Reportaje

Entre la corrupción y la crisis polí­tica del régimen

Vivimos unos momentos en los que toda la atención del paí­s está centrada en los casos de corrupción y en las encuestas, con la debacle del PP y el ascenso de Podemos. Pero, ¿cómo hemos llegado a esta situación? No es posible entender nada de lo que está pasando sin remitirnos al avance del proyecto de intervención y saqueo imperialista al que vivimos sometidos el 90% de la población desde mayo de 2010.

La situación de nuestro país está marcada por la puesta en marcha, a partir de 2010, de un nuevo proyecto hegemonista de degradación política, aumento de su intervención y control, intensificación del saqueo contra el 90% de la población y apropiación y el expolio de las principales fuentes de riqueza del país.

Un proyecto que viene dictado tanto por la agudización del declive norteamericano en el mundo, su pérdida de peso y el achicamiento de los espacios de dominación político-militar y económica que ha producido el avance de la lucha por la independencia de los pueblos del mundo y el desarrollo de las potencias emergentes, como por la profunda crisis económica que anega a los países capitalistas bajo la órbita norteamericana.

La combinación de ambos factores está produciendo un retroceso sin precedentes del campo imperialista capitaneado por EEUU. Y su tendencia es a agudizarse.

Organismos internacionales como el FMI o poderosas instituciones financieras como Goldman Sachs vaticinan que para 2030, el peso de China en el PIB mundial alcanzará el 23%, mientras el de EEUU habrá caído a un 17%. Para esa fecha, las cuatro grandes potencias emergentes, los BRIC (Brasil, Rusia, India y China) se calcula que tendrán un peso económico mundial igual al de todos los países que hoy se consideran parte del mundo capitalista desarrollado.

Una auténtica revolución en la distribución del poder mundial –con implicaciones cada vez más profundas en el orden político– que marcan el inicio del ocaso imperial yanqui.

Ahora que se cumplen justamente 25 años de la caída del Muro de Berlín, conviene recordar cómo tras la implosión de la URSS las élites dirigentes de EEUU vaticinaron que el siglo XXI sería el “siglo norteamericano”. La realidad ha sido bien distinta y las dos décadas y media transcurridas desde entonces han propiciado una erosión sin precedentes de la única superpotencia que quedó en el mundo.

«La respuesta de EEUU a su declive económico ha sido la de revolverse agresivamente contra los países sometidos a su control»

El punto álgido de este retroceso lo marcó la caída de Lehman Brothers en septiembre de 2008, un punto de inflexión que reveló la profundidad de la crisis y el retroceso en que está sumido el sistema imperial de la superpotencia.

La respuesta del hegemonismo a esta situación ha sido la de revolverse agresivamente contra los países sometidos a su control, como España, buscando recuperar de este modo para su oligarquía financiera las pérdidas en el acceso a las plusvalías y la riqueza mundial que está sufriendo en el resto del planeta. Un objetivo en el que está secundado por el imperialismo alemán, actuando como virrey europeo de Washington, aunque movido también por intereses propios.

El saqueo de España tiene su origen en la respuesta dada por EEUU, y por su virrey alemán, a esta nueva situación. No en los “chanchullos” y las corruptelas de la “casta” local que no son más que el chocolate del loro, el pago por los servicios prestados para que la banca nacional y extranjera, monopolios y multinacionales puedan practicar impunemente su expolio. Por eso el saqueo es estructural, va a continuar y agudizarse.