SELECCIÓN DE PRENSA INTERNACIONAL

Efectos de la visita a la India del presidente Barack Obama

¿La visita de Barack Obama a la India ha dado lugar a nuevas especulaciones sobre su política asiática de pivote. Una pregunta esencial: ¿ Estados Unidos está mejorando los lazos con India para intentar contener a China?

La respuesta es sí y no.

Nueva Delhi desempeñan un papel vital en la política de «volver a Asia» que implementa Washington. India importa dada su estratégica ubicación en el sur del continente y quiere acelerar su crecimiento económico. Los últimos acuerdos firmados por Obama y el primer ministro indio Narendra Modi cubren un área amplia, incluye defensa e inversión, energía nuclear civil, lucha contra el terrorismo y el cambio climático. Ambas partes tienen interés en impulsar la cooperación y es muy probable que la relación Washington-New Delhi se potencialize aún más y como consecuencia la estabilidad regional.

El temor a una China en franco ascenso, que desafía la histórica dominación mundial y reconfigura las relaciones Asia-Pacífico, motivó a la administración de Barack Obama a instruir la política «volver a Asia» que desde el 2011 tratan de implementar en la región. Buscar el apoyo de la India podría funcionar en el cambio de estrategia de los Estados Unidos. Aunque contener a China es poco probable que sea la meta que Obama y Modi quieren lograr con su alianza.

El comercio entre China y la India pudo haber sido desequilibrado y algunas disputas fronterizas han ocurrido en los últimos años, pero los líderes delos dos países han tratado con mucho tacto estos problemas.

China e India han avanzado en la colaboración para el control de las disputas fronterizas y se han impulsado la firma de 12 acuerdos bilaterales por valor de 20 billones de dólares. El presidente Xi Jinping, durante su viaje a la India en septiembre de 2014, dejó claro que China está decidida a construir una relación sana y progresista con la India. La dirigencia india también se hizo eco de la misma determinación y se espera que aumenten las inversiones chinas en el país para mejorar su infraestructura y reducir el déficit comercial con China.

En una palabra, en lugar de conflictos hay cooperación. Esa es la fuerza impulsora de la futura relación entre China e India.

Sun Shihai es director de la Asociación China de Estudios de Asia del Sur.

Objetivo central del pacto: seguridad y defensa

Desde el 11 de septiembre de 2001, el tema de la seguridad ha ganado los primeros planos de la política estadounidense. Pero los fracasos en Irak y Afganistán para lograr el exterminio de las fuerzas enemigas, unido a la rápida propagación de las células del Estado islámico dentro de los Estados Unidos y la Unión Europea han obligado a Washington a considerar la India como un socio militar estratégico.

Durante la visita de Barack Obama a la India, ambas partes han convenido otros 10 años en materia de defensa. Esta colaboración firmada en el 2005, se extiende ahora por otra década más. En el futuro, se espera que la colaboración bilateral desarrolle sistemas y armas de alta tecnología.

La cooperación entre los servicios de inteligencia también aumentará, tal vez al mismo nivel que mantiene los Estados Unidos con el Reino Unido. Los asesores de seguridad nacional de ambos países tendrán su propio canal para comunicarse regularmente.

Narendra Modi y Obama entienden que la India y los Estados Unidos enfrentan las mismas amenazas y en lugar de lidiar por separado, es conveniente una sólida alianza. La asociación para seguridad y defensa de Estados Unidos con India no está dirigida contra China, una nación económicamente importante para ambos países.

En cambio, dicha asociación se centrará en la lucha contra el terrorismo y garantizará la fluidez y seguridad del comercio a través de aire, tierra y mar. La resultante beneficiaría a todos los países cuya prioridad es el desarrollo económico.

Modi ha declarado que impulsar las relaciones económicas con China es vital. La asociación de seguridad y defensa con los Estados Unidos es una buena noticia para las compañías chinas que invertirán en los próximos cinco años hasta 20 billones de dólares en la India.

Modi no busca un juego de suma cero que signifique «o los Estados Unidos o China» sino el resultado de una compleja estrategia de ganar-ganar que se concretará a partir de la actual transformación de las relaciones de la India con los Estados Unidos y China.

M.D. Nalapat es profesor de geopolítica en la Universidad Manipal de la India.

Acuerdo nuclear suscita preocupaciones

El anuncio de una «comprensión para avanzar» en el estancado acuerdo nuclear civil indo-estadounidense es una de los ejes sustanciales de la visita de Barack Obama a la India.

La comprensión es un paso técnico que acerca a los dos países a instrumentar el Acuerdo Nuclear Civil de Estados Unidos e India del 2006, bajo el cual, India aceptó separar sus instalaciones nucleares civiles de las militares y colocar todas sus instalaciones nucleares civiles bajo las salvaguarda del Organismo Internacional de Energía Atómica.

