Un verano más, España arde. Mientras, los bomberos forestales (BRIF) denuncian jornadas de hasta veinte horas, material de protección en malas condiciones, contratos solo de tres meses al año y una enorme falta de recursos en labores de prevención que podría disminuir en gran medida los daños y hasta evitar gastar más en extinción. Un año más, se juegan la vida armados con un casco de obra, un EPI roto, sin avituallamiento y sin un Estatuto que reconozca sus derechos como trabajadores, mientras los montes zamoranos se convierten en ceniza. Ellos no dejan de insistir: esto podría haberse evitado.
Entrevistamos a Manuel [nombre ficticio, por temor a represalias de la Junta], bombero forestal de Castilla y León
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¿Cómo han sido estas semanas luchando contra los incendios en Castilla y León?
Han sido unas semanas especialmente complicadas por el tiempo, pero sobre todo por las condiciones. No se cumplen los horarios establecidos por convenio y por la propia Junta, estamos haciendo turnos de dieciséis, dieciocho, hasta veintidós horas, y no llegan los relevos ni el avituallamiento cuando se necesita. La comida llega al puesto de mando y después no nos llega a los trabajadores. En ocasiones, si no fuera por la gente de los pueblos de alrededor habría días que no comeríamos.
¿Qué condiciones tenéis?
Tenemos contratos temporales entre tres y seis meses. El resto del año tenemos que trabajar en otras cosas para poder sobrevivir, trabajamos de cajeros, camareros… nos buscamos la vida como podemos. Evidentemente, profesionalizar un sector con contratos de tres meses en los que la gente no tiene experiencia es complicado. Muchas de las personas que trabajan en Castilla y León no tienen experiencia en campaña, se les da una formación de catorce horas y se les manda a trabajar a los peores incendios que hemos vivido en esta década. La situación del material de protección es lamentable, los EPIS son de mala calidad, nos los entregan rotos y los cascos que utilizamos son de obra.
La gestión forestal está en manos de las empresas privadas.
El 90% de los BRIF de la Junta de Castilla y León es subcontratado a través de la empresa privada, que buscan abaratar costes por todos los medios. Pagan el salario mínimo, reducen costes del material de protección y reduciendo gastos en formación, la cual actualmente es nula.
El resto de dispositivos en otras partes de España no han colapsado como el de INFOCAL porque son dispositivos públicos, robustos con plantillas con continuidad y bien preparadas. Nosotros abogamos por un dispositivo completamente público.
“Con el cambio climático, esto se repetirá cada año si no tomamos medidas”
¿Existe el Estatuto del Bombero Forestal?
No tenemos reconocida nuestra categoría profesional. Nos contratan en calidad de peón forestal, de monte, de caza… incluso, de jardineros, algo que evidentemente no somos, pero es lo que pone en nuestros contratos. Actualmente no hay ningún estatuto que regule nuestra profesión, quedamos a merced de las Comunidades Autónomas y de los convenios colectivos de los sectores forestales, que suelen ser bastante malos.
No tenemos enfermedades profesionales reconocidas porque no nos reconocen como bomberos forestales. Un peón, como aparece que somos, no tiene por qué estar expuesto a gases cancerígenos de la combustión. Cualquier enfermedad respiratoria por exposición a gases tóxicas no está contemplada en nuestro convenio.
Desde Bomberos Forestales en Lucha de Castilla y León hacemos directamente responsable al consejero Quiñones y al director de conservación José Ángel Arranz de la muerte de nuestro compañero Daniel y de todos los heridos y afectados.
Se han quemado unas 100.000 hectáreas en Zamora, más del 6% de la superficie de la provincia. El incendio de Losacio ha sido el peor de la historia de España. ¿Con los recursos necesarios habría habido menos daños?
Te puedo asegurar que si se hubieran realizado las labores preventivas necesarias durante el invierno y hubiésemos tenido las infraestructuras listas, ese incendio habría sido muchísimo menos dañino. Sobre todo, demandamos labores preventivas, poder preparar cortafuegos, gestionar el monte… es lo que hacemos los bomberos forestales, no solo apagar fuegos. Hace falta continuidad en nuestro trabajo, si pudiéramos hacer labor preventiva todo el año, en verano los incendios se podrían atajar de forma totalmente diferente, con más seguridad y eficiencia. No tendríamos estas catástrofes.
En el incendio de Losacio, la Junta de Castilla y León se ha gastado en extinción en torno a 600 millones, siendo el presupuesto anual de 64 millones. Se han gastado en un mes, en dos incendios, el presupuesto de diez años.
“Se han gastado más en extinción que lo que habría sido necesario en prevención”
¿Si no se invierte más en prevención estamos abocados a repetir este escenario cada año?
Efectivamente. Los incendios son inevitables y hay que convivir con ellos, pero además en España hay un abandono rural tremendo, los montes ya no se explotan como antaño, se ha dejado la ganadería intensiva, no se saca leña… Esto genera acumulaciones de combustible brutales, lo cual después provoca unos incendios grandes y virulentos. Si nosotros tenemos tiempo para la prevención podemos preparar un plan para el verano. Si no, cada verano este escenario se va a repetir con el cambio climático. Las temperaturas están superando récords, cada vez va a hacer más calor, va a haber menos precipitaciones y va a ir a peor si no tomamos medidas.
¿Qué respuesta habéis tenido de la Junta de Castilla y León?
Directamente el Gobierno Autonómico no se ha dignado a contestarnos. Nos han respondido a través de la prensa negándolo todo, según ellos trabajamos todo el año, no falta personal, no faltan medios y hay avituallamiento.
En Galicia tienen un presupuesto de extinción de 180 millones, mientras, Castilla y León, la comunidad con más superficie forestal del país, tenemos un presupuesto de 64 millones, apenas mayor que el de La Rioja. Aumentar el presupuesto en prevención saldría tremendamente rentable también en términos económicos. Cada verano nos vamos a gastar 1.000 millones en extinción pudiendo gastarnos 200 millones en tener una plantilla que realice labores de prevención y disminuya la gravedad de estos incendios con efectividad.
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¿Qué os parece la medida que ha propuesto Vox de invertir millones en que personas desempleadas “limpien” los bosques?
Es ridículo, temerario y negligente. El sector forestal es el segundo con mayor tasa de siniestralidad en España, solo por detrás de la minería de carbón. El sector demanda de una profesionalización y una formación, como todas las profesiones, no lo puede realizar quien no lo tenga. Es como pretender cubrir plazas de médicos con personas que no han estudiado esa formación.