La Cámara de Comercio de Estados Unidos en España (AmChamSpain) representa los intereses de las grandes empresas monopolistas e inversores financieros norteamericanos en nuestro país. En recientes entrevistas y comunicados, su presidente, el abogado y financiero Jaime Malet, ha desgranado los ejes del nuevo salto del proyecto de saqueo y degradación que la superpotencia se dispone a impulsar en nuestro país. Un proyecto que queda concentrado en una lapidaria afirmación de Malet, que sirve tanto de vaticinio como de amenaza: “España va a ser un 10% más pobre”.
En las últimas semanas hemos asistido a una macro-cumbre oligárquica en la que las cabezas de los grandes bancos y monopolios del Ibex35, con la participación de los grandes representantes del capital extranjero, se han reunido durante diez días. De este sanedrín de los más poderosos nódulos de la clase dominante española ha salido un auténtico «programa de gobierno» para los próximos 5, 10 o 20 años. Han decretado que, para que sus beneficios queden a salvo y la salida a la nueva crisis sea de acuerdo a sus intereses, España debe someterse a una década de recortes estructurales e irreversibles, que queden «blindados» más allá de los cambios de gobierno.
Pero sería un error percibir en el programa de esta macrocumbre sólo los intereses de la clase dominante española. En realidad, en los ejes que se han diseñado, están también, sobre todo y principalmente, los proyectos del hegemonismo norteamericano para España.
Porque aunque de él participe la clase dominante española o los centros de poder imperialistas europeos, el proyecto de saqueo contra el 90% de la población -que tras la crisis desencadenada por el Covid-19 se dispone a dar un nuevo y ominoso salto- lleva inequívocamente el sello «Made in USA».
Un programa de saqueo made in USA
Las organizaciones internacionales vinculadas al hegemonismo norteamericano hace meses que vienen emitiendo sus «recetas macroeconómicas» para nuestro país. El FMI y la OCDE reclaman la necesidad de una reforma de las pensiones, de mantener la reforma laboral de Rajoy y de elaborar un plan de reducción del gasto público para cuando la pandemia haya remitido.
Pero seguramente ha sido la Cámara de Comercio de EEUU en España la que, en boca de su presidente, Jaime Malet, más a las bravas ha desgranado el programa de expolio y saqueo hegemonista para nuestro país.
En recientes entrevistas o notas de prensa, el presidente de la Cámara de Comercio de EEUU lleva un paso más allá las «recetas» ya expuestas en la cumbre de la CEOE.
La AmChamSpain exige «salvar al sector privado con el dinero público». Donde “los recursos públicos estén gestionados por empresarios”. No dirigiéndolo a salvar a pymes porque “no se puede rescatar a todo el mundo”. Lo que implica un gigantesco salto en el endeudamiento público, imponiendo una hipoteca -que cobrará el gran capital financiero, nacional y sobre todo extranjero- para varias décadas y generaciones.
Malet apuesta por «favorecer la inversión extranjera en España”. Derogando el “blindaje” contra los ataques de fondos norteamericanos. Afirmando que es urgente eliminarlo porque “hay operaciones en marcha”. Y por eliminar las restricciones al reparto de dividendos a las grandes compañías: el capital norteamericano, primer accionista de muchas de ellas, quiere cobrarlos.
La Cámara de Comercio norteamericana en España exige «flexibilidad laboral, sin impedir despedir a los empresarios”. Prohibiendo la derogación de la reforma laboral y permitiendo despidos y rebajas salariales.
Y también «medidas de alivio fiscal a las empresas”. No solo impidiendo subidas de impuestos, sino exigiendo bajar el Impuesto de Sociedades, o “acelerando la devolución de los créditos fiscales”, para que Hacienda les regale dinero. Algo especialmente cínico si hablamos de multinacionales como las norteamericanas, que apenas tienen que tributar un 2% de sus beneficios en España.
La AmChamSpain exige además enterrar cualquier forma de tasa Google y tasa Tobin -propuestas para gravar las operaciones de las tecnológicas o de los fondos de inversión norteamericanos- bajo la amenaza de represalias en forma de aranceles. Apuntando de forma directa al sector agrario como el aceite y el vino españoles, golpeados en el último año por las barreras aduaneras de Trump. «El campo español puede sufrir las represalias de EEUU por aprobar la tasa Google», ha dicho Malet.
Asimismo, Malet ha exhortado a «crear una imagen de concertación entre empresarios y fuerzas políticas mayoritarias”. Con acuerdos que blinden la ejecución de este programa de saqueo a largo plazo.
Un nuevo salto en el expolio… que ya se ha empezado a ejecutar.
De la misma manera que el olor de la sangre sirve de llamada al almuerzo de los tiburones, la nueva crisis económica que acaba de empezar a desarrollarse ha despertado el apetito del gran capital norteamericano por controlar una parte mayor de las riquezas nacionales.
Uno de los principales bancos de Wall Street, JP Morgan, ha incrementado su participación en Repsol y ha irrumpido en BME; BlackRock ha hecho lo propio en Bankia e Iberdrola; Goldman Sachs en ACS; tres fondos norteamericanos han lanzado una OPA sobre MasMovil; dos fondos británicos controlan Euskaltel…
Y este es solo el principio. Los fondos norteamericanos aumentan su inversión en España para “comprar compañías devaluadas por la crisis”, o pasar a controlarlas utilizando sus problemas de deuda y liquidez. Las agencias de calificación norteamericanas han rebajado la nota de la mitad de las empresas no financieras, señalándolas como blancos. Cada vez más grandes empresas españolas dependen de grandes fondos extranjeros.
El capital extranjero, especialmente el norteamericano, penetra en sectores estratégicos hasta ahora reservados para la oligarquía. Tras 2009 lo hizo en el sector energético y la construcción. Y en esta nueva crisis se están centrando, además de en esos sectores, en la banca o las telecomunicaciones.