«Espanya contra Catalunya». Así, sin matices, se titula el simposio histórico que hoy se inaugura en Barcelona, organizado por el Institut d´Estudis Catalans, una entidad dependiente de la Generalitat. Arrancan en 1714, con la capitulación de Barcelona ante las tropas borbónicas, para presentar los últimos tres siglos de historia movidos por un conflicto endémico e irresoluble entre España y Cataluña. Diversos historiadores, entre ellos muchos catalanes, han criticado la tergiversación del pasado que supone este interesado enfoque. Todos los partidos catalanes, excepto CiU, han considerado desafortunado el descarado sesgo partidista del simposio. La historia es una poderosa arma. Todas las falsificaciones de nuestro pasado buscan justificar el presente. Y esta no es una excepción. Al interpretar los últimos tres siglos como una «lista de agravios» permanente desde España hacia Cataluña se busca ocultar las auténticas razones y los verdaderos responsables que hoy están expoliando y sojuzgando al pueblo catalán.
El portavoz de la Generalitat, Francesc Homs, ha “denunciado” que quienes critican el simposio “Espanya contra Catalunya”, participan de una campaña “que tiene como objetivo político la liquidación de Cataluña desde una óptica imperialista”.
No es verdad. El catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad Autónoma de Barcelona, Borja de Riquer, cercano a los círculos nacionalistas moderados, ha descalificado el título del cónclave, afirmando que “me parece erróneo, simplemente equívoco y poco prudente”. Y el Círculo de Cultura –una entidad fundada por el hoy conceller de Cultura, Ferran Mascarell- ha criticado duramente un simposio que han calificado de “propagandístico” y con un título que les ha sorprendido “desagradablemente”. «Presentar la historia de los últimos tres siglos como “un conflicto endémico entre España y Cataluña” esconde a los auténticos responsables de nuestros males»
La polémica de un simposio que siembra la cizaña entre Cataluña y el resto de España ha sido de tal magnitud, que todos los partidos catalanes se han desmarcado, dejando solo al gobierno de CiU como único apoyo.
No estamos ante un simposio histórico más, sino ante una operación propagandística que pretende justiciar la política reaccionaria, insolidaria e independentista del actual gobierno de Artur Mas.
Está organizado por Jaume Sobrequés, director del Centro de Historia Contemporánea, exdiputado socialista ya desvinculado de este partido y que ha abrazado el nacionalismo más excluyente.
Las ponencias tienen títulos tan llamativos como La apoteosis del expolio: siglo XXI, que será dictada por Núria Bosch, catedrática de Economía Pública de la Universidad de Barcelona y exasesora del Gobierno tripartito. Joaquim Nadal, exconsejero socialista con José Montilla, y catedrático de Historia, pronunciará la conferencia El catastro: el arranque del expolio económico: siglo XVIII. Y clausurará las jornadas Salvador Cardús, catedrático de Ciencia Política de la Autónoma, con la conferencia “La humillación como desencadenante de la eclosión independentista”.
Nos quieren hacer creer que “300 años de dominio español sobre Cataluña” justifican la actual oleada independentista. O que el “expolio” de “España” hacia “Cataluña” desde hace tres siglos obliga a los actuales recortes.
Todo un despropósito que hunde sus raíces en la descarada falsificación de nuestro pasado.
Se nos presenta la Guerra de Sucesión, que culminó con la capitulación de Barcelona ante las tropas borbónicas, como “el inicio de la represión española contra Cataluña”.
Se olvidan mencionar que Felipe V no era un rey español, sino francés. Tal y como afirma el historiador catalán José Álvarez Junco, “lo que hubo entonces eran guerras internacionales y de dinastías entre los Borbones y los Hasburgo, que tenían el apoyo de Inglaterra. Y eso no tiene nada que ver absolutamente con los catalanes”.
Con la Guerra de Sucesión, España –antes un imperio- se convierte en territorio de disputa entre las grandes potencias del momento. Nuestro país acabará convertido en un virreinato francés. E Inglaterra nos arrancará Gibraltar. Los catalanes pagarán un alto precio, perdiendo sus antiguos privilegios y libertades. Pero también el resto de los españoles, sometidos durante todo el siglo XVIII al yugo de París.
¿Qué tiene esto que ver con “un conflicto entre España y Cataluña”? Lo que ha existido desde entonces es una batalla entre todos los españoles –entre ellos los catalanes, junto a madrileños, murcianos, andaluces…- por liberarse del dominio y la tutela de las potencias extranjeras.
Ellas –Francia e Inglaterra primero, más tarde Alemania o EEUU- son las que, de verdad, nos han “oprimido” y “expoliado” a todos los españoles, sin distinción.
Presentar la historia de los últimos tres siglos como “un conflicto endémico entre España y Cataluña” esconde a los auténticos responsables de nuestros males.
Ahora mismo, sufrimos un gobierno catalán, encabezado por Artur Mas, que pretende “independizarse” de España, pero que se pliega vergonzosamente a todos los dictados de Merkel y el FMI, imponiendo a los catalanes recorte tras recorte.
Lo mismo sucede con el gobierno de Rajoy. Y antes con el de Zapatero.
¿Conflicto entre España y Cataluña? ¿O conflicto entre los intereses de todos los españoles y el dominio del FMI y Merkel?
Este no es un problema que se solucione con la prohibición del simposio “España contra Cataluña” que reclama el PP. Entre otras cosas, porque Rajoy acepta para toda España la sumisión a Washington y Berlín que Artur Mas también practica en Cataluña.
Lo que debemos hacer es rearmarnos, recuperando una auténtica “memoria histórica”, que desvele la intervención imperialista sobre España para dominarnos y expoliarnos. Y que, desde 1.640 –cuando Francia empujó a la secesión a Cataluña, para luego robarle un tercio de su territorio- ha utilizado la división y el enfrentamiento para sojuzgarnos mejor.
Por eso ofrecemos a nuestros lectores los materiales de la Escuela de historia de España dedicada a “El problema de las nacionalidades a la luz de la intervención imperialista”. Esperando que ofrezca conocimiento y luz sobre nuestra historia, tan manipulada por unos y por otros.