En esta campaña electoral, uno de los grandes temas desaparecidos de los debates, mítines y discursos de los cuatro grandes partidos que se han presentado al 26-J han sido las pensiones. Pero no por ello debemos pensar que no van a tener relevancia en la próxima legislatura. Al contrario, el hecho mismo de que no hablen de ellas puede interpretarse que sí que van a estar muy presentes, y que por ello mismo no quieren ni mencionarlas.
Y es que hay evidencias más que de sobra para ver que las pensiones van a ser protagonistas estos próximos meses y años. Lo dice el propio periódico “El Pais” en su editorial “Silencios de campaña” donde afirma que “se ha pasado de puntillas sobre el tema de las pensiones, cuando es obvio que el sistema de pensiones necesita una revisión a fondo, debatida y pactada, que tiene que empezar con la financiación presupuestaria de una parte de las prestaciones”.
A esto le sigue la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), quien amenaza con que el Fondo de Reserva de la Seguridad Social se acabará a finales de 2017 y comienzos del 2018. Este mismo 21 de junio, el Instituto de Estudios Económicos (IEE) ha publicado un informe en que asegura que se debe reducir la cuantía de las pensiones, alargar la edad de jubilación e incentivar los sistemas de pensiones privados. Y el observatorio del BBVA propuso justo antes de la campaña electoral que se hiciese un sistema mixto de pensiones público y privado. Nuestra respuesta a esta situación no puede ser otra que la de redoblar los esfuerzos para lograr un referéndum vinculante con el cual blindar las pensiones en la constitución
Este es uno de los asuntos vitales que nos jugamos en esta nueva legislatura, pese a que los grandes partidos pretendan ocultarlo. El saqueo sobre las pensiones va a seguir perpetrándose. No les basta con que, gracias a las reformas y recortes ya hechos durante los gobiernos de Zapatero y Rajoy, las pensiones hayan perdido el 35% de su poder adquisitivo. Quieren darle un nuevo golpe más, para lograr el ansiado objetivo con el que empezaron a recortarlas ya con Zapatero: privatizarlas y lucrarse con el sustancioso negocio de los planes de pensiones privados, negocio que se ve frenado por el (por ahora) sólido sistema público de pensiones. Ese es el mandato tanto de la oligarquía española como los bancos y monopolios extranjeros para esta próxima legislatura.
No es verdad que no haya dinero para mantener las pensiones. Sólo con una reforma fiscal del 50% sobre los multimillonarios beneficios de bancos y monopolios, tal y como propone Recortes Cero, se podría no sólo mantener las pensiones, sino subirlas para que ninguna baje por debajo de los 1.000. Solo falta voluntad política para hacer frente a esos pocos quienes pretenden enriquecerse a costa de algo tan fundamental para todos como son las pensiones.
Nuestra respuesta a esta situación no puede ser otra que la de redoblar los esfuerzos para lograr un referéndum vinculante con el cual blindar las pensiones en la constitución, de tal manera que ningún gobierno ni ningún agente externo sea capaz de privatizarlas ni reducir su poder adquisitivo ¡Ahora más que nunca es el momento!