Esta nueva ultraderecha forma parte de “El movimiento”, la agrupación de partidos de extrema derecha europea promovida por Steve Bannon (en la foto como asesor de Trump y con el representante de Vox en Washington), con el objetivo de conseguir un importante grupo parlamentario en las próximas elecciones europeas; un ariete que favorezca el debilitamiento de la Unión Europea frente a Washington. Esta cuestión, en el programa de la sucursal española, se concreta en “impulsar un nuevo tratado europeo, en la línea de cerrar las fronteras, y que la UE no ejerza las relaciones internacionales.”
Ni España, ni unidad, ni soberanía
El programa concreto de Vox son sus “100 medidas para España”, agrupadas en bloques cuyo primer capítulo se titula “España, Unidad y Soberanía”.
Hablar de soberanía y no cuestionar la presencia de las bases militares estadounidenses, o del sometimiento a la OTAN, es pretender colar desde el primer párrafo un programa cuyas principales propuestas son justamente sus silencios. Solo apuntan a las formas, no al fondo: “agravamiento de las penas por las ofensas y ultrajes a España y sus símbolos o emblemas (la bandera, el himno y la Corona).”
No hay ningún punto acerca del sometimiento a la intervención de potencias extranjeras en la dirección política, económica, militar o diplomática del país. No se mencionan ni la OTAN ni las bases, ni la Comisión Europea, ni el Fondo Monetario Internacional (FMI), ni se presenta ningún sistema propio de relaciones internacionales. Eso sí, proponen la participación de soldados españoles en las guerras de El Pentágono en el saco roto de la lucha contra el yihadismo.
La “unidad” se convierte en imponer la uniformidad. “Supresión de las autonomías (suspensión inmediata de la catalana) y devolución ya de competencias”. Y añaden la “ilegalización de los partidos, asociaciones u ONG independentistas.” Una peligrosa línea roja: recortar la libertad de expresión y de asociación.
Por la vía de la imposición desaparece la unidad entre el pueblo y queda reducida a la unidad territorial. Curiosamente, lo mismo que hacen Mas, Puigdemont o Torra. También como ellos, agitan la bandera para esconder la sumisión al imperio… y, sobre todo, para encubrir el saqueo que sufrimos. No son patriotas, son un vehículo de intervención para degradar el país y utilizarnos mejor.
Los números no cuadran
Nuestros bolsillos perderían con sus medidas económicas, pues generarían más déficit público y no apuntan a redistribuir la riqueza, sino a garantizar los beneficios de la banca y los monopolios. Proponen una “rebaja radical del impuesto sobre la renta”; pero para las rentas más bajas no cambia nada, solo se beneficiarían “las rentas superiores a 60.000 €”. También proponen “reducir el tipo general del impuesto a las pymes al 15%, y el del impuesto sobre sociedades al 20%”.
Toda una engañifa, pues como se ve en el cuadro, el grueso de los beneficios obtenidos en el país por la banca, los monopolios y los grandes grupos empresariales tributan realmente muy por debajo de ese 20%.
Tributación real de la banca y los grandes grupos empresariales
(En porcentajes sobre beneficios)
Porcentaje de impuestos que pagan | Impuesto actual | Pagan realmente |
Banca | 30,00% | 5,24% |
Grandes grupos empresariales | 25,00% | 6,14% |
Fuente: Ministerio de Hacienda.
Si se bajan los impuestos a las rentas más altas y se admite que los grandes monopolios y los bancos no paguen ni de lejos lo que les correspondería, ¿cómo se cuadran los presupuestos? ¿De dónde sale el dinero que se deja de recaudar? Si las cuentas no están echadas es que no son medidas para aplicar, sino para captar votos.
Por supuesto, ni palabra del trato fiscal a las sociedades de inversión de capital variable (sicavs) y los fondos que pagan solo un 2%, o sobre la dominación por el capital extranjero del 65% de la inversión en bolsa. Ninguno de los principales grupos financieros, industriales, de comunicación, transporte, distribución o construcción escapa a pagar un cuantioso tributo a los grandes fondos de inversión que acaparan sus acciones. Todo un Make America Great Again; porque son los bancos y los fondos de inversión estadounidenses los que se quedan la parte del león de la riqueza generada en España.
Ladrillo made in USA
La ausencia de un proyecto económico nacional se concreta en volver a proponer el ladrillo: “Liberalizar el suelo. Convertir en suelo apto para ser urbanizado todo el que no deba estar necesariamente protegido por motivos de interés público”. Una broma pesada, pues solo las estadounidenses Blackstone, Goldman Sachs y Cerberus acumulan 115.000 propiedades inmobiliarias (pisos, suelo urbanizable, centros comerciales, etc.). Ningún punto del programa de Vox concreta una solución para abaratar la vivienda.
