«Cuando llegan las crisis siempre pagamos los mismos». Es un viejo dicho popular pero que en España y en esta crisis empieza a convertirse en un auténtico «casus belli», causa de rebelión social, ante la desvergüenza con la que la oligarquía bancaria y un puñado de monopolios acumulan beneficios a costa de agravar la crisis y colocar cada vez más lejos la recuperación de nuestro país.
Esta misma semana mientras que el aro registrado en el INEM subía otros 60.000 parados más en noviembre -rozando ya los 4 millones de parados registrados, camino de los 5 millones de parados reales- conocíamos que los 10 mayores grupos financieros y monopolistas del país volverán a obtener este año más de 37.000 millones de euros, ¡más de 6 billones de pesetas!, de beneficios, tantos como el año anterior. Incluso que los consejeros y altos cargos de las grandes empresas del Ibex 35 se han aumentado, en plena crisis, el sueldo un 12,7% más, hasta los 611,4 millones de euros. ¿No había dicho Zapatero que no era el momento “de salarios excesivos”? ¿Es que aquí no está pasando nada? Cuando el 90% del país se aprieta el cinturón y el 60% de las familias no llega a fin de mes, ¿cómo es que un puñado de oligarcas sigue multiplicando sus beneficios como si nada? ¿A costa de quién lo están haciendo? La misma banca que ha llevado el modelo de crecimiento basado en “el ladrillo” hasta la bancarrota, inflando la burbuja inmobiliaria, ha diseñado un plan para salir de la crisis favorable a sus intereses: un plan de rescate bancario ejecutado por el gobierno de Zapatero y apoyado por el PP. Zapatero y Rajoy en esto van de la mano. Más de 310.000 millones de euros (el 31% del PIB nacional) puestos en avales, garantías y compra de activos tóxicos a los bancos y cajas para que la gran banca evite pérdidas y tenga garantizados sus beneficios. Además de 15.000 millones de euros entregados a las eléctricas por el supuesto “déficit tarifario”. Y otros 1.800 millones de euros entregados a las multinacionales del automóvil.Todo ello a costa, primero, de hipotecar el futuro de nuestro país a corto, medio y largo plazo. Es el Estado el que se está endeudando en el exterior emitiendo deuda pública para poder financiar todos estos planes de rescate. Es mentira que el gobierno se endeude para pagar los subsidios a los parados, a los que sólo dedicará en 2009 unos 22.000 millones de euros, o sea, apenas un 7% del dinero público destinado a los planes de rescate de la banca. ¡Se endeuda, nos endeuda, para salvar los beneficios de un puñado de banqueros y monopolistas!Segundo, de más paro y dejar sin recursos a importantes sectores de la economía nacional. Nos engañaron cuando dijeron que daban dinero a la banca para que bancos y cajas dieran créditos a las familias y las pymes. La realidad es que en España cada día cierran 500 pequeñas y medianas empresas y autónomos, se arruina el campo, la falta de crédito asfixia a las familias, el paro crece sin cesar…Tercero, a costa de cargar la subida de impuestos (IVA, IRPF…) sobre la inmensa mayoría de la población trabajadora para financiar el insoportable déficit público.Cuarto, de recortar el presupuesto para investigación, dañando uno de los pilares fundamentales para salir de la crisis. Zapatero se saca de la manga una Ley de Economía Sostenible pero recorta la inversión en I+D+i. ¿Es así como quieren cambiar el modelo de crecimiento? Y quinto, a costa de recortar el salario y las pensiones de los trabajadores. La reforma laboral “a la alemana” que anuncian y quieren negociar con los sindicatos (reducir la jornada y con ella el salario) no tiene más objetivo que incrementar las ganancias del capital a costa de rebajar entre un 10% y un 15% el salario de los trabajadores. Mientras, la ministra de Economía de Zapatero, Elena Salgado, ya anuncia que el gobierno prepara una reforma del sistema de pensiones para “retrasar la edad de jubilación de forma gradual”.Es sobre estas bases sobre las que se levanta un abismo social más profundo y una distribución de la riqueza que hace a los ricos cada vez más ricos y más pobres a los pobres. Ante este matrimonio de la oligarquía financiera y monopolista con el gobierno de Zapatero y sus recetas para abordar la crisis, los dirigentes de las dos grandes centrales sindicales, CCOO y UGT, mantienen un silencio vergonzoso. Incluso se disponen a negociar su reforma laboral “a la alemana” cuyo fin es rebajar los salarios y encubrir la precariedad laboral y el paro. Sin acabar con el silencio de los sindicatos y romper ese maridaje del Ejecutivo de Botín será imposible una salida ala crisis favorable al país y a la inmensa mayoría de sus ciudadanos.