Investigador y Codirector del Equipo Cientí­fico de Atapuerca

Entrevista a Jose Mª Bermúdez de Castro

Bermúdez de Castro

¿Qué significación tiene la obra de Darwin, 200 años desués? Su obra es importantísima e interesantísima. Su aportación a la biología moderna, fundamental. Darwin estuvo muchos años madurando sus descubrimientos mientras viajaba a bordo del Beagle. Mientras, otro científico, Wallace, que estaba desarrollando las mismas teorías, le escribió hacia 1850 explicándole sus estudios, y eso fue lo que le animó a publicar conjuntamente la primera obra sobre la teoría de la evolución. Luego Darwin publicó en solitario “El origen de las especies” y “El origen del hombre” y se llevó toda la fama. Por eso me gusta decir que hay más padres de la teoría de la evolución, hay que hacer justicia a Wallace y sacarlo del anonimato. Dices que la genética y la embriología han matizado y enriquecido la teoría darwiniana. ¿En qué sentido? La teoría de la evolución es sin duda el paradigma central de la biología. En ella se basó Mendel para sus investigaciones sobre genética, y también han permitido desarrollar la embriología, aunque esto es menos conocido. Ha permitido desarrollar el concepto de fenotipo, los genes que determinan al principio de la formación del individuo su desarrollo posterior. Para que se entienda: los perros domesticados que conocemos descienden de los lobos, son la misma especie. La selección genética y las modificaciones genéticas fruto de la adaptación al medio permiten que tengamos en vez de un lobo, por ejemplo un caniche, pero uno viene del otro. ¿Qué debe significar la celebración del bicentenario para las nuevas generaciones? Debe servir para invertir la tendencia al anticientifismo, el sistema de pensamiento que se está desarrollando hoy y que pretende ponernos a merced del destino. Es terrible esa concepción. La ciencia permite dar respuestas a los problemas que implica mantener la vida. Me parece muy importante combatir esas ideas y restablecer el papel de la ciencia. Se cumplen 12 años del descubrimiento de Atapuerca. Con la perspectiva de hoy, ¿qué ha aportado Atapuerca a la ciencia? Me vas a permitir que te corrija: son 30 años, no 12. El primer descubrimiento fue en el 76, los primeros restos de la “Cima de los huesos”. Eso es lo que permite lanzar el proyecto. En el 92 se produce el gran descubrimiento, después vino el Premio Príncipe de Asturias, la visita del príncipe a las excavaciones, y eso supuso el espaldarazo. A partir de ahí el reconocimiento internacional, la declaración de la Unesco de Atapuerca como Patrimonio de la Humanidad, las ayudas oficiales…Pero para todo eso tuvo que haber primero 18 años de trabajo anónimo y casi sin recursos. Has dicho que España está a la cabeza de Europa en investigación prehistórica: ¿es por la abundancia de yacimientos o por el nivel de preparación de nuestros científicos? Hay un poco de las dos cosas. España tiene un retraso en desarrollo científico respecto a Inglaterra, Francia y Alemania. Pero en este campo, se une que quedan muchos yacimientos por descubrir y que tenemos muy buenos científicos y muy bien preparados. Respecto a lo primero, Atapuerca aún tiene mucho por extraer, y a la vez tenemos yacimientos en Sidrón, que servirá para que aprendamos todo sobre el genoma neanderthal, Guadix, Valencia,… la lista es interminable. Y respecto a lo segundo, no afirmaría yo que a la cabeza, no quiero ser presuntuoso, pero sí somos de los que lideran este campo a nivel mundial ¿Cómo ves el futuro de la ciencia en España? Es imprescindible el desarrollo científico. Hasta Obama lo ha dicho, sin ciencia no hay futuro. En España hace falta una reconversión a favor de la ciencia, pero creo que saldremos adelante. Se tiene que acabar el “que inventen ellos”. Creo que Atapuerca ha servido para acercar la ciencia a la sociedad, poco a poco se ha ido implicando. Tenemos trabajos fantásticos: en genética, en bioquímica, en matemáticas…Trabajos y publicaciones muy buenos. Pero hay que avanzar mucho más. Hay que dar respuesta a los problemas del mundo actual. El futuro del planeta y de la humanidad dependen de ello. Y nuestro país se tiene que implicar de lleno en esa tarea.