China se pone a la cabeza de la exploración lunar

El lado oculto de la luna

China aluniza con éxito en el lado oscuro de la luna con la misión Chang’e 4. La humanidad hasta ahora nunca había aterrizado en el lado lejano o lado oculto de la Luna.

Todas las misiones chinas a la Luna se llaman así, por la Diosa de la Luna Chang’e de la mitología china. El mito dice que Chang’e después de beber el elixir de la inmortalidad eligió a la Luna como su residencia. 

Una de las dificultades principales que hasta ahora han prevenido otros países de hacerlo es el problema de la comunicación. Como el lado oculto de la Luna nunca lo tenemos de frente es extremadamente difícil obtener señales de ahí. No hay manera que lleguen señales de radio directamente del lado lejano porque las transmisiones de radio no pueden penetrar la Luna que tiene un diámetro de 3474 kilómetros.

Ese lado está oculto, pero no es oscuro. Obtiene la misma cantidad de luz del Sol que el lado que vemos todas las noches. ¿Pero porqué siempre vemos el mismo lado?  La razón es que el tiempo que la Luna tarda en rotar sobre su propio eje (el día lunar) y el tiempo que la Luna tarda en rotar alrededor de la Tierra (el año lunar) es ¡el mismo! Eso se llama acoplamiento gravitatorio y es lo ¨normal¨ para satélites como la Luna que están muy próximos a la Tierra.

¿Cómo ha podido la agencia espacial china resolver el problema de la comunicación? Ya el 21 de mayo lanzó un satélite relé llamado Queqiao (»puente de urraca») a bordo del cohete Larga Marcha 4C desde su centro de lanzamiento en Xichang. Este satélite va a facilitar la comunicación entre los controladores en la Tierra y la misión Chang’e 4. 

Queqiao está en una zona orbital estable llamada L2 esperando a que llegue Chang’e 4. Mientras llega el satélite está sirviendo como telescopio espacial utilizando una antena de aproximadamente 5 metros. En esa localización tiene una posición privilegiada por haber poco ruido para recoger señales de galaxias lejanas.

A primeras horas del 8 de diciembre Chang’e 4 fue lanzado a bordo de otro cohete Larga Marcha-3B también desde Xichang. Una vez que llegue Chang’e, el satélite va a estar transmitiendo datos entre la sonda aterrizada y los controladores en la Tierra creando una conexión de radio con el lado oculto de la luna por primera vez en la historia. La sonda tiene el objetivo principal de hacer fotos detalladas de los alrededores. Por otra parte un rover va a analizar la química de las piedras y mediante radar la corteza lunar. 

Chang’e también lleva consigo una miniatura de bioesfera lunar. En ella se encontrarán huevos de gusano de seda, un pequeño invernadero para germinar patatas y Arabidopsis, una planta relacionada con la mostaza. El objetivo es entender la respiración de las semillas y la fotosíntesis en la Luna según Liu Hanlong, director de ese experimento.

¿Cuáles son las razones científicas de ir ahí? En primer lugar conocer el lado oculto del que se sabe bien poco. Por otra parte se espera que analizando el suelo se puedan resolver incógnitas diversas como por ejemplo cómo se formó la Luna hace 4,5 mil millones de años. La teoría mayoritariamente aceptada es que se formó a raíz de una colisión entre la joven Tierra y otro protoplaneta.

Hay otra razón importante y es que quizás los cráteres contengan depósitos de hielo que pueden servir en un futuro para crear una base lunar. 

Curiosamente EE.UU. mantiene un veto para que China no pueda participar en la estación espacial internacional. Además según un decreto de 2011 todo científico de la agencia espacial norteamericana (NASA) tiene prohibido trabajar con ciudadanos chinos. 

La Agencia Espacial China ha seguido su propio camino y se ha puesto a la cabeza de la exploración espacial escogiendo un objetivo ambicioso, pero que ha demostrado ser factible.