El pasado 3 de enero fue asesinada la primera víctima de violencia de género del año, Rebeca Cadete. El asesino fue su pareja, a quien ella quería dejar, que acuchilló varias veces a la joven de 26 años, dejando huérfana a su hija de 5 años. Así empieza 2019, haciéndonos temblar de rabia, de miedo, de “podría haber sido yo”.
También empieza con la preocupante amenaza de retroceder años atrás en cuanto a lo que la lucha feminista ha conquistado. Lo refleja Pablo Casado en las medidas palabras sobre Rebeca: “es la primera víctima de violencia doméstica de este año”. ¿Qué está diciendo realmente?
El término ‘violencia doméstica’ hace referencia a la que tiene lugar en el hogar y puede ser ejercida y sufrida por cualquier miembro de la familia. En este término queda desaparecida, como critica la vicepresidenta de la Asociación de Mujeres Juristas Themis, María Durán Febrer, la “carga histórica de dominación y creencia de poder sobre la mujer”. Separar los casos de violencia sufrida por las mujeres del resto de casos de violencia doméstica ha sido decisivo para poder estudiar, señalar y denunciar esta realidad.
En los últimos 15 años han asesinado en España a 975 mujeres.
El salto se dio en 2004, con la aprobación de la Ley contra la Violencia de Género, que tiene como objetivo “actuar contra la violencia que, como manifestación de la discriminación, la situación de desigualdad y las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres, se ejerce sobre estas […]”. La Ley especifica, además, que los autores deben estar ligados a las víctimas por alguna relación de afectividad, aunque no convivan bajo el mismo techo, lo que incluye casos que no quedarían recogidos como violencia doméstica.
De hecho, en la actualidad, una demanda de la lucha feminista es ampliar el concepto de ‘violencia de género’ a ‘violencia machista’, para que se incluyan los casos en los que el responsable no tenga un vínculo afectivo con la víctima. Por ejemplo, en 2018 murieron 47 mujeres víctimas de la violencia de género, pero esa cifra no incluye, por poner un caso, el asesinato de Laura Luelmo, que ha unido en dolor e indignación a todo el país.
Mientras la Delegación y el Consejo General del Poder Judicial se movilizan para poder sacar las estadísticas de la violencia machista (incluyendo abusos o agresiones de desconocidos), Casado propone enterrar el acoso, la opresión, el maltrato y la violencia que sufrimos las mujeres y ponerse del lado de los responsables.
LA CRUDEZA DE LOS HECHOS
Aclarados los términos, entremos en los números. Según la ONU, el 35% de las mujeres de todo el mundo ha sufrido violencia física o sexual. En los últimos 15 años, han asesinado en España a 975 mujeres. Solo en el primer trimestre de 2018, se registraron en nuestro país 40.000 denuncias de violencia machista, 450 por día.
¿Qué pasa con la violencia que sufren los hombres? ¿O las denuncias falsas?
Volvamos a los datos. Según un informe del Grupo de Expertos y Expertas en Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial, en el período 2008-2016 las víctimas mortales ascendieron a 569. De ellas, 67 fueron varones (el 12%) y las otras 502, mujeres. Otro dato a considerar es que en el 30% de los casos de delitos de homicidio y asesinato de hombres en el ámbito de su pareja los asesinos fueron también varones.
La Ley contra la Violencia de Género permitió separar los casos de violencia sufrida por las mujeres del resto de casos de violencia doméstica.
Si analizamos las cifras de aspectos más amplios, no solo las de los asesinatos (que ya sabemos que son la punta del iceberg), la situación es parecida. Centrémonos en el informe del 2017 sobre delitos contra la libertad e indemnidad sexual en España del Ministerio del Interior. Si sumamos las víctimas de abuso (con y sin penetración), agresión (con y sin penetración) y acoso sexual, obtenemos 7.342 personas, en solo un año. De ellas, 6.480 fueron mujeres, el 88%. Al repetir la cuenta con los responsables, el total suma 4.486 personas, de las que 69 fueron mujeres, el 2%.
Entre juzgados de violencia sobre la mujer, juzgados de lo penal y audiencias provinciales, 9.442 hombres han sido condenados en procedimientos de violencia de género, en comparación con 102 mujeres condenadas tan solo en el segundo trimestre de 2018.
En cuanto a las denuncias falsas, los datos de la Fiscalía General son tozudos. Entre 2009 y 2016, se contabilizaron 1.055.912 denuncias por agresiones machistas. De ellas, 194 casos se investigaron por un delito de “acusación y denuncia falsa” (el 0,18%) y solo en 79 se probó y se ejecutó una condena por denuncia falsa, lo que representa el 0,0075 %.
Los mitos con los que pretenden justificar este ataque a los derechos de las mujeres no se sostienen al contrastarlos con la realidad. El machismo discrimina, insulta, domina, pega, viola y mata. La opresión que sufre la mujer es estructural. Es un lastre para toda la sociedad, donde mujeres y hombres debemos unirnos para impedir que se retroceda en una lucha vital que aún tiene mucho por conquistar.