Cuando se cumplen 130 días de la criminal ofensiva genocida del Estado de Israel -amparado, protegido y armado por EEUU- en la Franja de Gaza, el gobierno Netanyahu se dispone a perpetrar un salto en su carnicería, bombardeando a un sur de Gaza, la ciudad de Rafah, donde se hacinan más de un millón y medio de desesperados civiles.
El nivel de la masacre es tan horroroso, que varios gobiernos -incluidos algunos proisraelíes, como Washington o Berlín- están sugiriendo a Tel Aviv que se refrene. En este contexto, el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, ha ido más allá.
El Alto Representante ha defendido que Europa debe dejar de enviar armas a Israel, y ha instado a EEUU a hacer lo mismo. En esta línea un tribunal neerlandés ha prohibido a su gobierno vender piezas de aviones F-35 a Israel, dado que «es innegable que hay un riesgo claro de que la exportación de este material viole la ley internacional humanitaria».
En las últimas semanas, Borrell ha presentado un plan de paz que tiene como centro la «solución de los Dos Estados», defendiendo que la UE debe «imponérselo a Netanyahu, aunque no quiera». Y tras reunirse con comisionados de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (UNRWA), ha confirmado que Europa mantendrá su financiación a este organismo de la ONU, clave en la crisis humanitaria.
Pero el mismo tiempo, se ha conocido por informaciones del eldiario.es que aunque el gobierno español afirma haber suspendido la venta de armas a Israel desde el 7 de octubre, tal embargo no es real, y que en noviembre España exportó munición a Tel Aviv -incluyendo misiles y bombas- por valor de cerca un millón de euros. Es inaceptable.
Apoyamos la exigencia del Alto Representante de que la UE interrumpa inmediatamente el envío de armas a Israel. Y exigimos al gobierno español que imponga un embargo armamentístico integral y permanente a Tel Aviv, en tanto en cuanto no se logre una paz justa, duradera e irreversible en Palestina.