En los últimos años del franquismo surge un nuevo movimiento feminista, con un vigor que impulsa una rapidísima extensión. En esta explosión jugaron un papel destacado los muchos partidos marxistas-leninistas y pensamiento Mao Tse Tung que entonces formaban el movimiento revolucionario más amplio, combativo e influyente de Europa.
La campaña por la despenalización del adulterio -con un difundido cartel “Yo también soy adúltera”- se convierte en un movimiento de masas. Impulsado por la Asociación Democrática de la Mujer, creada por el PTE, o nuevas organizaciones y líderes como el Frente de Liberación de la Mujer o Lidia Falcón, que unen la lucha feminista con un horizonte de transformación social.
Es entonces cuando se consiguen derogar muchas de las viejas leyes que oprimían de forma salvaje a la mujer. Pero es un movimiento feminista que no se contenta con algunas reformas, sino que busca acabar con todo el sistema patriarcal.
En las raíces de la actual fortaleza del movimiento feminista en España hay décadas de lucha revolucionaria.