El Parlamento catalán formalizó ayer el primer paso de la agenda soberanista para
Se trata de hacer ver que todo lo que se vota en Cataluña se recibe con una estrepitosa negativa. Y de presentar ese rechazo como un atentado contra el principio democrático, cuando lo que en realidad está haciendo el bloque soberanista es un imposible: pedir a quien tiene la capacidad de decidir, porque representa al pueblo español, que le ceda esa facultad precisamente para arrebatarle parte de esa soberanía. Estamos pues ante la evidente y torticera instrumentación de los mecanismos parlamentarios, no para tratar de encontrar caminos de diálogo, sino para justificar más tarde la posibilidad de adoptar decisiones unilaterales. Con esta estrategia, el bloque soberanista plantea dos objetivos adicionales: reforzar la idea de que España no quiere negociar y tratar de decantar hacia
La votación puso a prueba la cohesión del PSC, cuya decisión de votar en contra de la petición causó que el alcalde de Lleida dejara su acta de diputado y otros tres parlamentarios rompieran la disciplina de voto, lo que previsiblemente tendrá consecuencias los próximos días. El goteo de dimisiones y pronunciamientos augura un periodo de inestabilidad muy dañino para el partido que mejor ha encarnado la complejidad y pluralidad de la sociedad catalana. El declive de la fuerza política que ha sido capaz de aglutinar bajo el paraguas del catalanismo progresista las diferentes sensibilidades e identidades que conviven en Cataluña solo
Es una operación de gran calado cuyo objetivo es asimilar catalanismo con independentismo. Lo mismo que ya intentó el nacionalismo, pero ahora con la ruptura como objetivo. Pese a las condiciones