Ángel Luis García es secretario de Comunicación de la CGT
¿Cómo valoráis el resultado de la huelga y las manifestaciones? Porque en los medios se ha valorado como fracaso, muy tibiamente o separando la asistencia incontestable de las manifestaciones, del resultado de la huelga.
El resultado es más que satisfactorio para esta organización y así debe ser para el conjunto de la clase trabajadora, no solo por el seguimiento, muy alto, si no sobre todo por la ocupación de los espacios públicos que ha tenido lugar durante toda la jornada del día 14. Ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia o Zaragoza han estado continuamente colapsadas durante las 24 horas de huelga general, y eso es un salto cualitativo comparando con otras jornadas de huelga.
¿Valoráis que esta huelga y las manifestaciones permiten una mayor unidad de los diferentes sectores de la sociedad, es decir, crece la conciencia de que hay que supeditar las diferencias a la lucha contra los recortes?
En este momento hay que contemplar planteamientos como estos. La agresión es tan brutal y severa y que muchas personas creen que es necesaria una unidad mayor que nunca, pero, y en paralelo, ante semejantes despropósitos legislativos y la falta de criteiros sociales las personas trabajadoras salen espontáneamente a las calles a defender lo suyo, lo de todos, y hay de aquel que quiera mediar buscando la gestión del mal menor, porque en los centros de trabajo y en los tajos eso, ahora, no se entiende.
¿La unidad de los pueblos de España, Grecia, Italia, Irlanda, Grecia… es expresión de que nos enfrentamos a un enemigo común?
El enemigo es el capital y el sistema que ha implantado. Ahora la clase financiera no tiene lineas rojas, lo quieren todo y de todas y todos. Es por ello que se ha conseguido una movilización europea, no la necesaria, pero es un paso. Debemos reclamar mayor compromiso del resto de la clase trabajadora europea con el fin de conseguir revertir esta situación.«Hay de aquel que quiera mediar buscando la gestión del mal menor»
Los llamamientos y las denuncias, desde las organizaciones hasta los manifestantes, contra la Troika han ido en aumento, llamando, como en Portugal, a “Que se Lixe la Troika”. ¿Está cada vez más claro para la sociedad quiénes son los enemigos?
No soy sociólogo, pero el malestar social parece estar enfocado hacia una clase política servil que no es capaz de garantiza el bienestar de la población a la que gobierna. Están atados de pies y manos ante unas políticas dictadas desde otros lugares recónditos, llamados por algunos troika, situación a la que nos han conducido los planteamientos de una Europa asocial desde la integración en la UE hasta hoy.
¿Cómo se puede seguir avanzando en la unidad con sectores democráticos que todavía no se han unido a las movilizaciones?
La crisis seguirá profundizando aún más en las y los más débiles, pero afectará a otros estratos de la población porque, repito, van a por todo, por lo que antes o después los sectores que no se hayan movilizado se verán obligados por las circunstancias a hacerlo.