El capital de la banca asistida con dinero público es nuestro y lo queremos para salir de la crisis. Nacionalización total y permanente de los bancos rescatados con dinero público. Prohibición de su venta a la banca privada, nacional o extranjera, tras haber sido saneados con nuestro dinero. Creación con ellos de un banco público que de créditos a bajo interés a familias, pymes y autónomos.
¿Se está ayudando a los bancos españoles para garantizar que fluye otra vez el crédito? ¡Mentira! La intervención del FMI y Bruselas busca rescatar a la banca extranjera, que tiene expuesto en España un total de 1,2 billones de euros, cuatro veces la exposición a Grecia. Los 100.000 millones cubren una tercera parte de la parte de ese dinero (300 mil millones) dado en préstamos a la banca española. Por eso no dejan caer a los bancos.
Nos han impuesto que paguemos su recate asegurando no sólo el cobro de las deudas por delante de cualquier otro pago, sino que les demos el control directo sobre la mitad del sistema financiero español para apropiarse de sus beneficios futuros.
¿Acaso no tienen ellos, la banca y las instituciones norteamericanas y europeas, las llaves para mover el flujo de inversiones en la bolsa española, para subir la prima de riesg contra la deuda, para auditar las entrañas de bancos y empresas para degradar su valor? En los últimos años han generado un río revuelto en el que ahora aparecen como pescadores. La crisis de Bankia, el detonante de la actual intervención, destapó que con lo que cuesta sanear Bankia se podría comprar dos veces Banesto, Popular, Sabadell y Bankinter. Y es que los sucesivos ataques contra la bolsa o la deuda han degradado el valor de los principales bancos y monopolios españoles a niveles de 2003.Desde 2007 han perdido un 53% de su valor en bolsa. Hoy por hoy, la economía española ya es carne de OPA para el capital financiero internacional.
Es un auténtico saqueo. El sistema financiero lo queremos nosotros para ponerlo al servicio de la creación de riqueza y empleo y de las necesidades sociales. Es posible y justo. Está en nuestras manos.