¿Qué hay de nuevo, en el “viejo” cine español? La Academia del Cine eligió Valencia para los premios Goya. Tierra de abundancia y luz, de matices y cuna de Berlanga. La rabiosa libertad de Berlanga y su cine lleno de talento a través del tiempo, como excusa perfecta. El escenario de la gala, el Palau de les Arts de Valencia, una exuberante apuesta por desterrar al fin los vaivenes más críticos de la pandemia.
El buen patrón fue la película más premiada. Humor que no deja títere con cabeza. Al director Fernando León de Aranoa le llegó su quinto Goya. Ante una nueva crisis económica, su oportuna crítica viene en forma de comedia extremadamente ácida. Desmontar el falso paternalismo del “buen patrón” para mostrar su voluntad de dominio y control. Capitaneada por Fernando León de Aranoa y Javier Bardem, logró seis Goyas: mejor película, mejor dirección, mejor actor protagonista, guión original, montaje y música original. De nuevo Javier Bardem, suma y sigue como actor de registros inagotables.
“Estamos contentos”
La primera sorpresa: los cinco premios para Las leyes de la frontera, de Daniel Monzón. Entre ellos el de mejor guion adaptado, a partir de la obra homónima de Javier Cercas, y el de mejor actor revelación para Chechu Salgado. Pasar la frontera por camaradería, por amor y por la amistad recibida: cruzar las líneas dejando atrás el terreno preconcebido al que uno supuestamente pertenece. La segunda sorpresa: Pedro Almodóvar subió al escenario para entregar el premio a Cate Blanchet, pero esta vez puso al público en pie para aplaudir a otros. De entre las grandes favoritas, se va de vacío la excelente Madres paralelas.
“Mi amor incondicional a la gente luchadora, obstinada y valiente”, palabras de Blanca Portillo con el Goya a la mejor actriz en sus manos. Su interpretación en Maixabel brilla con la fuerza de los hechos contra quienes aún hoy predican el olvido: la única reconciliación posible con quien ejecutó o justificó el terror es a través de la autocrítica sincera. Recordar lo que jamás debe olvidarse. Premio a una película valiente y necesaria que retrata a ETA exactamente como lo que fue, una banda de fascistas criminales. Un reconocimiento a la propia Maixabel Lasa, presente en la gala, por su generosidad de luchadora antifascista: primero contra el franquismo y luego contra ETA. Los premiados Urko Olazábal, mejor actor de reparto, y María Cerezuela como mejor actriz revelación cerraron los tres premios para la película de Icíar Bollaín.
Mucha fuerza y mucha verdad
La película Mediterráneo, de Marcel Barrena, también destaca con tres galardones. Pero no solo de premios vive el cine. Mediterráneo cuenta la historia de Óscar Camps, fundador de la ONG Open Arms, un socorrista de Barcelona que se queda profundamente conmocionado al ver la fotografía de un niño, Aylan, muerto en la playa de Lesbos, y decide marcharse a rescatar refugiados en la costa griega. Así nace la historia del Open Arms. Mediterráneo pone rostro a los refugiados que causan las guerras y trata la importancia de la comunicación para dar a conocer a la gente lo que ocurre. “Hay que seguir contando historias, haciéndolas cada vez más robustas y que no pare de crecer el cine español y su calidad”, en palabras del director.
De vez en cuando el cine produce, para disfrute de todos, películas capaces de plasmar bases de principios de hondura que de forma directa y sencilla podemos hacer propias. Historias sin grandes ínfulas, pero reconocibles en todo su calado. Es el caso de varias de las protagonistas de estos Goya. Nuestro cine mantiene intacto un caudal de miradas distintas, un sello propio rebosante de fuerza. Un cine capaz de lanzarse a devorar la realidad para trasladar a las pantallas un sinfín de miradas. Dar la cara ante cuestiones muy vivas, enfocadas desde ópticas, sensibilidades y lenguajes cinematográficos diversos.
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La mano que mece los Goya
Mamá, una de las palabras más repetidas en la gala. “A todas las mujeres que nos acuestan por la noche componiendo música”, así recibió Zeltia Montes el Goya a la mejor música original por su trabajo en El buen patrón. Dedicatoria a su madre y a tantas otras que con su sacrificio y esfuerzo han hecho posible que nuevas generaciones reciban hoy premios artísticos. Madres, mujeres. Dejando claro que el papel de la mujer no es, ni ha sido nunca, una cuestión de cuotas. Reivindicando la fuerza transformadora en nuestra sociedad y en el mundo de la cultura que suponen las mujeres. Para más muestras el “tómatelo en serio, Pedro” que Verónica Echegui dirigió al presidente Sánchez, sentado en las butacas, tras recibir el Goya al mejor cortometraje de ficción por Tótem Loba. Por si quieren más pistas, Clara Roquet fue galardonada como mejor dirección novel y se marcha con dos premios para su película: se titula Libertad. En un año en que tantas cosas y realidades están en crisis, el cine español no deja pasar la oportunidad de reconocer problemas y lanzarse hacia ellos. Una parte está clara: no se puede seguir mirando hacia otro lado. Cuando la gala termina, el cine español continúa.