Como en una buena novela de detectives, al criminal lo delata su ansiedad. Sólo que en este caso no se trata de ficción. Sino de personas de carne y hueso y criminales a gran escala que ya ni se molestan en ocultarlo.
En uno de sus últimos informes, el FMI se viste el traje de doctor Mengele para decir abiertamente que el aumento en la esperanza de vida es bueno para las personas, “pero malo financieramente”. Para sus mentes criminales, el “riesgo de longevidad” es decir, que la gente viva más de lo esperado “puede ser muy peligroso” para los Estados, las grandes empresas, las compañías de seguros y los fondos de inversión.Incluso se han atrevido a ponerle números. En su informe afirman que si en 2050 la esperanza de vida aumentara tres años más de lo que hoy está previsto, los costes “que ya son enormes”, aumentarían todavía en “docenas de billones de dólares”.De momento, los hombre de Washington se conforman con pedir mayores recortes de las pensiones públicas y un nuevo alargamiento de la edad de jubilación. Reclamando, cómo no, que se contraten más fondos privados de pensiones. No sólo quieren quedarse con el botín de las pensiones públicas, sino que les estemos pagando hasta el lecho de muerte.Y aunque no se han atrevido a poner negro sobre blanco, como epitafio, lo que realmente piensan, no hace falta ser adivino para descifrarlo: «si usted no tiene dinero para un fondo privado, por el bien de la economía piense si no seria mejor acabar antes con su vida. Nosotros nos podemos encargar de ello».