistas -think thank de los sectores soberanistas de Convergencia y Unió-, la Plataforma pro seleccions catalanes -creada para utilizar el deporte como altavoz de la disgregación-…Todo un entramado generosamente financiado por multimillonarias subvenciones otorgadas por la Generalitat. Por eso existen y pueden mantenerse, y no por el ínfimo arraigo social en Cataluña de sus deliririos independentistas.Todo ese ingente dinero y contactos políticos se movilizaron para respaldar la manifestación independentista. Se fletaron autobuses gratuitos, se trajo a cientos de funcionarios de la Generalitat o a dirigentes de las organizaciones juveniles de ERC… Y a pesar de todo, sólo juntaron a 2.900 personas.¿Cuánto tiempo más van a seguir financiando Montilla y Carod Rovira, con nuestro dinero, estos delirios soberanistas que sólo respaldan un ínfimo porcentaje de catalanes, mientras miles de parados no cobran ninguna prestación?