Cuando el gobierno de Syriza convocó el referéndum donde el pueblo griego debía pronunciarse sobre el plan impuesto por la troika, ellos pasaron curiosamente a convertirse en los «indignados». Por primera vez un pueblo y un gobierno europeo se negaban a aceptar su dominio y sus dictados. Lo que esta jugándose en Grecia es una batalla política de envergadura donde está decidiéndose la correlación de fuerzas política entre EEUU y Alemania, con su FMI, su BCE, su Comisión Europea, y la lucha de los pueblos contra los recortes y por defender su soberanía.
Cinco años de gobiernos de la troika en Grecia: un atraco a gran escala
Desde hace cinco años la situación griega está marcada por un gigantesco atraco a la población y el país. La troika ha dejado a Grecia al borde de una crisis humanitaria severa.
El PIB ha caído un 27% desde 2.010, lo que significa una gigantesca destrucción de fuerzas productivas. Sólo en los dos primeros años de aplicación de las políticas de la troika cerraron en Grecia más de 100.000 empresas.
La deuda -que se ha disparado hasta suponer el 175%- se ha convertido en una losa impagable, que consume solo en el pago de los intereses la mayor parte del presupuesto público.
Y el paro, que era de solo el 7,2% en 2008, se ha disparado hasta superar el 27%. Desde 2.010 se han destruido un millón de puestos de trabajo.
La mitad de la población griega ha visto reducido en un 50% su poder adquisitivo, a golpe de recortes salariales y aumento de impuestos. «La troika ha dejado a Grecia al borde de una crisis humanitaria»
Lo que según las estadísticas de Eurostat ha provocado que el 35,7% de la población se encuentre en riesgo de exclusión social. Más de un tercio de la población al borde de la pobreza.Lo corrobora la OCDE, que calcula que un 17% de la población no tiene cubiertas sus necesidades alimentarias. Mientras el 26% de los niños está sometido a la subalimentación de una dieta pobre «por motivos económicos».
Los recortes impuestos por la troika han excluido del sistema público de salud a más de tres millones y medio de personas, el 30% de la sociedad. Y se ha impuesto el copago a la mayoría de las consultas e intervenciones, por lo que otra gran parte de la sociedad no puede afrontar un tratamiento. El anterior Ministro de Sanidad, de Nueva Democracia, se permite afirmar que “enfermedades como el cáncer no son urgentes a menos que estén en la etapa final”.
Al mismo tiempo que se elevada el saqueo sobre la población, la troika ha impuesto un gigantesco proceso de privatizaciones que supone el expolio a gran escala de la riqueza nacional. Ejecutado a través de un organismo privado radicado en Luxemburgo, y entregado a precio de saldo al gran capital extranjero.
Se han privatizado servicios básicos como la electricidad y el agua, infraestructuras estratégicas como el ferrocarril, los principales puertos comerciales -como el de El Pireo-, los aeropuertos…
Si no ha estallado todavía una gravísima crisis humanitaria en el corazón de Europa, como es Grecia, es porque el pueblo griego ha organizado frente al salvaje saqueo impuesto por Washington y Berlín una extensa red de solidaridad interclasista.
Abriendo dispensarios públicos con médicos voluntarios. El movimiento que la defiende tiene como lema: “No nos mataréis”. Los centros médicos atogestionados, conocidos como “clínicas sociales”, tratan de poner remedio a esta situación mediante trabajo voluntario de doctoras, enfermeras y auxiliares de enfermería.
Numerosas asambleas de barrio han puesto en marcha bancos de alimentos autogestionados, y comedores sociales que no dan abasto.
Desafío a la troika
La sola convocatoria del referéndum era un éxito. Y el abrumador triunfo de NO es un desafío al dominio de la troika (FMI, Banco Central Europeo, Comisión Europea).
Solo en una ocasión anterior (el referéndum de la OTAN en España en 1986) se sometió a votación popular el cumplimiento de los principales mandatos de Washington o Berlín.
