«Los mercados están todavía en busca de sangre, Portugal y España son los nuevos objetivos, dijo Capital Economics, en su último comentario sobre el aumento de los rendimientos de los bonos de la eurozona, un fenómeno que refleja una menor confianza en la capacidad de países como España y Portugal para tomar prestado el dinero que necesitan este año y pagar sus deudas».
El aoyo a los socialistas en su conjunto ha seguido disminuyendo drásticamente. Una encuesta realizada en febrero dada a conocer el domingo por El País, que apoya al gobierno, predice que el 43,4% de los votantes apoyaría el PP en unas elecciones, en comparación con apenas el 37,5% para el gobierno. La diferencia se ha ampliado a los 5,9 puntos porcentuales durante este mes, desde los 3,5 de enero. (FINANCIAL TIMES) LE MONDE.- Después de haber vivido, en opinión unánime de la prensa española, “la peor semana en seis años de gobierno”, José Luis Rodríguez Zapatero ha intentado retomar la iniciativa, el 5 de febrero, con un proyecto de reforma del mercado de trabajo. La mesurada reacción de los sindicatos contrasta por oposición al clamor de protesta levantado, ocho días antes, por el anuncio del alargamiento de la edad de jubilación, a la cual el 84% de los españoles se oponen, según una encuesta publicada el domingo 7 de febrero Inglaterra. Financial Times El apoyo a Zapatero se desmorona Víctor Mallet El apoyo público en España a José Luis Rodríguez Zapatero, el primer ministro socialista, se desmorona ante la prolongada recesión económica y la pérdida de confianza en el extranjero sobre sus políticas fiscales, de acuerdo con los nuevos sondeos de opinión publicados. Las últimas dos semanas se consideran en España como el período más difícil para el señor Zapatero desde que asumió el poder hace seis años. La crisis fiscal en Grecia ha suscitado dudas sobre si los miembros más débiles de la zona euro, especialmente en el sur de Europa, serán capaces de controlar su déficit fiscal y mejorar su competitividad. "Los mercados están todavía en busca de sangre, Portugal y España son los nuevos objetivos", dijo Capital Economics, en su último comentario sobre el aumento de los rendimientos de los bonos de la eurozona, un fenómeno que refleja una menor confianza en la capacidad de países como España y Portugal para tomar prestado el dinero que necesitan este año y pagar sus deudas. Una encuesta de El Mundo, periódico de derechas, mostró el domingo que Mariano Rajoy, líder mediocre hasta el momento del Partido Popular en la oposición, por primera vez es más valorado por los votantes que el carismático Sr. Zapatero. El Sr. Rajoy obtuvo un promedio de 4,21 puntos sobre 10 en comparación con el 4.10 del primer ministro. El apoyo a los socialistas en su conjunto ha seguido disminuyendo drásticamente. Una encuesta realizada en febrero dada a conocer el domingo por El País, que apoya al gobierno, predice que el 43,4% de los votantes apoyaría el PP en unas elecciones, en comparación con apenas el 37,5% para el gobierno. La diferencia se ha ampliado a los 5,9 puntos porcentuales durante este mes, desde los 3,5 de enero. España, que registró un déficit presupuestario del 11,4% del PIB para 2009, ha puesto en marcha un programa de austeridad diseñado para ahorrar 50 mil millones de euros en cuatro años y reducir su déficit al 3% del PIB en 2013, y envió el plan a la Comisión Europea. Sin embargo, analistas e inversores en bonos soberanos de la zona del euro siguen siendo escépticos. Capital Economics describe las propuestas de reducción del déficit español y portugués como "insignificantes" en comparación con las de Grecia. "A menos que nuevos planes fiscales se anuncien, parece probable que los rendimientos de los bonos españoles y portugueses aumenten aún más", dijo. El problema de Zapatero es que a las medidas económicas que pueden aliviar a los inversores internacionales –incluyendo el plan de austeridad, el incremento propuesto en la edad de jubilación de 65 a 67 y las reformas del rígido mercado de trabajo– se oponen vigorosamente los sindicalistas españoles y los partidarios de otros sectores del Partido Socialista. El gobierno organizó una reunión el viernes con empresarios y sindicatos para iniciar las negociaciones sobre el mercado de trabajo. Zapatero dijo que el objetivo era "crear empleo y más empleo, y tan pronto como sea posible". Más de 4 millones de españoles, o alrededor del 19% de la fuerza de trabajo, están desempleados, pero las empresas son renuentes a contratar nuevos trabajadores, debido a los altos costes salariales que establece la legislación laboral del país. Los opositores al gobierno han visto una oportunidad en la crisis y han comenzado a hablar sobre la posibilidad de unas elecciones generales anticipadas, que no deberían celebrarse hasta 2012. ABC, un periódico de oposición, llenó el domingo su primera plana con un editorial titulado "España necesita un gobierno". FINANCIAL TIMES. 