SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

El prí­ncipe de los silencios se queda sin habla

Los ciudadanos -en defensa propia- tienen una tendencia natural a aceptar los sacrificios, pero no la mentira o la ocultación. Y mucho menos cuando se construye un discurso basado en la verdad y en la presunta previsibilidad del presidente que se diluye a las primeras de cambio. Y el espectáculo que está dando España sobre su nivel real de déficit público es digno de tenerse en cuenta.

A esta hora ni el medieval caballero Percival ni Ginebra Aguirre han dado una explicación convincente a la opinión pública sobre tamaña desviación (un 100%). Ni mucho menos Beteta, acostumbrado a explicar decisiones transcendentales a golpe de nota de prensa. Como si el Congreso fuera una cámara de segunda lectura en la que únicamente se convalidan decretos leyes. No es, desde luego, el único. Es como si el príncipe de los silencios se hubiera quedado sin habla.