Concentraciones ciudadanas por la Huelga General

El milagro de los panes y los peces

Desde hace doce semanas vienen celebrándose todos los viernes concentraciones ciudadanas, populares y unitarias por la Huelga General, difundiendo un programa para salir de la crisis y acabar con el paro. Empezaron nueve agrupaciones, algunas de solo diez personas, y ya se han extendido a cincuenta localidades creciendo cada semana. Las Agrupaciones de Unidad Popular contra la Crisis deben seguir creciendo, no sólo para que la Huelga sea un éxito, sino porque el 29 de septiembre es el primer dí­a de un largo recorrido para parar los ataques que estamos sufriendo contra nuestras condiciones de vida.

Una vieja fábula china cuenta la historia de un viejo que cargando iedra a piedra pretendía remover una montaña, “el Viejo Tonto de las montañas del norte”. Otro anciano, “el Viejo Sabio” se reía de él, ridiculizando tan titánica e imposible empresa. “Después de que yo muera seguirán mis hijos y los hijos de sus hijos, y así indefinidamente. Aunque son muy altas estas montañas no crecen y con cada pedazo que les quitamos se hacen más pequeñas. ¿Por qué no vamos a poder removerlas?”, contestaba el Viejo Tonto. Dios se conmovió y envió dos ángeles que removieron la montaña. Ésta fábula, utilizada a mediados de los años 40 en la revolución china, expresa una realidad que ha acompañado a los pueblos y a muchos movimientos revolucionarios a lo largo de la historia: aunque seamos pocos si defendemos una línea justa la gente nos apoyará, la batalla se ganará. Nuestra tradición tiene también fábulas o pasajes en los que se obran milagros, con el de los panes y los peces, pero en este caso hablamos de un fenómeno “muy terrenal”, del que cualquiera, y todos, podemos ser protagonistas. Tú puedes hacerlo Concentraciones silenciosas, sin siglas de partidos ni sindicatos, en las que cualquiera puede acudir con su cartel: “Yo trabajador, autónomo, parado, estudiante… digo Sí a la Huelga General”. En ellas se recogen firmas en apoyo al manifiesto que en los próximos días se publicará en la prensa nacional y se organizan debates para valorar la marcha de las concentraciones de las diferentes agrupaciones y debatir el programa. Además se difunde la Hoja “Los Viernes por la Huelga General”, que sirve como medio para difundir la convocatoria y el contenido de la alternativa. Como en la fábula del “Viejo Tonto”, las concentraciones se han ido multiplicando cada vez más, y especialmente en el mes de agosto mientras el país era recorrido por el sopor vacacional. Esto quiere decir que reanudado el curso las posibilidades son mucho mayores, desde luego. Pero también que esto ha sido así por su propia naturaleza. En este caso no hay dios que se conmueva sino el hastío y la indignación de la gente ante una situación insostenible para la mayoría, y la necesidad de apoyar una alternativa unitaria, popular y ciudadana, que recoja los intereses del 90% de la población, porque todos estamos siendo atacados en nuestras condiciones de vida, y que defienda la creación de riqueza y empleo. Por eso se extienden como la pólvora, porque cualquiera puede hacerlo. Basta con seguir unos pasos sencillos: Los recortes sociales afectan al 90% de la población. La gente está esperando la oportunidad para expresar su rechazo. Y esto ocurre en nuestro entorno, a nuestro alrededor. Organizar una concentración depende tan sólo de decidirse a hacerlo y dirigirse a la gente. Elige un sitio para celebrar la concentración. Debe ser un sitio de paso de gente, a ser posible peatonal. En un lugar muy conocido, emblemático y fácilmente localizable para que nadie pueda perderse. Hazte una lista de las diez primera personas con las que vas a montar la concentración. Cuenta con familiares, amigos, compañeros de trabajo y estudio, conocidos del barrio, gente que haya participado en otras movilizaciones – contra la guerra, de reivindicaciones sectoriales… – Y dirígete a ellos, sin prejuicios, sin seleccionar, es decir, dejando que sea la gente la que decida, porque siempre uno se lleva sorpresas. Cuando les llames o hable con ellos debes darles las ideas principales que te van a ayudar a convocar la concentración. La gente debe saber