9-2-2010 Francia. Le Monde Debilitado por la recesión, Zapatero busca prevenir una crisis social Jean-Jacques Bozonnet Después de haber vivido, en opinión unánime de la prensa española, “la peor semana en seis años de gobierno”, José Luis Rodríguez Zapatero ha intentado retomar la iniciativa, el 5 de febrero, con un proyecto de reforma del mercado de trabajo que ha sido mayoritariamente bien recibido por los agentes sociales. La mesurada reacción de los sindicatos contrasta por oposición al clamor de protesta levantado, ocho días antes, por el anuncio del alargamiento de la edad de jubilación desde los 65 a los 67 años, a la cual el 84% de los españoles se oponen, según una encuesta publicada el domingo 7 de febrero. El secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, había simismo planificado para finales de febrero manifestaciones en todo el país. La medida, presentada como inmediata y no negociable por la ministra de economía Elena Salgado, no podía ser, según el líder sindical, más que obra de una “cuadrilla de aprendices”. Preocupado por preservar la paz social –uno de los raros triunfos que conserva el gobierno a pesar de la importancia de la crisis–, Zapatero habría tenido cuidado de prevenir discretamente a los sindicatos del cambio de rumbo de su política económica: plan de rigor dirigido a recortar 50.000 millones de euros en tres años, reforma de las pensiones y modernización del mercado de trabajo. Los errores de comunicación, sumados a la publicación de malos datos y acontecimientos exteriores contrarios, han transformado lo que debía ser un mensaje destinando a tranquilizar a los mercados en una semana horribilis para el dirigente español. En pocos días, se visto enfrentado a un déficit público record (11,4% del PIB), un número de parados histórico (4,3 millones) y un crecimiento negativo en el cuarto trimestre de 2009 que hace de España el único país miembro del G20 que continúa en recesión. El conjunto de estos datos han asustado a los mercados hasta el punto que la Bolsa de Madrid se hundió 6 puntos el 4 de febrero, mucho más que las otras plazas europeas. Mientras que había apostado en el semestre de presidencia española de la UE para rehacer la reputación perdida por su país, Zapatero ha registrado la defección de Barack Obama en la cumbre UE-EEUU que debe celebrarse en Madrid. Se ha manifestado “indignado” de que España hay podido ser comparada con Grecia por el socialista español Joaquín Almunia, comisario europeo saliente de asuntos económicos y futuro vicepresidente de la Comisión. El tono fue dado en Davos, donde Zapatero se encontró sentado en el debate en la misma mesa que Grecia y Letonia, los dos grandes enfermos de Europa: una imagen juzgada como “criminal” en instancias del PSOE. Este último perdería las elecciones legislativas si tuvieran lugar ahora mismo. Según dos encuestas publicadas el domingo , el PP (derecha) las ganaría con el 43,4% de los votos contra el 37,5% del PSOE. La diferencia no era más que de 3,8% en el sondeo del CIS realizado antes de la tormenta político-mediática de la última semana. Agudizando la tirantez en el seno del gobierno y las torpezas en materia de comunicación, ciertos dirigentes incitan a Zapatero a renovar rápidamente su ejecutivo, mientras que otros sugieren esperar al fin de la presidencia europea. “Sin restablecer la credibilidad del liderazgo poítico, las dificultades para que España salga de la crisis serán todavía más grandes, escribe El País. Si la de Zapatero se deshilacha, la de Mariano Rajoy es inexistente”. La oposición de derechas está dividida acerca de la manera de explotar las dificultades del gobierno. La número dos del PP, María Dolores de Cospedal no ha excluido una moción de censura y las elecciones anticipadas, pero Rajoy prefiere temporizar, dejando a cargo de los socialistas emprender las dolorosas reformas estructurales que reclaman los mercados y las instituciones internacionales. Los electores del PP son, por ejemplo, más numerosos que los socialistas en rechazar el aumento de la edad de jubilación a los 67 años. Zapatero deberá ser convincente, en las próximas semanas, para levar a buen puerto las reformas prometidas. Si la del mercado de trabajo no ha provocado una protesta unánime, “no es tanto gracias al presidente, sino a causa del vago carácter del texto propuesto”, estima El País. Las negociaciones que el gobierno espera cerrar antes de Pascuas, corre el riesgo de ser eclipsado por el conflicto de las pensiones. LE MONDE. 9-2-2010