Las galas de los Premios Goya suelen canalizar las principales pulsiones del mundo de la Cultura ante el momento. No son meras declaraciones formales en un discurso al recibir el premio, son expresión del activismo, organizado o espontáneo, de una parte importante de los profesionales que se consideran parte activa de la sociedad y que por el papel que tienen en ella, entienden que les corresponde asumir la responsabilidad de contribuir a hacerla mejor, cuando no a transformarla.
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Una referencia
Me cuentan que en un chat en el que participan un par de cientos de profesionales de la Cultura, de distintos países aunque principalmente de habla hispana, se abrió un intercambio de opiniones indignadas sobre el genocidio en Gaza. Alguien quiso elogiar el activismo de los artistas españoles, y otro alguien, residente en una capital europea, contestó dirigiéndose a los artistas españoles del chat, ‘con cuatro de vosotros aquí se nos iba a escuchar’.
Algo así es lo que tanto han criticado algunos de las respuestas de Ana Belén en la entrevista que hace poco le hizo Jordi Évole. Pero es que está en el ADN de los profesionales de nuestros país ligados a la cultura. Su sitio siempre está frente a la opresión. Con aciertos y con errores, pero su compromiso, radicalidad y determinación es incontestable y respetada.
Durante las gala de los Goya se distribuyeron ‘pai pai’ con el lema #Seacabo y pegatinas con la sandía, que se ha convertido en un símbolo palestino, por los colores de su bandera. Por no hablar de la defensa de la profesión con la respuesta de Pedro Almodóvar a los ataques del vicepresidente de Castilla y León llamando a los directores ‘señoritos’. Estíbaliz Urresola, directora de ‘20.000 especies de abejas’ aprovechó para denunciar el genocidio en Palestina mientras recibía el premio.
Pero no es tema de una gala. Llevamos semanas asistiendo a una auténtica respuesta unánime del mundo del cine a las agresiones sexuales que han sufrido varias mujeres por parte de algunos directores de cine.
Por otra parte, la denuncia del genocidio en Gaza es ya todo un movimiento con distintas iniciativas. La semana pasada se celebró la rueda de prensa en la que se presentó la cuarta edición del manifiesto ‘Hay que parar la guerra. Ni Terrorismo, Ni Genocidio’ con firmantes de 34 países. Una iniciativa de la que participa activamente Foros21 y que coordina nuestro director Joanen Cunyat.
Hay que parar la guerra
Más de 600 profesionales destacados del mundo de la cultura han firmado ya el manifiesto que se publicó por primera vez el 29 de octubre en el periódico El País, que se volvió a publicar en noviembre y en diciembre, y que lo hizo el 4 de febrero en el periódico El Mundo y el digital InfoLibre.
Los primeros 1000 firmantes se han transformado ya en más de 12 mil firmantes. Entre las nuevas firmas que se han incorporado en esta cuarta edición se encuentran músicos como Ale Costa de Fuel Fandango, el rapero Zatu de SFDK, Rodrigo Cuevas, la artista Lapili, la cantautora María Rodés o Víctor Traves, batería de Seguridad Social.
Los apoyos a esta denuncia son de todos los sectores del país, contando con gente como los directores Benito Zambrano o Nacho Vigalondo, los dramaturgos Paco Bezerra y Miguel del Arco, la escritora Cristina Peri Rossi, Gallego y Rey, o el periodista Jesús Cintora.
En la presentación de la tercera edición, el director de Foros21, Joanen Cunyat, aseguraba que ‘no vamos a parar de publicar el manifiesto hasta que consigamos el Alto el Fuego’. Ahora, con más de 27 mil víctimas, el proceso de la Corte Penal Internacional en marcha, y con un plan por la paz integral presentado en Europa que incluye la solución de los dos Estados, tal y como defiende el manifiesto, el manifiesto se volvió a publicar y ya se prepara la quinta edición.
Pero los apoyos no se limitan al mundo del arte. Entre los firmantes también hay científicos como el antropólogo José María Bermúdez de Castro, fundador de Atapuerca, y el investigador Juan José Badiola, que acompañan a actores como Pepón Nieto, Raúl Arévalo, Sergio Peris Mencheta o Julia Gutiérrez Caba, y poetas como Olga Novo.
Ni terrorismo. Ni genocidio
El título del manifiesto, que denuncia el terrorismo de Hamás y el genocidio que está cometiendo Israel, es el lema que se ha convertido en su seña de identidad, ‘Ni Terrorismo, Ni Genocidio’. El manifiesto exige ‘a Israel, que detenga los bombardeos de inmediato, cumpla el derecho internacional y habilite un corredor humanitario’ y a Hamás que detenga ‘sus ataques terroristas y la liberación incondicional de los rehenes’. Además propone el alto el fuego, la mediación de la ONU, un acuerdo basado en la existencia de los dos Estados, y la implementación de la proposición aprobada por el Congreso en el 2014, en la que se insta al “gobierno a reconocer a Palestina como Estado”.
Desde el movimiento del ‘No a la Guerra’ no se conocía una respuesta como esta, y es la primera vez que se publica un manifiesto en la prensa cuatro veces seguidas en apenas 100 días reuniendo a los profesionales más destacados de todos los sectores.
Entre los firmantes de las anteriores ediciones se encuentran artistas como Joan Manuel Serrat, Eva y Juan de Amaral, Coque Malla, el rapero Arkano, Rigoberta Bandini, escritores como Antonio Muñoz Molina, Santiago Alba Rico o Elvira Lindo, actores como Luis Tosar, Paco León o Alba Flores, y directores como Pedro Almodóvar o Isabel Coixet.
También es especialmente destacada la presencia de periodistas como Andreu Buenafuente, Jordi Évole, Javier del Pino, Julia Otero, Joaquín Estefanía, Fran Sevilla, Begoña del Pueyo, Lourdes Lancho, Pepa Blanes y Jon Sistiaga, de músicos de varias generaciones, desde Ana Belén, Víctor Manuel, Rosendo o Ramoncín, a C. Tangana, los miembros de Love of Lesbian, la banda Vetusta Morla, Marwán o Ismael Serrano.