La crisis provoca el mayor aumento de la jornada laboral desde 1983

En crisis, más beneficios, más explotación

Según los datos recién publicados por la Comisión Consultiva de Convenios Colectivos, dependiente del Ministerio de Trabajo, la jornada laboral anual pactada entre empresarios y trabajadores se sitúa en 1.752,1 horas trabajadas. Lo que supone más de 3 horas y media que hace un año y un aumento desconocido desde 1983. La crisis durante el año 2009 no sólo ha provocado una destrucción masiva del empleo, con un millón cuatrocientos setenta mil puestos de trabajo desaparecidos en los últimos doce meses, sino que también ha golpeado duramente en sus condiciones laborales a los que todaví­a conservan el empleo.

Un reducido gruo de banqueros y monopolistas quieren imponer un reajuste laboral para fortalecer los beneficios disminuyendo los salarios. El sistema de presentación de ERE les está sirviendo para prescindir de la mano de obra que consideran excedente. Pero simultáneamente imponen una explotación creciente de la mano de obra que tienen aumentando la jornada laboral, entre otras medidas. Y todo ello con el exclusivo objetivo de mantener e incrementar su tasa de ganancia en plena crisis. Lo más significativo de la subida no es tanto el incremento, con serlo, sino la ruptura de una clara tendencia descendente en el número de horas trabajadas. En el año 1984 la jornada anual bajó en 47,2 horas respecto al anterior. Desde entonces, en tan sólo cuatro ocasiones se había producido un incremento en el número de horas trabajadas, y desde luego siempre en mucha menor cuantía que lo ha hecho en el año 2009. La duración de la jornada laboral varía en función del sector económico. Así, los convenios que regulan el comercio, la hostelería o el turismo marcan la jornada anual media más alta de todas las actividades productivas, que es de 1.792,16 horas. En las condiciones actuales, que estamos llegando a los 5 millones de parados, con cientos de miles de trabajadores en el ERE y amenazados de despido, con los sectores del campo, las familias y trabajadores autónomos asfixiados por la banca y las hipotecas, la prensa monopolista habla genéricamente de empresarios confundiendo a la pequeña y mediana empresa, que está pasando serias dificultades para continuar con su actividad productiva, con la banca y las grandes empresas monopolistas, que sigue obteniendo inmensos beneficios a costa de los demás, de todos nosotros. Tal prensa, además, se dedica a destacar la existencia de “empresarios sin escrúpulos” que “se aprovechan de la crisis”. Todo ello con el objetivo de lanzar una gigantesca cortina de humo para despistar sobre quiénes son los verdaderos responsables de la grave situación económica que sufrimos. Evidentemente esos empresarios faltos de escrúpulos existen, pero los auténticos responsables de la crisis y de que se esté descargando sobre la inmensa mayoría de la población de este país se llaman Emilio Botín y el grupo de grandes oligarcas que encabeza.