Si hay una cosa clara, en medio de una situación extremadamente fluida, es que desde el mismo día de las elecciones desde Washington y Berlín, el FMI y Bruselas o la cúpula del Ibex-35 han multiplicado las presiones para que cualquier gobierno que se forme en España nazca bajo una serie de «recomendaciones de obligado cumplimiento», auténticas líneas rojas que no se pueden traspasar.
“No habrá flexibilidad para España”En la Unión Europea, la Canciller alemana, Ángela Merkel, ha movilizado a sus comisarios para que España cumpla el calendario dictado por Bruselas para el déficit, el pago de la deuda o la firma del TTIP.
Bruselas no deja de recordar que el 26 de abril, sea cual sea el gobierno, es el día señalado por Bruselas para que España haga la primera notificación sobre déficit y deuda de 2015 y envíe la actualización del Programa de Estabilidad para 2016 y el nuevo cuadro macroeconómico.
Rajoy ha reconocido que España cerró 2015 con un déficit del 4,5%, tres décimas por encima del 4,2% fijado. Y lo seguirá incumpliendo en 2016, según las previsiones de Bruselas. Pero el jefe del Eurogrupo, el socialdemócrata holandés Jeroen Dijsselbloem, en su papel de guardián de la ortodoxia alemana, sigue inflexible y pide más recortes del gasto público al próximo gobierno: “Cuando hay volatilidad en los mercados es imprescindible tener la mano firme». «España tiene que cumplir con sus obligaciones…, y el nuevo Gobierno tendrá que actualizar el presupuesto y aplicar nuevas medidas”.
En la misma línea ha insistido una vez más el comisario europeo de Asuntos Económicos, el francés Pierre Moscovici, en la rueda de prensa del Eurogrupo: “España debe cumplir el Pacto de Estabilidad, y con déficits superiores al 3% del PIB ha de cumplir con las recomendaciones de la Comisión”.
En la misma reunión del Eurogrupo el ministro alemán de fianzas amenazaba en la cabeza de Portugal a todos los que se atrevan a cuestionar el rumbo de las reformas y recortes impuestos por la Troika: “Portugal debe mantener el rumbo… Invertir el camino recorrido sería peligroso para Portugal”.
Los comisarios de la Canciller Merkel y los ministros del gran capital alemán tienen bien aprendida la lección y sus “recomendaciones” son un misil en la línea de flotación de cualquier gobierno que se forme en España: deberá aplicar recortes por 9.000 o 10.000 millones de euros. Y sobre todo es un misil contra un gobierno de “unidad contra los recortes” -con PSOE, Podemos y Cs- que pretenda negociar “flexibilidad” en la aplicación del déficit.
Todas estas declaraciones forman parte de la campaña del miedo sobre los costes que tendría un gobierno “de frente popular” que no respete las reglas del déficit, no ahonde la reforma laboral, no cumpla con los pagos de la deuda o no acelere las privatizaciones exigidas (como la de Bankia) para seguir abriendo las puertas al gran capital extranjero a las “joyas de la corona” de la economía española a precio de ganga.
Lineas rojas que se extienden a la necesidad de que España apoye los tratados de libre comercio (TTIP y TISA) que EEUU y la Unión Europea negocian en secreto y que abren la puerta a la privatización de los servicios públicos como educación y sanidad y, en general, a una rebaja de los derechos laborales, en la defensa de la salud y un desarrollo sostenible.
Huida de las inversiones extranjeras, fuga de capitales, escalada de la prima de riesgo, “corralito” como en Grecia o parón del crecimiento y la creación de empleo…, son los males con los que cada día nos amenazan.
“En la misma senda…”En España, destacados representantes de la oligarquía y del poder económico, alineados con las imposiciones que han marcado desde Washington y Berlín para defender su cuota de beneficios en el reparto del saqueo, y su posición en las reformas estructurales, trazan sus propias líneas rojas.
El diario El Mundo se hacía eco de las declaraciones que, desde el selectivo grupo de grandes empresas y monopolios del Ibex-35, exigen que el nuevo gobierno “ha de continuar la senda de los tres últimos años…, sin pensar en utopías”, como declaraba el presidente del BBVA, Francisco González en le Foro de Davos.
Desde el Círculo de Empresarios, una asociación que agrupa a la mayoría de los altos ejecutivos de las empresas del Ibex-35, su presidente, Javier Vega de Seoane, pedía un “pacto urgente para un gobierno sólido y estable…, de fuerzas políticas comprometidas con nuestro modelo económico dentro del euro…, que facilite una legislatura de reformas, incluida la territorial, que necesita la economía española y el país en general».
En la misma línea se han manifeestado representantes del Consejo Empresarial para la Competitividad (CEC), que agrupa a la quincena de empresas y bancos más relevantes tras una reunión en la sede de Teléfónica. O Amancio López, presidente del grupo Hotusa y de Exceltur -la asociación de las principales empresas turísticas-:, “necesitamos un Gobierno fuerte y estable”. Que, como ha dicho otro destacado presidente del Ibex-35, “no implique dar algún papel a Podemos en el nuevo gobierno”.
Y el portal de Internet del “BBVA-con tu empresa.es” resume lo fundamental de las líneas rojas que está poniendo la oligarquía española en un artículo titulado: “Qué le piden los empresarios al nuevo gobierno”.
