La decisión del gobierno de aprobar por Decreto Ley la reforma del modelo de estiba ha sido respondida por los trabajadores con la convocatoria de una huelga los días 20, 22 y 23 de este mes de febrero.
La huelga, convocada por la Coordinadora Estatal de Trabajadores del Mar (CETM), la Coordinadora de Estibadores Portuarios (el principal sindicato del sector) y los sindicatos UGT, CCOO, CIG y CGT ha sido apoyada por prácticamente la totalidad de los trabajadores en asambleas celebradas den todos los puertos de España.
La reforma que promueve el ministro de Fomento, Iñigo de de Serna, según él para cumplir con las exigencias de la Unión Europea, pretende liberalizar el sector, sobre todo rompiendo las actuales condiciones de contratación, salariales y movilidad, dejando manos libres a las empresas estibadoras para la gestión de contratos y condiciones laborales.
La Coordinadora y los sindicatos denuncian que la reforma por decreto persigue, en primer lugar, una reducción del 60% de los salarios y un aumento de la jornada laboral de hasta 334 horas más de trabajo al año. Así lo reconoce un informe de la Plataforma de Inversores en Puertos Españoles (PIPE). El “lobby” que agrupa a las principales concesionarias de terminales en los puertos (Noatum, OHL Concesiones, Algeposa, Boluda o Bergé) y que apoya la cúpula de la patronal de la estiba Anesco (Asociación Nacional de Empresas Estibadoras y Consignatarias de Buques). Mientras parte de las empresas asociadas en Anesco, y sobre todo las pequeñas y medianas empresas de estiba acusan al presidente de la patronal, Joaquim Coello, de estar al servicio de JP Morgan, la financiera que opera a través de Noatum, líder en los puertos españoles.
Además, siguen denunciando los estibadores, la reforma convertiría los actuales contratos indefinidos en “puestos de trabajo precarios” y abriría un proceso de despidos masivos, al permitir la sustitución de las actuales plantillas durante los próximos tres años, el 25% el primero, hasta el 50% el segundo y el 75% en el tercero. Un “ERE encubierto pagado con dinero público”.
No se trata de “recortar los privilegios” de unos trabajadores, sino de una ofensiva general para someter al sector de la estiba a la reforma laboral y la precarización, como se ha hecho ya con tantos otros. Hoy grandes empresas como las multinacionales del automóvil contratan a los nuevos trabajadores con salarios un 35% más bajos que los que tenían los trabajadores que sustituyen. Y eso, multiplicado por dos, es lo que pretenden con los estibadores.
También éste es un sector con altos beneficios y los trabajadores defienden que sus derechos y salarios son el fruto de décadas de lucha en una profesión dura y alta siniestralidad. Además, dicen la Coordinadora y los sindicatos, hay otras opciones para cumplir con Europa que el decreto del ministro corta de raíz. Como lo demuestran los acuerdos de empresas como la holandesa APM Terminals y Total Terminal International Algeciras (TTIA), ambas de Algeciras, y ahora la Barcelona Europe South Terminal (BEST) que han apostado por la reforma de la Ley de Puertos consensuada con los estibadores.
Frente a la lucha de los trabajadores por sus derechos y evitar ser laminados por la reforma laboral de la precariedad, se está levantando toda una campaña de desprestigio en los medios en la que todo vale. Desde las acusaciones de ser un sector privilegiado al que hay que machacar sus “privilegios” a la utilización del video de una asamblea del puerto de Algeciras para acusarles de violentos.
En el video, el dirigente de la Coordinadora, Antolín Goya, llama a sus compañeros a que se comporten “como una piña” y como “soldados adiestrados que hagan lo que tienen que hacer en cada momento”, porque como dicen en un comunicado, sólo “luchando sin descanso por unos derechos laborales que nos ha costado generaciones conseguir, con todos los medios legales al alcance”, se podrá salir victoriosos de esta batalla. Y la huelga es uno de ellos.
Unidad y firmeza en la lucha es el camino que a la clase obrera le dejan los monopolios y los gobiernos que utilizan todos sus arsenales para arrasar las conquistas laborales y salariales de años, mientras ellos acumulan más y más beneficios trasvasando salarios a sus cuentas de resultados.