La investigación transversal es la que permite, mediante el estudio de una enfermedad, desvelar los mecanismos por los que combatir otra. En estas páginas hemos hablado de los mecanismos comunes, en direcciones opuestas, que relacionan las enfermedades neurodegenerativas, como el mal de Alzheimer y el cáncer. En esta ocasión es el síndrome de Down, el que revela una clave para combatir el cáncer
Se trata de un gruo de investigadores estadounidenses que han descubierto una de las claves de por qué las personas con síndrome de Down rara vez desarrollan cáncer. Tienen copias adicionales de un gen que ayuda a evitar que los tumores se alimenten a sí mismos. De hecho, el síndrome de Down se basa en la trisomía del cromosoma 21, o sea, en el hecho de que estas personas tienen 3 copias y no 2 del cromosoma nº 21 (el hombre tiene normalmente 23 pares). Es una enfermedad que afecta a uno de cada 700 nacimientos con vida y es la causa genética más común de retraso mental.Se trata de uno de esos hallazgos sobre los que no hay que echar campanas al vuelo sobre sus aplicaciones clínicas, pero es una nueva línea de estudios que en unos años puede dar lugar, efectivamente, al desarrollod de nuevas líneas terapéuticas antitumorales. El estudio se realizó con unos 18.000 pacientes con síndrome de Down, los cuales tuvieron un10% de la tasa de cáncer para la población sana. Pues bien, uno de los 231 genes que tienen de más por la copia extra del cromosoma, codifica una proteína que suprime el factor de crecimiento vascular endotelial o VEGF, que es uno de los compuestos necesarios para que el tumor desarrolle nuevos vasos sanguíneos para hacer posible su crecimiento, la llamada angiogénesis. El estudio abarcó la comprobación de eque ratones modificados genéticamente con una copia extra de dicho gen (el DSCR) eran resistentes a los tumores.De la misma forma, las personas que padecen síndrome de Down también son menos propensas a desarrollar enfermedades relacionadas con la angiogénesis, como la retinopatía diabética y la aterosclerosis o endurecimiento de las arterias.Los datos obtenidos del estudio nos brindan un nuevo enfoque, según sus autores, sobre los mecanismos que regulan el crecimiento tumoral. Esperan obtener más información del estudio del resto de los genes de los que estos pacientes tienen copias extras. Lo que queda patente es que el combate a la angiogénesis es una vía que el propio cuerpo utiliza para combatir el cáncer.