Washington se toma muy en serio todo lo referente al cerco militar que lleva más de una década erigiendo frente a China, cuya emergencia es la principal amenaza a la hegemonía estadounidense. Y por eso, la firma de un acuerdo de seguridad entre Pekín y las Islas Salomon -un pequeño archipiélago en el Pacífico, al este de Papúa Nueva Guinea- ha desatado una poco velada catarata de amenazas hacia el gobierno salomonés por parte de Washington o de su nuevo gendarme en el Pacífico, Australia.
El ministro de Exteriores chino, Wang Yi, y su homólogo salomonense, Jeremiah Manele, firmaron el pasado 19 de abril un acuerdo bilateral por el cual China podría colaborar con las Islas Salomón en cuestiones como «el mantenimiento del orden público, la protección y las seguridad de personas y prioridades, la asistencia humanitaria y la respuesta a desastres naturales». También podría enviar buques de guerra a las islas para hacer escala y reponer suministros, así como establecer equipos militares y estaciones de personal en el país insular pero siempre con el consentimiento del gobierno de las Islas Salomón.
Estas últimas disposiciones han llevado a especular sobre la posibilidad de que China estableciera una base naval en las islas del Pacífico Sur, una posibilidad que dejaría ciudades australianas como Brisbane, a unos 2.000 kilómetros, o la propia capital neozelandesa, a poco más de 3.300 kilómetros, en el radio de alcance de los barcos y los submarinos chinos.
Pero tanto el gobierno salomonés como las autoridades chinas no han dejado de negar, rotunda y tajantemente, que China vaya a instalar base militar alguna en el archipiélago. «El acuerdo con China no incluirá la construcción de una base militar china», dijo Manasseh Sogavare, primer ministro salomonense ante el parlamento de su país. «Islas Salomón no pretende militarizar el Pacífico. Hemos sido una víctima de la guerra. Fuimos elegidos como el escenario del enfrentamiento militar -durante la Segunda Guerra Mundial-. No es necesario que nos recuerden los efectos de la guerra».
El hecho es que -como muchos otros países del IndoPacífico, por ejemplo todos los de la ASEAN- Islas Salomon ha fortalecido en los últimos años las relaciones económicas, comerciales y políticas con China. Honiara (la capital de Islas Salomon) rompió en 2019 su alianza con Taiwán para reconocer a China y desde entonces, el considerado socio histórico de Australia, ha virado su política exterior y se ha mostrado más favorable a Pekín, algo que ha provocado tensiones tanto con sus socios tradicionales como dentro del país durante los últimos años.
Tanto el gobierno salomonés como las autoridades chinas no han dejado de negar, rotunda y tajantemente, que China vaya a instalar base militar alguna en el archipiélago
Representantes de la Casa Blanca y del Departamento de Estado viajaron el viernes a las Islas Salomón, donde se reunieron con el primer ministro Manasseh Sogavare. EEUU ha advertido a las Islas Salomón que actuará «en consecuencia» si China instala una «presencia militar permanente» en el Archipiélago. Algunas voces en Australia, como las del analista David Llewellyn-Smith, han sido aún más explícitas en sus amenazas. «Si es necesario, Australia debería invadir las Islas Salomón y capturar Guadalcanal de tal manera que diseñemos un cambio de régimen en Honiara».