El Senado aprueba el rastreo de datos personales para campañas electorales

El Gran Hermano del spam electoral

Te conocen. Te estudian. Investigan qué es lo que piensas. Averiguan a qué ideología perteneces o con cual te identificas más. Y actúan en consecuencia. No es la sinopsis del famoso libro 1984 de George Orwell. Es lo que acaba de votar el Senado en nuestro país.

La nueva ley de (des)Protección de Datos y Garantías de Derechos Digitales, votada en el Senado, permitirá a los partidos políticos el rastreo de datos personales y sus posiciones políticas a través de las redes sociales de cualquier individuo de España. Elaborando detallados perfiles ideológicos sin necesidad de contar con el consentimiento de la persona investigada para llevar tal operación a cabo.

En concreto, los partidos políticos podrán utilizar, sin restricción legal alguna, herramientas para rastrear la actividad de cualquier ciudadano español en internet. De esa información, podrán sacar y almacenar todo lo que les parezca importante a nivel político y elaborar perfiles ideológicos de todo tipo sobre cada individuo: los problemas que más les interesan, con qué partido se identifican más, a quienes votaron en el pasado, por qué decidieron cambiar su voto en una elección anterior, etc.

No solo eso, sino que además los partidos tendrán vía libre para bombardear de mensajes a móviles y otros dispositivos electrónicos a cualquiera que, gracias al rastreo previo, consideren que es de pensamiento político afín, vía Wasap, SMS o por e-mail. Igualmente, sin contar con la autorización de la persona que sufre el bombardeo de propaganda electoral personalizada gracias al estudio previo realizado.

Podrán buscar y guardar tu número de teléfono, tu correo electrónico y cualquier otra forma de contacto en la red. Te investigan y luego te asaltan con propaganda electoral, te guste o no.

Tal y como dice explícitamente la nueva ley aprobada: “Los partidos políticos, coaliciones y agrupaciones electorales podrán utilizar datos personales obtenidos en páginas web y otras fuentes de acceso público para la realización de actividades políticas durante el periodo electoral”.

Esta práctica estaba prohibida a todo colectivo o asociación, empresa u organismo público, por considerarse una violación de los derechos de privacidad de los usuarios. Sin embargo, con la nueva ley, los partidos tienen vía libre para llevarla a cabo, por encima de la intimidad de las personas.

Esta ley tiene su origen a una enmienda que el PSOE realizó a la nueva Ley de Protección de Datos que propuso el PP en el Congreso, cuando Mariano Rajoy estaba en el gobierno. El cambio en la Moncloa no ha hecho mella en esta ley, que ha pasado por el Senado con los votos a favor de todos los partidos políticos excepto Unidos Podemos, Compromís, Nueva Canaria y Bildu. En cuestión de violar los derechos de la privacidad de las personas, en favor de los intereses propagandísticos de los partidos, hay cuasi unanimidad.

Por no hablar del precedente que abre. Por ahora son los partidos políticos ¿pero cuánto habrá que esperar a que le llegue el turno a los bancos y monopolios para organizar una base de datos e invadir continuamente nuestra privacidad para tenernos aún más controlados?

Sin privacidad, no puede haber verdadera libertad. Y sin libertad, no puede haber verdadera democracia. Nunca podemos olvidar esta lección fundamental.