que nos quedan tres semanas para la Huelga, y es urgente extender la idea de que en ella no se acaba nada, sino que empieza todo. El éxito de la Huelga depende de la capacidad de organización y movilización ciudadana que consigamos. Esto no puede quedarse en un paro del sector productivo o de una parte de él, sino en que los ciudadanos tengamos más fuerza para dar el siguiente paso. Un buen ejemplo es el de los trabajadores de Madrid, que con su unidad han conseguido reducir el recorte salarial desde el 5% a un simbólico 1%. La fuerza que les da su unidad ya la tienen para todas las movilizaciones que han de venir. Comenta a la gente que ya son cincuenta concentraciones durante doce semanas en toda España y que es importante que se extienda a tu barrio o localidad. Cada persona a la que te dirijas que se convierta en convocante. Si empiezas hablando con diez personas, ellas no sólo pueden venir a la concentración, sino también convocar a sus familiares, amigos o compañeros del trabajo, contándoles lo mismo que tú les has dicho a ellos. Si uno de ellos trae a una o dos personas más, el éxito de la concentración está asegurado. Depende del cristal con el que se mire De forma persistente e ininterrumpida hay dos ideas con las que nos vienen “machacando” desde los medios de comunicación. Una es la de infundir temor sembrando la idea de que respaldar la Huelga puede salir muy caro, no sólo por la amenaza de despido en un momento en el que un puesto de trabajo es un bien que empieza a ser escaso para la mayoría, sino por la pérdida del salario de ese día. “Y todo ¿para qué?, si ya está todo decidido”. Por una parte nos encontramos ante la violación en los hechos de un derecho fundamental que protege la legislación española. La sola insinuación de amenaza es un ataque a la legalidad democrática conquistada por los trabajadores y el conjunto de los ciudadanos durante muchos años. Pero sobre todo es un chantaje inaceptable que se basa en una mentira, en que “nada se puede hacer”. Todo es posible si somos la mayoría. Por eso es fundamental romper la falsa apariencia de aislamiento y soledad que se impone desde los medios de comunicación. Hasta las encuestas se orientan para desmovilizar de manera consciente. Sin embargo embarcarse en las concentraciones da otra perspectiva, es otro cristal con el que ver la realidad. O mejor, permite ver la realidad, la indignación de la gente, la necesidad de expresar el rechazo, y poder participar en un movimiento desde abajo al que la gente se une por su justeza. De la concentración de Madrid nació la de Azuqueca de Henares en Guadalajara, de la de Valencia la de Torrente, y de ésta la de Alicante, la de Catarroja, la de los compañeros del puerto de Valencia. De la de Alcoi, la de Benidorm, y la de Ibi; de la de Bilbao, la de Baracaldo, de la de Barcelona, la de Esplugues; de la de Murcia la de Yecla y la de Alcantarilla; de la de Vigo, la de Santiago de Compostela… basta que haya un compañero de allí y tomar la decisión. Después con algunos compañeros y amigos se empieza. Y empiezan diez, que luego son quince, y luego veinte… El boca a boca En un país en el que los medios de comunicación están en manos de dos o tres monopolios mediáticos parece imposible que otra realidad aparezca en los medios de comunicación. Pero la experiencia acumulada en las concentraciones muestra otra realidad muy diferente en la que se combinan las viejas tradiciones con las nuevas tecnologías. Por una parte, para empezar, solo hace falta hablar con tú gente, juntarse un grupo de diez e inaugurar la concentración. La propia presencia en un lugar emblemático del barrio o la localidad actúa como multiplicador y referente. La gente se acerca, firma, recoge la Hoja de “Los Viernes por la Huelga General”… “el viernes que viene contad conmigo”, es un de las frases más gratificantes para los que participamos en las concentraciones. Otros directamente cogen una cartulina de las que llevamos a la concentración, se hacen su cartel y se suman; o acuden después al debate que hacemos en el mismo sitio para conocer la alternativa. Son pequeñas asambleas en los bares, en las plazas, o en los centros cívicos que permiten que más gente se vaya sumando. Ya está