Las medidas relativas a la industria o a la investigación tienen tal nivel de generalidad que no implican compromiso alguno: “Un Plan Hidrológico Nacional bajo el principio de la solidaridad y bien común; Fomentar la reindustrialización y aumentar el peso de la industria. Apoyo a la I+D+I y a la expansión internacional”. Ni un cálculo de cuánto dinero hay que invertir y en qué sectores debemos especializarnos. Ni una sola referencia a romper con el país de camareros para el turismo en que nos han convertido.
Y hablar de un “Plan de la Energía con el objetivo de la autosuficiencia” sin cuestionar en manos de quién está todo el sector energético es una estafa a los votantes.
Peligro añadido
Una parte significativa del programa se orienta a los recortes de derechos y libertades: la inmigración, el cristianismo frente al islam y los muros en las fronteras se llevan 16 medidas de las 100: una evidente desproporción respecto de los problemas reales de la mayoría. E implican una criminalización de la inmigración que solo busca bajar el coste de esa mano de obra.
Se potencia con la boca pequeña un sistema privado de pensiones: “Un nuevo modelo mixto de capitalización y reparto. Un sistema que garantice una pensión mínima que se revalorice con el coste de la vida”, pero diferenciado realmente por “la propiedad: ahorros propios que complementen las pensiones mínimas.” Justo cuando la propuesta de Blindaje Constitucional de las Pensiones públicas empieza a ser un clamor general.
Además, se atacan consensos básicos, como el derecho al aborto o la propuesta de “derogación de la ley de violencia de género”.
Nostalgia de una pesadilla
“Derogación inmediata de la Ley de Memoria Histórica. … homenajear conjuntamente a todos los que, desde perspectivas históricas diferentes, lucharon por España”. Colando como “luchadores por España” a quienes participaron en el golpe de 1936 y la posterior represión. Casi nada.
La nota de humor está en la “Promulgación de una ley orgánica de protección de la familia natural que la reconozca como institución anterior al Estado”. ¡Que baje Engels y lo lea! Ya en 1884 se publicó La familia, la propiedad privada y el Estado, demostrando que la forma familiar actualmente conocida nace con el Estado. Y que anteriormente a éste, la familia y el matrimonio adoptaban otras formas.
Vox es en esencia una fuerza completamente entregada al beneficio de la banca y los monopolios, plegada a los intereses estadounidenses en nuestro país y a sus proyectos contra la Unión Europea. Es parte de la derecha en tiempos de Trump.
…. Y ahora aparece quién pagó su despegue
“Irán libre” es el nombre que recibe la reunión anual y la campaña que promueve un grupo de intervención de los Estados Unidos en la política iraní. Denominado Consejo Nacional de Resistencia Iraní (CNRI), aparece como el aportador del 80% de toda la financiación de Vox en sus inicios: 800.000 euros. Casi nada.
Para quitarle hierro, los portavoces de la formación ultraderechista han declarado que sus cuentas están auditadas y que son pagos legales; pero el Tribunal de Cuentas ha negado tal auditoría.
Otro engendro de la CIA
En las últimas reuniones de “Irán Libre” intervinieron el abogado personal de Trump, Rudolph Giulani, el asesor de seguridad de la Casa Blanca, John Bolton, el senador republicano J. McCain o los dos exdirectores de la CIA, J. Woolsey y Porter Goss, entre otros.
No hace falta ser Sherlock Holmes para entender que se trata de un grupo de los que la CIA sostiene para sus operaciones de intervención en otros países. El brazo armado se denomina MEK. En los años noventa del siglo pasado se le atribuyeron ataques contra 13 embajadas de Irán, siendo el único grupo al que se le permitió atentar en EE.UU. (en Nueva York, contra la delegación de Teherán en la ONU).
El fundador de Vox, Vidal-Quadras, fue uno de los principales valedores para que, de acuerdo con la presión ejercida por los EE.UU., la Unión Europea los borrase de la lista de organizaciones terroristas. De esta forma, fueron trasladados a bases militares en Europa (Albania) para su entrenamiento. Sin ningún pudor, Vidal-Quadras afirmó a un diario: “he visitado su campamento actual en Albania y el que tenían en Irak en 2009 […]”.
Estos patriotas de pacotilla podrían cambiar el águila de su bandera por un pentágono.