En 2015, los países miembros de la Unión Europea pactaron el reparto de 182.505 refugiados que buscaban asilo en Europa. Dos años después, sólo se ha dado asilo a 46.522 personas, según datos de la Comisión Europea de Ayuda al Refugiado (CEAR).
Hace dos años, aconteció el mayor movimiento migratorio de la historia desde la Segunda Guerra Mundial. Más de un millón de personas, provenientes de Siria, Afganistán, Irak, Eritrea, Pakistán o Nigeria acudieron a Europa huyendo de las guerras, del hambre y la miseria.
La situación desesperada en la que se encontraban despertó una oleada de solidaridad en toda Europa. Fue el movimiento “Refugees Welcolme”, cientos de miles de personas que salieron a la calle en las principales ciudades europeas, entre ellas Berlín, Copenhague, Madrid y Barcelona, exigiendo a pleno pulmón que se acogiese a esas personas para salvar sus vidas.
La Unión Europea, con Alemania a la cabeza, se vio obligada a actuar debido a la presión popular ejercida. Mas el acuerdo al que se llegó para “repartirse” a los refugiados que habían llegado pidiendo asilo, sólo puede considerarse de vergonzoso. Del más de millón de personas, -el 25% de ellos niños, según ACNUR- sólo llegaron a comprometerse a acoger 182.504 refugiados, entre todos los países de la UE, menos del 20% de los que llegaron a Europa.
Y dos años después, justo cuando se cumple el plazo según el cual debían estar acogidas estas 180.000 personas… sólo se ha atendido a una miserable cuarta parte.
El gobierno de Rajoy se había comprometido a acoger ante la UE a 9.232 refugiados, que no es nada. Más si tenemos en cuenta que en un principio se había comprometido a dar asilo a más de 17.000. Pero actualmente, sólo ha llegado a acoger a 1.279 personas refugiadas, un pobre 13% de lo acordado con Bruselas.
España no es un caso aislado. La gran mayoría de países que se habían comprometido a acoger refugiados se han quedado muy lejos del objetivo que ellos mismos se establecieron. Francia, que se había comprometido a 19.714 refugiados, y sólo ha acogido a 6.433.
La UE actuó siempre para no cumplir con esos objetivos. Prueba es el acuerdo que se llegó en 2016 con Turquía para que, a cambio de 6.000 millones de euros, actuase como auténtico muro de contención de los refugiados que deseaban llegar desde sus costas a Europa.
Actualmente, existen 247.000 refugiados sirios sobreviviendo en campamentos en Turquía, según datos del propio gobierno Turco. En los Balcanes malviven ateridos de frío decenas de miles de seres humanos: sólo en Serbia, según datos de ACNUR, 7.600 personas pasan un tercer invierno gélido en precarias tiendas de campaña. Y no olvidemos los 50.000 refugiados malviviendo en campos de refugiados en islas griegas en condiciones infrahumanas, como denuncian multitud de ONGs, esperando ser acogidas de una vez.
Muchos otros refugiados, se han visto obligados a echarse al mar de manera irregular para llegar a Europa. Los últimos datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), revelan que en 2017, desde enero a septiembre, han viajado mediante pateras y formas similares 128.863 personas migrantes a través del Mediterráneo hasta Europa, mayormente desde Libia. Muriendo 2.550 personas en el trayecto, ahogados en el mar.
Esta situación es indignante. Tras dos años de promesas, la realidad es que la UE está dejando morir a toda esta gente a sus puertas, cerrando fronteras. Una situación intolerable, que entre todos debemos condenar. Y exigir que se acojan a todos los refugiados, sin excepción.