Xiomara Castro es investida presidenta

El gobierno de Xiomara en Honduras echa a andar

Tras su victoria en noviembre, la izquierdista Xiomara Castro inaugura su mandato. Detrás tiene toda la fuerza de un movimiento popular que ha logrado derrotar 12 años de gobiernos herederos del Golpe de Estado made in USA de 2009. Pero delante tiene enormes desafios: un país en quiebra, asolado por el saqueo imperialista y la corrupción

Honduran president-elect Xiomara Castro holds up her clenched fist as she wears the presidential sash after swearing in during her inauguration ceremony, in Tegucigalpa, on January 27, 2022. - Honduras president-elect Xiomara Castro swore in as the country's first woman president on Thursday, as confusion reigns over who will be head of congress during her four-year term. (Photo by Luis Acosta / AFP)

Tras doce años del golpe de Estado «made in USA» contra Manuel Zelaya, su propia esposa y candidata de la izquierda, Xiomara Castro, vuelve a la presidencia de Honduras. Por delante, un mandato lleno de desafíos y no pocas dificultades, en uno de los países más golpeados por la pobreza, la violencia y la corrupción de Centroamérica.

Ante 30.000 seguidores reunidos en el Estadio Nacional en Tegucigalpa, Xiomara Castro asumía su cargo como la primera mujer presidenta en la historia de Honduras. “Hoy comienza el gobierno del pueblo”, dijo a la multitud. A la investidura asistieron destacadas figuras de la izquierda latinoamericana, como los expresidentes Dilma Rousseff (Brasil), Evo Morales (Bolivia), Fernando Lugo (Paraguay), así como la vicepresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner. También estuvieron el rey Felipe VI y la vicepresidenta norteamericana, Kamala Harris.

La nueva presidenta prometió encaminar a Honduras por la vía del «socialismo democrático» y prometió derogar todas las leyes, aprobadas en la dictadura y en los gobiernos posteriores, que en estos doce años tras el Golpe de Estado han entregado las riquezas del país a un puñado de grandes capitales foráneos -principalmente norteamericanos-, a grandes oligarcas, y a todo un régimen político corrupto y clientelar. Por eso, ha pedido al Congreso que allane el camino a una consulta popular que abra las puertas a un proceso constituyente.

Xiomara Castro cuenta con una enorme fuerza en las calles, pero los retos que tiene delante no son baladíes.

En un momento de la investidura cargado de simbolismo, la hija de la reconocida defensora ambiental Berta Cáceres, asesinada en 2016, entrega a Xiomara Castro la “Vara Alta Lenca”, un báculo de autoridad de los indígenas

Ese proyecto ya se ha encontrado con obstáculos. Incluso antes de asumir el cargo, Xiomara Castro ya tuvo que lidiar con la primera crisis interna. Su partido, Libertad y Refundación (LIBRE), que tenía la bancada parlamentaria más grande con 50 de los 128 escaños del Congreso, se dividió a la hora de definir quién sería el presidente del Poder Legislativo. Mientras parlamentarios cercanos a Xiomara seguían la pauta de elegir a Luis Redondo, del Partido Salvador de Honduras (PSH) -aliado en las últimas elecciones-, un grupo de 38 diputados se dividió y votó por Jorge Cálix, del partido LIBRE. El cisma se resolvió con la mediación del expresidente Manuel Zelaya, que reconvino a los díscolos, y allanó el camino a Redondo.

Xiomara Castro cuenta con una enorme fuerza en las calles, pero los retos que tiene delante no son baladíes. Doce años de saqueo y corrupción dejan una deuda externa de 14.600 millones de dólares, el 59% del PIB. El 73% de la población se encuentra en la pobreza y unos 4 millones están sin empleo.

«Recibo un país en quiebra. Honduras quiere saber qué hicieron con el dinero. Hay que sacar de raíz la corrupción de los 12 años de dictadura”, dijo Xiomara, para luego afirmar que una de las prioridades será renegociar la deuda del país y aprobar un nuevo presupuesto público, en el que el eje transversal será la transparencia y el combate a la corrupción.