Organizaciones independentistas han aprovechado la celebración del Primero de Mayo en Cataluña para intentar ampliar la división entre el pueblo trabajador, convocando por la tarde una manifestación que se enfrentaba a la impulsada por la mañana por los sindicatos mayoritarios.
Sorprende que Segi Perelló, miembro del secretariado de la Intersindical-CSC, donde se agrupan los sectores sindicales mas cercanos al independentismo, llamara a crear “un sindicalismo nacional”.
El sindicalismo es por definición de clase. Si se convierte en “nacional”, separando a los trabajadores catalanes del resto del pueblo trabajador español, simplemente deja de ser sindicalismo.
Produce perplejidad e indignación que la presidenta de la ANC, Elisenda Paluzie, proclame de la mano de Junts per Catalunya y ERC que “es la república catalana la que nos garantizará los derechos sociales”.
Cataluña es la comunidad que más ha recortado desde el inicio de la crisis en políticas sociales, con un tijeretazo de hasta un 26%. Son 5.438 millones menos, la mitad de ellos quitados en sanidad y educación. Un atraco que “toca” a 722 euros menos por catalán.
Ejecutado por los mismos -bajo los gobiernos de Mas y Puigdemont- que ahora, con una desvergüenza sorprendente, intentan presentarse como garantes de los derechos sociales.
La realidad es otra: quieren dividirnos para poder saquearnos más. Por eso los trabajadores catalanes ya se han acostumbrado a gritar: “Menys procés i mes salaris” -”Menos procés y más salarios”.