El Gobierno lanza su Plan de Recuperación

Ante una situación económica que se agrava con la segunda oleada del coronavirus, el Gobierno de coalición ha contraatacado con un Plan de Recuperación que supone una subida sin precedentes del gasto público (53%), hasta los 196.000 millones de euros. Es un plan a seis años vista y en ellos se incluye la movilización de los fondos europeos en los próximos tres años, 27.000 de ellos en 2021. Según Pedro Sánchez, con este plan se prevé la creación de 800.000 puestos de trabajo en esta legislatura.

No pretende ser un plan para salir del paso, sino un proyecto a largo plazo -seis años implican unas elecciones generales de por medio- y expresa la voluntad del Gobierno de coalición de dejar aparcadas diferencias y fricciones internas entre PSOE y Unidas Podemos, y centrarse en sacar al país de la crisis con el lema «no dejar a nadie atrás». Ambas formaciones coinciden en la receta general: aumentar, de forma muy importante, la inversión pública. Una orientación «keynesiana». 

Para ello el Gobierno ha aprovechado la suspensión de las reglas del déficit de la UE para disparar la inversión pública de forma histórica, aumentando el techo de gasto hasta el 53,7%, es decir, 196.097 millones de euros. Es una cifra récord, ni siquiera igualada por los presupuestos de la época más expansiva de Zapatero (poco antes del anuncio de la oleada de recortes), y Moncloa la ha justificado por el mayor impacto del Covid en la economía y la inyección de ingresos que supondrán las ayudas europeas.

Con esa inversión pública, el Gobierno prevé crear 800.000 empleos en tres años. Una parte muy importante de la inversión -el 70%, según Pedro Sánchez- irá para un plan de modernización de la economía que hará especial hincapié en la transición ecológica y la digitalización.

Marejada en Bruselas

Este proyecto depende no sólo de la aprobación de unos Presupuestos Generales del Estado, sino sobre todo de la llegada de los fondos europeos del Plan Next Generation EU. El Gobierno prevé recibir de la Unión Europea 140.000 millones a lo largo de los próximos años, y solo en 2021, España cuenta con 25.000 millones de euros del plan de recuperación europeo para modernizar la economía y sobre todo sacar al país de la recesión profunda. Con esos fondos, dice el Gobierno, el PIB en 2021 podría rebrotar con más fuerza (hasta el 9,8%) y se podría bajar el paro al 16,%

Pero ¿llegarán? ¿con qué condiciones? ¿y lo harán a tiempo? Lo cierto es que las noticias que llegan de Europa invitan a la inquietud.

Primero, porque se han endurecido las condiciones para que España pueda acceder a los 77.000 millones en transferencias no reembolsables del Fondo Next Generation EU. 

Desde que este plan europeo se negoció en julio, ya sabíamos que las transferencias estaban sujetas a una «condicionalidad» en la que España tenía que presentar planes macroeconómicos de cómo iba a gastar las ayudas, y donde los distintos países europeos podían bloquear temporalmente los fondos si hubiera objeciones.

Pero ahora, lo que eran «recomendaciones» de la Comisión Europea sobre el sistema público de pensiones, la reforma laboral en España o el gasto público… se han convertido en directrices de obligado cumplimiento para recibir los 77.000 millones de «ayudas». Bruselas está exigiendo, por ejemplo, que no se modifique sustancialmente la reforma laboral de Rajoy, o que se «reforme» el sistema de pensiones. Si no se atiende a estas exigencias, no hay dinero.

Segundo, se ha levantado una furiosa tormenta entre dos grupos de países de la Unión -Holanda y los llamados «frugales», por una parte, y Hungría, Polonia y centroeuropa, por otro- que está amenazando con que se retrase sine die la adjudicación del Plan Next Generation, poniendo en peligro esta «pinza» los 140.000 millones que le corresponden a España.

Mar gruesa en el panorama mundial

El panorama económico no es nada halagüeño para España. Pocos días antes de lanzar este Plan de Recuperación, el propio Gobierno revisaba a la baja sus propias previsiones, asumiendo el duro golpe que está suponiendo para la economía una segunda oleada de la Covid-19, que ha llegado antes, y con más fuerza, de lo previsto. En línea con lo que ya había dicho el FMI o el Banco de España, el nuevo cuadro macroeconómico prevé una caída del PIB del 11,2% al acabar el año. 

Aunque esas mismas previsiones hablan de que en 2021 podría producirse un rebote del PIB «en V asimétrica» del 7,2% -más generoso de lo previsto- los nubarrones sobre la economía mundial, con unos EEUU desplomándose en lo económico, añaden muchos factores de incertidumbre. Si cuando Washington se resfría los países del sur de Europa cogen pulmonía… ¿qué puede ocurrir cuando Wall Street coge coronavirus?