El pasado jueves 6 de Octubre, el sindicato CCOO hacía público un informe acerca del estado de la universidad pública en España. En estos últimos cuatro años, las universidades públicas han perdido 101.429 matriculados, descenso que cada vez va a más y es más agudo, y CCOO señala que los responsables de este suceso es debido a los recortes que lleva sufriendo continuamente las universidades públicas.
No lo ve así el Ministerio de Educación, en donde se asegura que el motivo de tan elevado descenso de matriculas universitarias es debido exclusivamente a un descenso continuo de la población joven, de entre 18 y 24 años, en España. Una posición que es imposible de sostener una vez se observan los datos objetivos. «Si en 2010 los estudiantes aportaban el 15% de los presupuestos universitarios, hoy aportan el 22%»
En primer lugar, el informe de CCOO señala como el descenso pronunciado de la juventud ya se producía en 2008, con caídas de un 3% anual. Sin embargo, entre 2008 y 2012 los matriculados no descendieron, sino que aumentaron en 92.212 alumnos. En segundo lugar, los dos últimos años (2015 y 2016) son los años de caídas más suaves entre la juventud y sin embargo en esos dos años es donde más han caído las matrículas (56.000 matrículas menos). Según el informe de CCOO, las razones que realmente son causa del descenso de la matriculación en España se encuentra en los recortes.
Las universidades españolas han perdido un 16% de su presupuesto entre 2010 y 2014, siendo Castilla la Mancha (23%), Murcia (22%), Cantabria (20%) Cataluña y País Vasco (18%) las comunidades autónomas que más han aplicado la tijera. Eso se ha traducido en un descenso del gasto en el estudiante, que ha pasado de 7.760 euros a 6.481 euros por alumno y año. Lo que se traduce en un aumento generalizado de tasas y un descenso continuo de las becas, cuyos requisitos se han endurecido para obtenerlas y mantenerlas, con el fin de poder estudiar en la universidad. Si en el 2010, los estudiantes aportaban el 15% de los presupuestos universitarios, hoy aportan el 22%.
Según CCOO, las tasas han subido un 20% en estos últimos cuatro años, haciendo que España sea el noveno país de Europa con los grados más caros. Al mismo tiempo, las becas se han reducido en 332 millones, el 18%, también en estos cuatro años. Los más afectados son, obviamente, los hijos de las clases populares, quienes carecen de los medios para poder afrontar el creciente pago de las tasas universitarias y tienen menor acceso a becas con las que pueden costearse los estudios.
Pero no se trata sólo de una cuestión de justicia social. Las universidades son auténticos centros estratégicos, fuentes de cuadros capaces de llevar el rumbo de todo un país en todos los niveles (industriales, culturales, políticos, económicos…). Y por tanto, cuando se debilita a las universidades lo que se está haciendo es debilitar la posibilidad de establecer un camino propio frente a quienes quieren que sigamos subdesarrollando nuestras inmensas potencialidades para poder seguir imponiendo sus intereses.
Y nuevamente, hay que recordarlo, no es verdad que no haya dinero. Con una moratoria del pago de la deuda pública, hasta que la economía crezca por encima del 3% y el paro descienda por debajo del 10% permitiría que el Estado conservara 113.000 millones de euros en una legislatura. Dinero más que suficiente no sólo para revertir los recortes en sanidad y educación, sino para crear un Plan Nacional de Sanidad, Educación, Ciencia y Cultura. Hacerlo es simplemente cuestión de voluntad política.