Se avanzó en la «comprensión» de dos temas atascados para la instrumentación del acuerdo.

El primero es la cuestión de la responsabilidad en caso de accidente nuclear, proponiendo la creación de un consorcio de seguros, sin necesidad de modificar las legislaciones indias vigentes.

El otro tema son los requisitos para el seguimiento de material nuclear transferido desde los Estados Unidos y otros países, que aparentemente hayan sido eliminados.

Los especialistas han cuestionado la legitimidad y las consecuencias de retirar los requisito para darle seguimiento a aquellos materiales nucleares transferidos a la India. Argumentan que la India tiene armas nucleares y que su programa de armas nucleares está fuera de la supervisión del Organismo Internacional de Energía Atómica, así que cualquier ventas y/o transferencia de material nuclear civil, tecnología y plantas sin los correspondientes controles de seguimiento pueden -directamente o indirectamente- beneficiar el programa indio de armas nucleares.

Si se implementa de esta manera, será un gran golpe para el esfuerzo internacional de no proliferación de armas nucleares. Esta decisión puede molestar a países como Japón, cuyos programas nucleares -civiles y militares- están bajo el escrutinio del Organismo Internacional de Energía Atómica.

Ahora corresponde a las empresas decidir si hacen o no negocios en esa nación. Por supuesto, las empresas con los ojos puestos en India han acogido con beneplácito los esfuerzos de cooperación entre los gobiernos de Estados Unidos y la India.

Hasta la fecha, la prensa especializada que ha publicado sobre la «comprensión» nuclear se ha enfocado en sus consecuencias para las relaciones entre los Estados Unidos e India y para las industrias nucleares. Sin embargo, la nueva «comprensión» indo-estadounidense también puede influir sobre el desarrollo nuclear de Pakistán.

Esto sirve como un recordatorio de que cualquier acuerdo nuclear tiene implicaciones en el principio de no proliferación y en las geopolíticas. Los políticos tienen que tomar en consideración estas cuestiones cuando deciden entablar una cooperación nuclear.

Habiendo dicho esto, cabe reiterar que los acuerdos nucleares civiles mientras sea una cooperación de conformidad con las normas internacionales de no proliferación de armas nucleares, es un asunto comercial y de mercado.

China es un exportador creciente de energía nuclear civil y está evaluando mercados en el extranjero, incluyendo en India. El año pasado, durante la visita del presidente Xi a New Delhi, ambas naciones emitieron una declaración conjunta anunciando su cooperación nuclear civil.

Los dirigentes chinos también se han comprometido a continuar la cooperación de energía nuclear con Pakistán.

Occidente ya no debería escandalizarse sobre la cooperación nuclear civil entre China y Pakistán.

Han Hua es profesor asociado en la Escuela de Estudios Internacionales de la Universidad de Pekín.

Una mayor participación en el acuerdo climático

Si se piensa que la India firmó el acuerdo climático con los Estados Unidos durante la visita del Presidente Barack Obama a Nueva Delhi presionado por el pacto existente entre Estados Unidos y China, estaríamos equivocados. No hay nada vinculante en el acuerdo climático de India y Estados Unidos. Y ninguno de los 10 puntos de la hoja de ruta emitida por la Casa Blanca habla de recortes de emisiones o medidas respetuosas que debe adoptar India a favor del medio ambiente.

Tal vez de la India no pueda esperarse -en esta etapa de su desarrollo económico- que acepte cualquier medida obligatoria dentro de un acuerdo climático. Obama y Modi anunciaron el 25 de enero que los dos países sólo trabajarán juntos para luchar contra el cambio climático global y se pretende «ampliar diálogos sobre políticas y trabajo técnico sobre energías limpias y tecnologías bajas en emisiones de gases de efecto invernadero».

El acuerdo climático de India y Estados Unidos es diferente al Pacto de China con Estados Unidos, principalmente porque el último está detallado. Por ejemplo, el texto dice claramente que para el año 2025, los Estados Unidos reducirán las emisiones un 26-28 por ciento comparado con los niveles del 2005 mientras que China asegurará de que para el 2030 su pico de emisiones por el uso de energías no fósiles no sobrepase el 20 por ciento de su matriz energética.

El bombo y platillo de los medios de comunicación sobre el acuerdo climático de India y Estados Unidos posiblemente quiere consagrar a Obama como el presidente que concretó un acuerdo climático con los dos mayores países en vías de desarrollo y allanó el camino para un pacto climático global posible a ocurrir en París, a finales de este año.

La lucha contra el cambio climático no es para la gloria personal de un líder o el beneficio de un país. Y lo más importante aún, es responsabilidad de toda la comunidad internacional, especialmente de los países los desarrollados, evitar que el maltrato y abuso al planeta abisme la humanidad hacia su extinción.

OP Rana es columnista del China Daily.