montada la Agrupación de ese barrio o de esa localidad. Pero podemos hacer más cosas. Durante la semana basta con coger la Hoja de “Los Viernes por la Huelga General” y distribuirla por el barrio o alrededores del sitio de la concentración. La respuesta de la gente es de apoyo, no sólo por el contenido sino porque ve a una gente que se han decidido a dar un paso al frente y responder con sus propios recursos. Con veinte céntimos por Hoja la autofinanciamos con la misma gente del barrio y hasta la utilizamos como cartel. Muchos bares y pequeños comercios ponen sus veinte céntimos para que colguemos la Hoja como cartel en la puerta convocando a la concentración de ese viernes. Y luego está… Internet. Ya hay compañeros que han inaugurado la página de Facebook de las concentraciones y miles de personas confirman su asistencia todos los viernes. Además, están los emails; cadenas de correos que cualquiera puede montar con sus propios contactos y con los emails que la gente va dejando en las concentraciones para que le llegue la información. Los recursos son muchos, sólo hace falta decidirse. Trabajando así hasta los medios de comunicación empiezan a hacerse eco en medios locales y regionales de un movimiento que no pueden silenciar a medida que va creciendo. Unir al 90% Pero aún debemos ir más lejos y más rápido. ¿Podemos los ciudadanos incidir a nivel nacional y como una sola voz?, no, todavía no. Pero sí lo podemos hacer en nuestros barrios y localidades. Los sindicatos celebran asambleas o reuniones en los puestos de trabajo para convocar la Huelga, incluso hemos sabido de iniciativas como la de sindicalistas de Euskadi que se han recorrido las playas este verano convocando al 29 de septiembre. Eso es excelente, pero si nos quedamos ahí una gran mayoría se quedará fuera, muchos sectores que aún podemos unir y movilizar en estas tres semanas. ¿Por qué no dirigirnos a la asociación de comerciantes, a los pequeños y medianos empresarios del pueblo, a los jubilados en sus asociaciones o en los centros de día, a las asociaciones de vecinos, ONG’s, a las parroquias, a las asociaciones de madres y padres de los colegios e institutos…? Todo eso está al alcance de nuestras manos, o porque siempre alguien conoce a alguien, o porque son muy accesibles. Así las concentraciones avanzarán en ser expresión de todos los sectores afectados por los recortes, que somos la mayoría, el 90% de la población. El Manifiesto En estas últimas semanas vamos a contar también con un medio multiplicador: el manifiesto que se publicará en los próximos días en la prensa nacional. Un manifiesto que recogerá los puntos principales del programa y la alternativa para salir de la crisis y acabar con el paro, convocando a la movilización masiva cara a la Huelga General y a unirse a un movimiento cuyo kilómetro uno es el 29 de septiembre. Un “bando a la población” que puede extender las concentraciones a todos los rincones de España y que sirve además como herramienta de difusión. Miles de personas lo han firmado ya como expresión de su apoyo a las medidas y exigencias que impidan que la crisis la paguemos los ciudadanos. Pero ahora mucha más gente puede colaborar en que se convierta en un medio de amplia difusión. Como todo lo que hemos hecho hasta ahora, el manifiesto va a autofinanciarse para poder publicarse en la prensa nacional, con una pequeña aportación cualquiera puede aparecer como firmante y recoger muchas más firmas que hagan posible que salga no una, sino dos o tres veces en los medios de comunicación antes del día de la Huelga. Los medios son muchos, el apoyo de la gente amplio y el tiempo… tres semanas. Quien piense que ya poco podemos hacer se equivoca. No sólo por lo que decíamos al principio, que el 29 de septiembre no es el fin de nada sino el comienzo de todo, sino porque todas las experiencias acumuladas en estas más de doce semanas, a muchos nos han sorprendido. Frente al “no se puede hacer nada” que escuchábamos hace dos meses y que se sigue difundiendo, las concentraciones crecen y se multiplican sin parar como el milagro de los panes y los peces. Un “fenómeno” bastante “terrenal” que ha convertido a cientos de personas, en cincuenta localidades, en obradores de milagros.