No se trata de una tragedia ante la que no se pueda hacer nada. Las rutas cada vez más largas que toman las pateras obligan los intensos sistemas de vigilancia europeos no son ningún disuasorio. Lo único que consiguen es multiplicar las muertes en el océano.
16 de los fallecidos eran menores de edad (de entre 4 y 17 años), cuatro de ellos, niñas. Los otros cinco muertos eran mujeres y varones adultos. Una madre y sus tres hijos equeños, de entre 13 y 4 años todos se ahogaron. Seis se salvaron gracias al valor de los vecinos que avistaron la patera.Un dolor recorre toda la sociedad española ante el dantesco rescate de los jóvenes cadáveres del mar.Según el relato de los supervivientes, la barquilla había zarpado del sur de Marruecos a la una de la madrugada del sábado; es decir, que realizó la travesía, de unos 140 kilómetros, en algo más de 40 horas. Al llegar a la costa los inmigrantes no tenían fuerzas para luchar contra la feroz corriente.Hace unos años el trayecto más corto eran escasos 14 km de Tánger a Tarifa. Hoy las rutas, como mínimo, son diez veces más largas. El riesgo de ser devorado por el mar que se ha multiplicado por 10. ¿Cuántos inmigrantes más tienen que morir para que se confirme este hecho?Rutas cada vez más largas, difíciles y peligrosas por el despliegue en las costas de los países de origen del Frontex, agencia europea creada para controlar la inmigración irregular y que dispone de 116 barcos, 400 radares móviles, 27 helicópteros y 21 aviones.En noviembre de 1998 en Tarifa naufragó la primera patera que arribaba a costas españolas. Murieron 18 de los 23 inmigrantes. Veinte años después, la historia se ha repetido en innumerables ocasiones, pero cada vez con mayor frecuencia y con mayor crudeza.Más de 158.000 inmigrantes han arribado a nuestras costas en estas dos décadas, según los datos de Interior, y otros 11.800 se han dejado la vida en el camino, según la ONG No Fortress Europe. Una estimación por la baja, porque es imposible saber el número de personas que se las ha podido tragar el mar.Muchos mitos se alimentan sobre la inmigración. Uno de ellos es que se puede frenar la inmigración con fronteras. Algo absolutamente falso.Lo único que han conseguido los miles de millones para blindar la frontera europea es multiplicar el riesgo de muerte de los inmigrantes. ¿Por qué no se emplea todo ese dinero en generar riqueza y empleo en Mauritania?La inmigración es consustancial a la humanidad y particularmente en el capitalismo. Nueva mano de obra es llamada cada día a Europa. Dicen que la crisis va a parara la inmigración. Otra falsedad. ¿Cómo y quién va a aparar la voluntad de los hombres por buscar una vida mejor?