Ante la ofensiva que pretendía quebrar su resistencia, el gobierno ha respondido con valentía y audacia, apelando directamente al pueblo griego a través del referéndum.
Porque, a pesar de todos los ataques recibidos, el gobierno de Syriza y la línea de defensa de la soberanía nacional que representa sigue disfrutando de un alto grado de apoyo social.
En la última encuesta electoral -publicada el 21 de junio- Syriza ganaría las elecciones con el 47,5%. Nueve puntos más que en las últimas elecciones. Y más del doble que el siguiente partido, Nueva Democracia, con el 19,5%. Y el 62% de los griegos apoyan a Tsipras en las negociaciones con la UE o el FMI, frente a solo el 34% que estaría dispuesto a ceder ante los acreedores. «El abrumador triunfo de NO es un desafío al dominio de la troika»
Dada la situación catastrófica generada tras cinco años de saqueo de la troika, el gobierno de Syriza estaba obligado a negociar un acuerdo, ofreciendo concesiones para desbloquear los tramos pospuestos de la entrega del dinero retenido de los dos primeros “planes de rescate”, sorteando así la asfixia financiera a corto plazo, y ganando sobre todo tiempo para negociar una reestructuración de la deuda que incluya quitas significativas.
En las negociaciones con la troika, el gobierno de Syriza ha demostrado flexibilidad e inteligencia para poder alcanzar un acuerdo, pero sobre todo firmeza en la defensa de los intereses nacionales y la soberanía del país frente a las imposiciones y el diktat de la troika.
Merkel quería cobrarse la pieza
Tras la convocatoria del referéndum se ha desatado una feroz ofensiva para intentar quebrar la resistencia del pueblo griego y del gobierno de Syriza.
El objetivo de esta ofensiva lo sintetiza el editorial de El País: “Europa considera que tiene a Tsipras contra las cuerdas y quiere cobrarse la pieza”.
Para ello han intervenido de forma descarada en el curso del referéndum, intentando propiciar el triunfo del SI y la deslegitimación del gobierno de Syriza.
Si no se pudo alcanzar un acuerdo (a pesar de que incluso el Financial Times, uno de los principales portavoces del gran capital norteamericano, consideraba que las propuestas presentadas por el gobierno de Syriza “tiene el contenido suficiente para conseguir un acuerdo en cuestión de días”) ha sido por la intransigencia del gobierno alemán. Con el objetivo declarado de conducir a Grecia al abismo para quebrar su resistencia a la ejecución de la intervención y el saqueo.
La decisión del BCE de no ampliar la línea de ayuda de emergencia a los bancos griegos, junto a una nueva fuga de capitales, obligó al gobierno griego, para impedir una descapitalización de la economía, a imponer controles de capitales y limites de retirada de depósitos y efectivo.
Y la rotunda negativa alemana a negociar una prórroga del rescate paraliza la financiación europea a Grecia, desde los tramos pendientes del segundo rescate a la transferencia de los beneficios obtenidos por el BCE de la compra de bonos griegos. «Una nueva “campaña del miedo” busca identificar el NO en el referéndum con una salida del euro que la sociedad griega no desea.»
Al mismo tiempo, la agencia de calificacion Standard and Poor´s ha rebajado la calificación de los principales bancos griegos a niveles de “quiebra selectiva”.
Washington y Berlín juegan con la asfixia económica creada por las condiciones de los dos planes de “rescate”, un auténtico atraco a la economía nacional. Que además de reducir un 25% el PIB desde 2010 imponen pagos inasumibles. Grecia tiene que pagar solo este mes 1.541 millones al FMI y 3.600 millones en vencimientos de deuda. Entre julio y agosto debe pagar 11.397 millones al FMI, al BCE. Hasta 2017 los pagos comprometidos ascienden a 29.000 millones de euros.
A la ofensiva política se une una nueva “campaña del miedo”, identificando el NO en el referéndum con una salida del euro que la sociedad griega no desea.