Ante todo “culminar la recuperación económica que tan buena marcha llevaba”, recordando las declaraciones del presidente del BBVA: “Los partidos deben llegar pronto a un acuerdo de gobernabilidad, sin pensar en utopías, con realismo y que continúe en la senda de los tres últimos años”.
Y para eso exigen “un gobierno de garantía para seguir profundizando las reformas pendientes”.
“El mercado laboral, la prioridadPara continuar con esta tendencia, la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) ya ha elevado sus peticiones al nuevo gobierno. En su opinión, lo que hace falta son propuestas “novedosas” para estimular la contratación. No obstante, todas ellas pasarían por viejas reivindicaciones, como reducir las cuotas a la Seguridad Social o las indemnizaciones por despido.”
“Estabilidad para atraer inversión extranjera. Una estabilidad que garantice que “no se pongan en riesgo los compromisos con Bruselas”.
“Menos trabas en la creación de nuevas empresas.Es fundamental que el nuevo gobierno agilice más todo el proceso y, a la vez, que apoye a los nuevos empresarios con una menor presión fiscal o cuotas de la Seguridad Social reducidas.”
¿Pero no están las líneas rojas que marcan los representantes destacados de la banca y los monopolios en la misma línea que exigen el FMI y Bruselas? La reforma laboral, garantías ante la UE de cumplir el calendario europeo o rebajar impuestos y cuotas sociales a sus empresas.
La oligarquía y sus empresas, beneficiarios netos del trasvase de rentas los recortes al 90% de la población, se alinean con los dictados que llegan del FMI y Bruselas para seguir participando del expolio. Su patriotismo reside en su cuenta de beneficios.
España en la punta de lanza de la OTANDesde Washington, tras la llamada de Obama a Zapatero en mayo de 2010, el mismísimo Comandante en Jefe del Ejército yanqui, Barack Obama, se ha encargado de establecer no ya las líneas rojas en lo económico, sino también en el terreno militar.
Pero en ese terreno es casi imposible encontrar cualquier referencia en los medios españoles. Sobre todo después que desde Podemos se haya recortado su programa original estableciendo, entre otras cosas, que “la OTAN y el euro son ineludibles”.
Por eso es destacable lo que el antiguo director del ABC y fundador de La Razón -uno de los participantes directos de la “reconducción” que acabó con el gobierno de Felipe González en 1996-, escribía el pasado 4 de febrero en su columna “Canela fina” del diario El Mundo: “Estados Unidos tiene poderosos intereses económicos y, sobre todo, militares en España. La Europa unida, regida por Merkel, desea que España se mantenga en el equilibrio y la moderación. Rechazan la posibilidad de que el socialismo vire a babor y se radicalice en las sentinas de Podemos.
Redoblarán ahora sus presiones para que Rajoy facilite, con la abstención del PP, un Gobierno fruto del entendimiento entre el PSOE y Ciudadanos”.
La exigencia de que España acelere su participación en la estrategia militar norteamericana es una de esas líneas rojas que no se deben traspasar.
En los últimos años se ha dado un salto no sólo cuantitativo sino cualitativo. Rota se ha convertido en base permanente del escudo antimisiles. Morón en base permanente del mando militar de EEUU para África. En noviembre y diciembre se han desarrollado en suelo español las mayores maniobras de la OTAN ( las “Trident Juncture”) desde la Guerra Fría, Y desde principio de año nuestro país lidera tres misiones de las consideradas “punta de lanza” de la OTAN.
Durante todo el año 2016 España estará al frente, desde la base de Bétera en Valencia, de la Fuerza de Muy Alta Disponibilidad (VJTF) que deberá poder desplegarse en cualquier parte del planeta en menos de 72 horas. España aporta a esta fuerza 4.000 efectivos.
Desde el 1 de enero al 1 de Mayo un general español estará al frente de la Policía Aérea del Báltico (Baltic Air Policing) de la OTAN en Lituania, con un destacamento del Ejército del Aire compuesto por cuatro aviones C-16-Eurofighter y 114 militares procedentes del Ala 11 de Morón.
La tercera “punta de lanza” en la que participará en 2016 el ejército español será la Agrupación Naval Permanente nº 1 (SNMG-1) de la OTAN, uno de los cuatro Grupos Marítimos Permanentes navales, formado por fuerzas multinacionales integradas de la OTAN que proyectan una presencia constante y visible en las principales vías marítimas del mundo.
Además España ha enviado otros 2.000 soldados a Polonia, que se integrarán en la Primera Brigada de Muy Ate Disponibilidad de la OTAN, para participar en unas maniobras de preparación frente a un hipotético conflicto con Rusia.
Se ha cambiado el papel de España en los planes militares del Pentágono y en la estructura militar de la OTAN ocultándolo sistemáticamente y sin que la población sea consciente de lo que ello significa.
Redistribución y soberaníaSin mantener una posición soberana ante las “recomendaciones de obligado cumplimiento” de los organismos económicos y militares de Obama y Merkel, es imposible luchar contra los recortes y defender una política de paz para nuestro país.
No podrá haber un cambio de verdad si no rompemos con las “líneas rojas” del déficit, la deuda y el expolio de nuestras riquezas nacionales. Y se aplica un programa de redistribución de la riqueza que eleve el poder adquisitivo de la inmensa mayoría de la población y ponga los recursos nacionales al servicio de los intereses de la mayoría.Y no podrá haber redistribución y una política de paz sin salir de la maquinaria de guerra norteamericana, sin conquistar autonomía para poder tomar por nosotros mismos las decisiones que interesan a los ciudadanos y al país.