Elecciones en Irlanda del Norte

El Sinn Féin gana… pero la crisis política se enquista en Irlanda del Norte

Lejos de resolver la crisis política en Irlanda del Norte, la victoria del Sinn Féin desata el bloqueo de los unionistas. La crisis se perpetúa y agudiza, aumentando las posibilidades de una repetición electoral.

El partido independentista de Irlanda del Norte, el Sinn Féin, asociado históricamente al grupo terrorista IRA, ha obtenido una victoria histórica. Es el partido más votado en las elecciones para la Asamblea de Belfast, donde tendrá el mayor número de diputados, 27, en un Parlamento con 90 escaños. Su contrincante, el Partido Democrático Unionista (DUP) pierde por primera vez el liderazgo simbólico desde 2007, quedando segundo con 25 escaños.

Con este resultado, la líder del Sinn Féin en la región, Michelle O’Neill, se presentará al puesto de ministra principal, un cargo nunca ocupado por un político nacionalista en los cien años de historia del Ulster. Sin embargo, al menos a corto plazo, los republicanos no podrán gobernar en Irlanda del Norte. Los Acuerdos de Viernes Santo de 1998 respaldados en referéndum, establecen que en Irlanda del Norte debe haber un Ejecutivo autonómico compartido entre unionistas y republicanos irlandeses. Pero el líder del DUP, sir Jeffrey Donaldson, no tiene intención de postularse como Viceministro Principal y esa decisión anularía la estructura de dos líderes representando a sendas comunidades. Dejaría a la Asamblea autonómica y a su Ejecutivo con poderes limitados.

En realidad, este bloqueo político ya existe. En febrero, Donaldson anunció a Londres su dimisión como Ministro Principal de Irlanda del Norte, por los desacuerdos con el gobierno de Boris Jonhson sobre la gestión del Brexit en el Ulster. El partido unionista DUP es el único que votó a favor del Brexit en Irlanda del Norte, buscando aislar al máximo a este territorio del resto de Irlanda. Pero -justamente para proteger los acuerdos de Viernes Santo- Boris Jonhson ha mantenido las fronteras libres de aranceles en el Ulster, lo que ha provocado un aumento del comercio entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda, algo que que desde la perspectiva unionista favorece la -para ellos indeseable- unidad política de la isla.

Lejos de resolver la crisis política en Irlanda del Norte, este resultada lo perpetúa y agudiza, aumentando las posibilidades de una repetición electoral.