En junio pasado la Plataforma por una Banca Pública publicó un manifiesto en el que denuncia la concentración bancaria llevada a cabo desde el inicio de la crisis en 2008 hasta la actualidad, manifestando “la urgencia de una banca pública en España como la única línea de defensa efectiva ante el oligopolio bancario”.
La Plataforma por una Banca Pública, ya en diciembre de 2014, había publicado otro manifiesto por una banca pública que se titulaba “Bankia pública. Banca pública. Bajo control democrático y con finalidad social”. Uno de sus objetivos actuales es paralizar la privatización de Bankia.
Entrevistamos a Manuel Nolla, miembro de la Plataforma, para que nos dé su punto de vista sobre esta situación.
¿Qué consecuencias negativas tiene la concentración bancaria en España?
Por ejemplo, se hunde el empleo en las PYMES, que en España es el mayoritario, porque están sometidas al bloqueo financiero o a tipos de interés mucho más altos que los del mercado para las grandes corporaciones vinculadas a los grandes bancos. Se inventan productos especulativos que rayan con la estafa, como las preferentes, las hipotecas basura, y otros productos.
Incluso se les permite por parte del Estado puedan concertar y llegar a acuerdos para maximizar sus beneficios. Hasta el extremo que se permita legalmente que dejen de darnos intereses por el dinero, que tenemos depositado en las cuentas corrientes y de ahorro, con el que obtienen cuantiosos beneficios.
¿Defiendes la existencia de una banca pública? ¿Puedes desarrollarlo?
La banca pública tiene un papel estabilizador, antisísmico, así lo afirma incluso el Fondo Monetario Internacional. Porque la banca privada genera, en realidad, con sus operaciones financieras, más dinero que el que emite los bancos emisores de los Estados o de la Unión Europea, generando continuas crisis.
Primero hay que aclarar que se está dejando a España sin banca pública. No existe ningún país europeo sin banca pública. Es mentira que la Unión Europea prohíba la existencia de una banca pública en sus países miembros. De hecho, los dos grandes países europeos. Alemania y Francia, mantienen su propia e importante banca pública. Privatizar la banca pública en España ha sido una decisión política al servicio del oligopolio bancario.
Una banca pública debe tener una finalidad social. Por el contrario los bancos privados utilizan los préstamos como vehículo principal de ganancia. Una banca pública debe atender tanto a la población de todo el país, sea rural o viva en zonas poco habitadas como apoyar a las empresas pequeñas y medianas con préstamos a muy bajo interés, así como financiar proyectos nacionales de investigación, desarrollo e innovación para el desarrollo de una economía competitiva del país.
¿Estás de acuerdo en el papel clave de una banca pública al servicio de la mayoría de la sociedad y para salir de la crisis?
Sí. Una banca pública debe funcionar con una gestión profesionalizada, transparente, con participación social y bajo un control democrático. Con gestión profesionalizada pero sin las impúdicas retribuciones de la alta dirección. Con auténtico control democrático de las instancias públicas, incluido el Congreso de los Diputados. Transparencia, publicidad y participación social.
Una banca ética. Que asegure que los ahorros de los usuarios no vayan a los paraísos fiscales, para especular en los mercados financieros, o a proyectos no sostenibles ecológicamente. Sin cláusulas suelo en los préstamos y sin preferentes.
Una banca de proximidad, con un servicio de depósitos para la ciudadanía, eficaz, barato, universal y cercano por llegar a los rincones de nuestra geografía. Uno de los principales objetivos es canalizar el ahorro local e invertirlo en el territorio de actuación, con criterios redistributivos para poder invertir en regiones que necesitan y en entornos rurales.
¿Qué opinas de la compra, por fondos de inversión extranjeros, de acciones de los grandes bancos españoles?
Ese proceso de concentración capitalista les ha llevado también a generar productos altamente especulativos. E igualmente a endeudarse con los bancos alemanes y franceses principalmente. Y por ello la modificación del artículo 135 de la Constitución y no dar créditos a las empresas PYMES; porque tienen que pagar lo primero sus deudas y las de sus grandes empresas. Y además cotizan en las bolsas internacionales donde los grandes fondos extranjeros realizan sus compras de acciones.