El déficit del Estado empeoró un 5,4% en agosto respecto al mes anterior y se situó en el 4,62% del PIB, casi un punto por encima del objetivo del 3,8% fijado para todo el año. Lo que demuestra una cierta relajación del Gobierno tanto en el control del gasto como en la ejecución de los ingresos tras el corolario de subidas de impuestos. El dato se produce con la presencia aún en Madrid de los inspectores de la Troika para evaluar la reestructuración del sistema financiero y tras las dudas manifestadas por el BCE sobre la consecución del objetivo sin aumentar la recaudación fiscal. En términos de contabilidad nacional, el déficit alcanzó en los primeros ocho meses los 47.579 millones, 8.400 millones más de la cifra con que debería acabar diciembre. Hace un año la cifra llegó a 48.638 millones (4,73% del PIB), un 2,2% más. Sin embargo, el objetivo de 2012 era del 4,1%, tres décimas más que ahora, y, por ejemplo, no había entrado en vigor la subida del IVA.Ese agujero en las cuentas públicas de 47.579 millones es el resultado de unos ingresos de 68.841 millones frente a los 60.746 de hace un año (un 13,3% más) como consecuencia de las alzas impositivas, y de unos gastos de 116.420 millones frente a los 109.384 de agosto de 2012 (6,4% más). El Estado se gasta casi un 70% más de lo que ingresa.Aunque el Gobierno señaló ayer que «esta cifra muestra que en agosto no se han producido grandes variaciones respecto al mes de julio», cuando el déficit llegó al 4,55%, los datos de agosto incrementan las dudas y prácticamente hacen imposible el cumplimiento de ese objetivo.En términos de contabilidad de caja, que es donde se ve lo que efectivamente entra y sale sin anotar obligaciones y derechos, los ingresos bajaron un 2,3% mientras que los gastos crecieron un 5,5%. En concreto, la recaudación de los impuestos directos bajó un 5,2%, como consecuencia de un descenso de los ingresos por IRPF de un 2,2% y de un 21,7% en el impuesto de sociedades. El caso es que la destrucción de empleo, y sobre todo la reducción de los salarios, están pasando una dura factura recaudatoria. Así, las retenciones de las rentas de trabajo de las administraciones públicas bajaron un 0,5% mientras que en las pymes cayeron un 2,7% y un 3% en las grandes empresas. En cuanto al descenso del Impuesto de Sociedades, se debe al pago de las devoluciones realizadas a principios de año y que correspondían al año anterior.En cuanto a los indirectos, la recaudación subió un 6,4% gracias a la subida del 8,4% del IVA. Pero se debe a que la recaudación se compara con la realizada en los ocho primeros meses de 2012 cuando aún no se había producido el alza de los tipos. Algo similar sucedió con el incremento de la recaudación del 13,7% de los hidrocarburos. Sin embargo, el alza de impuestos en el tabaco ha mermado los ingresos un 5,5% por el efecto acaparamiento, y también baja la caja por el recibo de la luz un 3% porque se ha contraído el consumo tras la última subida de la tarifa.Según la Agencia Tributaria, el Estado había recaudado hasta agosto 8.311 millones más que el año pasado por todos los efectos de la subidas impositivas. Así, el gravamen complementario del IRPF ha supuesto 1.538 millones mientras que por IVA llegó a los 6.217. Esta última cifra está aún muy lejos de los 10.000 millones previstos por el Gobierno para todo 2013 cuando, por ejemplo, en el mes de agosto, con datos de julio, la recaudación por este impuesto bajó un 16,9% en plena expansión turística y de consumo.Desde el lado del gasto, la partida que más repunta es la de las transferencias de capital, un 28,1%, por las mayores aportaciones a la CNE para financiar los costes del sistema eléctrico y a Adif. También crecen un 9,2% los pagos por los intereses de la deuda, que en términos de contabilidad nacional suben un 15,3%, mientras que el gasto de personal crece un 1% por el aumento de pensionistas entre los funcionarios.El caso es que a falta de cuatro meses para que finalice el año al Gobierno se le complica el cumplimiento del objetivo no sólo del Estado sino de las demás administraciones 6,5% del PIB en total). En este periodo es cuando más aumentan los gastos de las autonomías y falta por computar los efectos del agujero de la Seguridad Social y las prestaciones de paro, que alcanzará los 14.000 millones.Aunque queda por liquidar el pago fraccionado del Impuesto de sociedades en octubre, a partir de septiembre bajará la recaudación del IVA y su aportación al saldo contable porque desaparece el efecto escalón. Es decir, se compararán meses iguales con idéntica subida (se realizó en septiembre de 2012). Eso supuso en 2012 cerca de 2.300 millones. Además, de aquí a fin de año el Gobierno tampoco podrá computar los 1.284 millones que ingresó el año pasado en estos meses por la amnistía fiscal y el IRPF se está despeñando. Y, desde la vertiente del gasto, este año no podrá ahorrar los 5.500 millones de la paga extra de los funcionarios que suprimió en 2012.