Ante esta cuestión estamos asistiendo a una enconada disputa entre los diferentes centros de poder, nacionales e internacionales, y las clases populares por otro, para llevar la formación de gobierno al terreno de sus intereses.
Expresidentes como Mariano Rajoy salen a la escena política pidiendo que Ciudadanos facilite la investidura de Sánchez para que se cierre “un gobierno estable” mediante un acuerdo PSOE-Ciudadanos con una mayoría solida de 180 diputados. En el mismo sentido Felipe González pide a PP y Ciudadanos que se replanteen su rechazo a la investidura de Pedro Sánchez, que “por un ratito.. piensen en los problemas más importantes para España y una vez que lo piensen tomen posiciones”. Es la misma posición que se está pidiendo desde el gobierno a PP y Cs, que se abstengan “para que la investidura no tenga que depender de los independentistas” y den estabilidad a un gobierno de Pedro Sánchez con “participación de representantes de Unidas Podemos en cargos intermedios”, pero sin ministerios.
El diario económico elblogsalmón.com se hacía eco de un informe del Banco Santander para los inversores: “La primera gran empresa en posicionarse ha sido el Santander, el mayor banco español, que apuesta abiertamente por un pacto entre el PSOE y Ciudadanos…”
Las palabras exactas recogidas en el informe es que una coalición entre PSOE y Ciudadanos «probablemente complacería a los mercados financieros». Y añaden, «La postura liberal de Ciudadanos sería mejor recibida que el populismo de Unidas Podemos». Además, apunta el informe, “con Unidas Podemos no sería suficiente y se necesitaría una acción activa o pasiva de un partido independentista como Esquerra Republicana de Cataluña (ERC)”.
La prensa internacional, se ha hecho eco predominantemente de la crítica del presidente francés, Emmanuel Macron, a los pactos de Ciudadanos con Vox y y el no a una posible investidura de Pedro Sánchez. Tanto el francés Le Monde, como el portal estadounidense bloomberg.com y POLITICO recogen las críticas para que Ciudadanos facilite o participe en la formación de gobierno.
Mientras tanto, desde el otro lado, Pablo Iglesias mantiene el pulso a Pedro Sánchez y la investidura en el aire si sus votos no se traducen en un “gobierno de coalición” con ministros de Podemos.
Los dos sindicatos mayoritarios, CCOO y especialmente UGT se han manifestado a favor un Gobierno de izquierdas (“independientemente de cómo se configure”) tras reunirse con Unidas Podemos a petición de Pablo Iglesias. Piden «un Ejecutivo estable y progresista” con la participación de Unidas Podemos, y con un programa de izquierdas que derogue “las reformas laborales y de las pensiones».
Ninguna de estas posiciones tiene que ver con la posición expresada en los manifiestos que se vienen publicando en la prensa desde julio de 2016, el último el pasado 9 de junio, por un “gobierno de progreso”, mediante un acuerdo de las fuerzas con representación parlamentaria que mayoritariamente concentran el voto de una mayoría social: PSOE, Unidos Podemos y Ciudadanos. Y que en conjunto reúnen los tres componentes que le dan naturaleza a un “gobierno de progreso”.
La lucha contra los recortes, aplicando políticas de redistribución de la riqueza frente a las políticas de saqueo a la inmensa mayoría de la población y el expolio de las riquezas nacionales.
La defensa de la unidad, la libre unidad del pueblo de las nacionalidades y regiones de España, como un valor que no es patrimonio de la derecha, sino un valor de los sectores y el pensamiento más avanzados de nuestro país.
Y tercero, la regeneración democrática, luchando contra la corrupción y ampliando derechos y libertades.
La crisis de Ciudadanos
Solo desde la perspectiva de la importancia de la batalla que se está dando, y de las tensiones que provoca sobre las fuerzas más recientes en incorporarse a la vida política española, se puede comprender la actual crisis de Ciudadanos, o en Podemos.
La línea encabezada por Albert Rivera, apostando a pactos con el PP como principal opción y con el apoyo de Vox, y el no a una posible investidura de Sánchez, genera cada vez más contradicciones en el seno de Ciudadanos.
A la ruptura con Manuel Valls en Barcelona, las críticas de Francesc de Carreras, uno de los fundadores, o de Luis Garicano, el jefe de filas en Europa, se suman dimisiones en cadena que parten de la misma dirección ejecutiva de Ciudadanos. Toni Roldán, exportavoz económico, diputado y miembro de la ejecutiva permanente. Javier Nart, eurodiputado, que ha dimitido como miembro de la ejecutiva ampliada. Y Juan Vázquez, líder en Asturias, exrector de la Universidad de Oviedo, que ha renunciado a su escaño.
Estas son, hasta el momento de cerrar la revista, las dimisiones más importantes. Pero el problema, que sigue abierto, será hasta donde y qué repercusiones puede tener entre las bases de afiliados, simpatizantes y votantes de Ciudadanos.