A dos semanas de la sesión de investidura prevista para el 25 de julio, dos encuestas, la del diario El Mundo del 30 de junio y otra de La Razón del 8 de julio marcan la misma tendencia: más del 70% de los votantes del Ciudadanos quieren que el partido que votaron en las elecciones generales del 28 de abril facilite la investidura de Pedro Sánchez. Evitando así que el nuevo gobierno dependa de los votos independentistas de ERC y Bildu.
En el sondeo de Sigma Dos para de El Mundo, el 69,9% de los votantes del partido naranja cree que Cs debería abstenerse (un 44%) o votar a favor de Pedro Sánchez (el 25,9%) para facilitar su investidura.
Según esta sondeo la línea defendida por Rivera solo es respaldada por el 27,2%. Es decir, menos de 1 de cada 3 votantes de Ciudadanos apoya a la dirección naranja y su veto a Sánchez.
En la encuesta de la razón del 8 de julio, es el 74% del electorado de Ciudadanos quienes apoyan que Rivera se abstenga y permita gobernar al PSOE.
Según esta encuesta el porcentaje de votantes que apoyaría la posición de la dirección de Rivera es solo del 22,2%.
Estas encuestas están reflejando también en las bases, lo que desde hace semanas se viene produciendo en el seno del partido y que está dando lugar a una cadena de rupturas y dimisiones: los dos aspectos de Cs, la existencia de esas “dos almas”, que se manifiestan en torno a la batalla principal que ahora mismo se libra en torno a la formación del gobierno de España.
Por un lado, la línea encabezada por Rivera, que apuesta por los pactos con el PP como principal opción y consiente el apoyo de Vox.
Por otro el reflejo dentro de Ciudadanos, en sus bases pero también en muchos de sus cuadros, de ese viento popular que se identifica con la formación de “gobiernos de progreso” comprometidos con la regeneración democrática y la defensa de la unidad frente a la fragmentación.