Arquitectura

El Museo: de templo del arte a centro comercial

Mientras el contenedor de las colecciones de arte pasaba del palacio renacentista a las bases de datos digitales de google earth, el contenido artí­stico evolucionaba transformado objetos sagrados o mágicos en mercancí­as de gran valor. En la actualidad, la posesión de estos objetos ya no otorga poderes sobrenaturales a sus propietarios, pero si les aporta grandes sumas de dinero en su comercialización, y sobre todo, un estatus representativo de su posición en el mundo. Del palacio al museo-espectáculo, de templo del arte a centro comercial.

Grandes luces y sombras se esconden tras los cinco siglos de mutación arquitectónica de la institución museística. Palacio, Museo, Centro Cultural y Centro Comercial, en definitiva, centros de consumo cultural. Envueltos en titanio en el Gugenheim o de acceso virtual a través del móvil, han llevado al arte a su aogeo de popularidad y de mercantilización. ¿Del arte para unos pocos, al arte para todos? La revolución francesa preconizaba el paso “del placer de los señores al placer del pueblo” y por fin acercar el arte a todos por igual. Pero pese a que los cambios que acontecieron fueron drásticos y las colecciones cambiaron de manos, y aun siendo públicos los museos, el arte siguió relacionándose principalmente con las élites, burguesas esta vez. Representando el nuevo estatus alcanzado tras tomar el estado y, por tanto, su nueva posición en el mundo, las burguesías europeas, Francia e Inglaterra principalmente, aumentan sus colecciones públicas. Además de la cesión obligatoria de colecciones religiosas y el traspaso de las colecciones reales y privadas, el estado asume la compra de obras de arte y promueve el saqueo tanto en expediciones arqueológicas como en las botines de guerra. Buen ejemplo de ello son las campañas de Napoleón por Egipto, el expolio de los ingleses en Grecia o el saqueo estadounidense a la Alemania de Hitler tras la segunda guerra mundial. Del arte mitificado, al arte formativo Desmitificar el museo como templo del arte y pasar del carácter elitista del arte al pedagógico y formativo, requirió de más de un siglo. La función de los museos pasó a ser la de enseñar. Pero, ¿enseñar qué? Institucionalizar el arte tiene, principalmente, dos fines. Por un lado, controlar la producción artística, permitiendo a las instituciones desarrollar su pensamiento como el único. Por otro, como plantea Luis Ferández-Galiano, hacer “de sus narraciones históricas y artísticas parte del proceso de construcción de las identidades nacionales y de la cohesión social que reclama la estabilidad de los estados”. A principios del siglo XX los Estados Unidos revolucionaron el concepto de museo al unirlo con la escuela de arte. De manera que la misma institución pasa de mero almacén a lugar de generación del arte, vinculado a las universidades locales. En su nueva concepción incorporaban ya avanzados criterios de adquisición, ya próximos a la inversión económica. Del arte para enseñar al arte para aprender A raíz del movimiento antimuseo de Mayo del 68, se vuelve a denunciar el carácter elitista de los museos llegando a plantear que “no habrá progreso o democratización en las artes hasta que no se queme el museo del Louvre”. Se denuncia la falta de dialogo entre museo y sociedad, y se exige la completa revolución conceptual del museo o su muerte. Dos consecuencias se obtuvieron de esta lucha. En primer lugar se replantean las bases formativas de los museos y surgen diversos modelos que pasan del arte para enseñar, al arte para entender. En segundo lugar, se cuestiona el concepto tradicional de conservación de fondos y se desarrolla el modelo de centros productores del arte, centros artísticos. Surgiendo los Centros Culturales, los Museos de las Ciencias y las Técnicas y los Ecomuseos (etnológicos, antropológicos, cultura popular…), que toman como lema “Prohibido no tocar”. Pero, ¿realmente estas nuevas tipologías de museos cumplen las reivindicaciones más importantes de Mayo del 68? Es más, ¿alguna de las futuras concepciones las cumplirá? Estas y otras preguntas planteará resolver la segunda parta de este artículo…