Un izquierdista y 'outsider' dentro de los demócratas

El «socialista» Zohran Mamdani conquista la alcaldía de Nueva York

Independientemente de su programa, la victoria de Mamdani es una expresión de la lucha del pueblo norteamericano, que se levanta contra las ultrareaccionarias y antidemocráticas políticas de Trump

No ocurre todos los días que en Nueva York -la ciudad más grande y populosa de los EEUU, uno de los escenarios más simbólicos del capitalismo monopolista norteamericano, que alberga en sus entrañas a Wall Street- gane de calle la alcaldía un candidato autodenominado «socialista», en un país donde esa palabra ha sido demonizada desde la época del macartismo.

Pues eso es lo que acaba de ocurrir. Aupado por un abrumador 50% de los votos y gracias a más de 100.000 voluntarios, enfrentándose no sólo a Trump, sino al mismo establishment del partido demócrata y a su candidato -Andrew Cuomo, que al perder las primarias decidió concurrir como independiente, respaldado por grandes fortunas y corporaciones- un joven de 34 años llamado Zohran Mamdani, musulmán, nacido en Uganda pero de origen indoasiático, y con un programa basado en elementos de redistribución de la riqueza, ha ganado la alcaldía neoyorquina.

Viñeta de Pozo (Puerto Rico)

Nada más conocerse el resultado electoral, un sonriente Zohran Mamdani subió al estrado ante una enfervorecida multitud, reunida en el Paramount Theatre de Brooklyn, para agradecerles una victoria que sabe a David contra Goliath. Una de sus primeras flechas fue dedicada al inquilino de la Casa Blanca: «Donald Trump, sólo te digo tres palabras: ¡SUBE EL VOLUMEN!». Y sus seguidores gritaron exultantes, llenos de júbilo.

El que será el próximo alcalde de Nueva York mandó este sonoro recado a un Trump -también neoyorquino- que se ha implicado de forma directa y personal en las elecciones de la Gran Manzana. Llamando repetidamente a Mamdani «lunático comunista», y lanzando continuas amenazas a los votantes. Trump aseguró que en caso de ganar el izquierdista, la Casa Blanca cortaría el envío de Fondos Federales (excepto el mínimo legal) y recortaría miles de millones en fondos para vivienda, servicios sociales y transporte. Además amenazó con arrestarlo y deportarlo a su país de origen, a pesar de que es un ciudadano norteamericano.

En su cruzada «antisocialista», Trump llegó a pedir el voto no para el candidato republicano (Curtis Sliwa, que no tenía apenas expectativa de voto), sino para su rival, Andrew Cuomo, antes demócrata y ahora independiente, por ser el candidato apoyado por el mundo de las finanzas.

Pero nada de eso sirvió. Con 948.202 votos (50,6%), con el fuerte apoyo de jóvenes y minorías étnicas y sacando doce puntos a Cuomo, Mamdani se ha convertido en uno de los alcaldes más jóvenes de Nueva York, y el primero de origen migrante.

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Apoyándose en la gente

Seguidores de Mamdani lo abrazan en la celebración de su victoria

Al contrario que Cuomo -que ha recibido para su campaña una lluvia de millones de grandes fortunas, bancos de inversión y gestores de fondos, así como de grandes PACs (Comités de Acción Política vinculados a lobbies o intereses corporativos), la campaña de Mamdani ha rechazado todo este tipo de ayudas, y se ha financiado por unas 40.000 microdonaciones (de unos 98 dólares como media). Sin embargo, la clave de su victoria está en una importante movilización popular: más de 100.000 voluntarios -trabajadores en sus horas libres, estudiantes, profesionales liberales- han hecho turnos desde las 9.00 de la mañana a las 9.00 de la noche para tocar hasta tres millones de puertas pidiendo el voto para Zohran Mamdani.

De ahí la explosión de júbilo. En la victoria de Mamdani también ha ayudado su magnetismo, su manejo de la comunicación política y audiovisual, o el hecho de que su propia madre, Mira Nair, una reputada directora de cine, sea la que ha elaborado sus spots. Pero no nos engañemos. Es el fruto de millones de horas de trabajo de muchísimos neoyorquinos, de campaña en la calle, de boca oreja, de hablar con los vecinos.

Dos voluntarias haciendo propaganda en el Centro de Cultura Islámica de Nueva York

Es difícil no contagiarse de su alegría, incluso de su optimismo. Hace poco menos de un año, pocos hablaban de Zohran Mamdani. Ahora llena portadas y llena titulares. Y lo hace con un discurso que contrasta tanto con el del trumpismo rampante y ultrareaccionario, como del pesimismo derrotista y moderado del partido demócrata, que no levanta cabeza desde la derrota electoral de una Kamala Harris de la que nadie se acuerda. Un discurso que apela a la esperanza, pero sobre todo a la gente, a la acción popular, a la rebelión contra la dictadura de Trump.

