Una salida precipitada de capital desde China está encendiendo las alarmas para los inversionistas en la segunda mayor economía del mundo.
Por primera vez desde la crisis financiera asiática, las reservas internacionales de China disminuyeron en los últimos tres meses de 2011. Una caída de 20.600 millones de dólares aún deja a Beijing con 3,18 billones en reservas, más que suficiente para tiempos difíciles.
Sin embargo, no se veía una caída trimestral desde que los inversionistas huyeron de Asia durante la crisis financiera de 1998. Ello refleja un marcado cambio en la percepción sobre la economía china.
El descenso se explica en parte por un menor superávit comercial, combinado con ajustes en las evaluaciones producto de una disminución en el valor en dólares de la porción en euros de las reservas. Pero la causa más importante del descenso parece ser la salida de capitales desde China.