“Si bien emitimos nuestros votos individualmente, elegimos la esperanza juntos. Esperanza sobre la tiranía. Esperanza sobre el poder del dinero y las ideas mezquinas. Esperanza sobre la desesperación. Ganamos porque los neoyorquinos se permitieron tener la esperanza de que lo imposible pudiera hacerse realidad. Y ganamos porque insistimos en que la política ya no sería algo que nos imponen. Ahora es algo que hacemos”

No sólo son palabras. Independientemente de su programa, la victoria de Mamdani es una expresión de la lucha del pueblo norteamericano, que de manera permanente y enérgica -con movilizaciones recientes como «No Kings Day», con más de 2.700 protestas y 7 millones de manifestantes en todo EEUU- se está levantando contra las ultrareaccionarias y antidemocráticas políticas de Trump.

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El programa y los posicionamientos

¿Quién es y qué defiende Mamdani?

Antes de instalarse con siete años en el neoyorquino barrio de Queens, Zohran Mamdani nació en 1991 en Kampala, Uganda, donde pasó sus primeros años, aunque sus padres -Mahmood Mamdani, un antropólogo y politólogo, y Mira Nair, cineasta- son ambos indios musulmanes, además de importantes activistas de clara influencia marxista, anticolonial y panafricanista.

Mamdani es miembro del Partido Demócrata, pero forma parte de su ala más izquierdista, la organización conocida como Socialistas Democráticos de América (DSA), con una línea que podemos identificar con la socialdemocracia europea o el laborismo británico, y de la que forman parte figuras como Alexandria Ocasio-Cortez y Rashida Tlaib.

Las políticas municipales que ha defendido en su programa y que le han valido el apoyo de casi un millón de neoyorquinos se han centrado en resolver graves problemas de las clases populares y en proponer subidas de impuestos para grandes fortunas y corporaciones.

Zohran Mamdani, en una protesta contra Biden en la Casa Blanca, denunciando el apoyo de EEUU al genocidio y la hambruna de Israel en Gaza

Para atajar la brutal subida del precio de la vivienda, y con la consigna “A city we can afford” (“Una ciudad que nos podamos permitir”), Mamdani propone la congelación inmediata del precio de los alquileres para dos millones de neoyorquinos, así como la de 200.000 unidades asequibles y sindicalizadas en 10 años. Además, su programa propone autobuses gratuitos para toda la ciudad, programas de guarderías universales y gratuítas hasta los 5 años, y ayudas para familias vulnerables. Propone un salario mínimo de 30 dólares la hora y tiendas de comestibles municipales (al menos una por barrio) para vender alimentos a precios al por mayor, reduciendo costos.

Para financiar todo ello, propone subir los impuestos municipales a multimillonarios (dos puntos en el impuesto de la renta) y grandes corporaciones (del 7,25% actual al 11,5% sobre beneficios), lo cual generaría unos ingresos de 5.000 millones anuales a las arcas de Nueva York.

«¡A sus órdenes, Marx!. El socialista Mamdani gana las elecciones a alcalde». Así ha tratado de atacar el New York Post el resultado electoral

El nuevo alcalde es un fuerte opositor a las xenófobas políticas antimigratorias de Trump, y a su «Gestapo», el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) a la que ha llamado «fascista». Ha prometido hacer de Nueva York no sólo una ciudad santuario, sino un «baluarte» contra estas políticas, invirtiendo 165 millones en servicios legales de defensa para inmigrantes, negándose a colaborar en redadas y emprendiendo acciones legales.

Además, Mamdani es conocido también por su rotundo posicionamiento, desde el principio, contra el genocidio en Gaza. Aunque ha condenado los ataques de Hamás del 7 de octubre como «crímenes de guerra», el izquierdista no ha parado de denunciar -siempre como «genocidio»- la brutal ofensiva de Israel contra la Franja, así como el apoyo histórico de EEUU al Estado de Israel. Apoya públicamente la necesidad de «Boicot, Desinversión y Sanciones» contra el sionismo y ha defendido el eslogan «Globalizar la Intifada» como un llamado a la igualdad palestina. Ha prometido arrestar a Netanyahu si vuelve a Nueva York, obedeciendo la orden de la Corte Penal Internacional.

Todo ello le ha valido tanto la simpatía de los manifestantes pro-palestinos como la violenta hostilidad del poderosísimo lobbie sionista estadounidense, con fuertes conexiones tanto en el Partido Republicano como en el Demócrata.