«¿Está Occidente dirigiéndose a la quiebra? Parece una pregunta legítima en esta era de pánico de la deuda soberana. No es sólo que la zona euro esté luchando para apuntalar la moneda común europea con enormes paquetes de rescate para sus miembros más endeudados, sino la preocupación de que Grecia, en última instancia, puede verse abocada a la quiebra de todos modos, y muchos temen que lo peor está por venir. Y entonces llega Estados Unidos. Un informe publicado por el FMI la semana pasada sugiere que la deuda nacional de EEUU podría alcanzar el 100% del PIB para el año 2015»
Mientras algunos odrían argumentar que la cifra del 100% es más bien algo simbólico, la deuda nacional de EEUU es de hecho astronómica. Su ratio deuda-PIB es, de hecho, incluso mayor que la de Irlanda y Portugal, los cuales han pedido paquetes de ayuda inmediata de la zona euro. Y la preocupación por la deuda de EEUU está claramente en crecimiento. La decisión el lunes por la agencia de calificación Standard & Poor’s de revisar su perspectiva sobre la calificación de la deuda norteamericana AAA de estable a negativa, sólo puso de relieve esas preocupaciones. (DER SPIEGEL) THE WALL STREET JOURNAL.- Cuando la crisis de la deuda europea amenazaba con salirse de control, la canciller alemana, Angela Merkel, abordó un jet de la fuerza aérea el 10 de noviembre con su ministro de Finanzas, Wolfang Schäuble. El destino del vuelo nocturno era una cumbre global en Corea del Sur. Irlanda estaba a punto de seguir a Grecia y solicitar un rescate financiero. Portugal no parecía demasiado lejos y el pánico de los mercados financieros estaba contagiando a España e Italia. Los inversionistas, asustados por las demoras alemanas mientras crecía la crisis, dudaban de la voluntad de Berlín de seguir escribiendo cheques para rescatar a sus vecinos. Merkel había aparecido en las primeras etapas de la crisis como la defensora de la billetera alemana, la Madame Non de la zona euro. Schäuble, un eurófilo orgulloso, pasó gran parte del vuelo de 10 horas tratando de convencer a Merkel para que cambiara el tono Alemania. Der Spiegel EEUU no debe jugar con su credibilidad Charles Hawley Europa ha estado durante mucho tiempo preocupada por el papel que las agencias de calificación han jugado en la crisis de la deuda de la zona euro. Ahora, sin embargo, EEUU se ha convertido en el blanco. Los comentaristas alemanes dicen que, aunque Standard & Poor’s tiene derecho a dudar de la fiabilidad de EEUU, las agencias se han convertido en demasiado poderosas. ¿Está Occidente dirigiéndose a la quiebra? Parece una pregunta legítima en esta era de pánico de la deuda soberana. No es sólo que la zona euro esté luchando para apuntalar la moneda común europea con enormes paquetes de rescate para sus miembros más endeudados, sino la preocupación de que Grecia, en última instancia, puede verse abocada a la quiebra de todos modos, y muchos temen que lo peor está por venir. Y entonces llega Estados Unidos. Un informe publicado por el Fondo Monetario Internacional la semana pasada sugiere que la deuda nacional de EEUU podría alcanzar el 100% del PIB para el año 2015 – y a pesar de los esfuerzos para rebajar el presupuesto por la presión del Congreso a la administración del presidente Barack Obama la semana pasada, son pocos los indicios de que la tendencia hacia e aumento se revierta en el corto plazo. El déficit presupuestario de este año sumará un 1,5 billones de dólares a la carga de la deuda de EEUU. Mientras algunos podrían argumentar que la cifra del 100% es más bien algo simbólico, la deuda nacional de EEUU es de hecho astronómica. Su ratio deuda-PIB es, de hecho, incluso mayor que la de Irlanda y Portugal, los cuales han pedido paquetes de ayuda inmediata de la zona euro. Y la preocupación por la deuda de EEUU está claramente en crecimiento. La decisión el lunes por la agencia de calificación Standard & Poor’s de revisar su perspectiva sobre la calificación de la deuda norteamericana AAA de estable a negativa, sólo puso de relieve esas preocupaciones. Difícil camino por recorrer Obama trató el martes los problemas de deuda de su país en un discurso en una universidad de Virginia y habló de la necesidad de poner fin a los recortes de impuestos de la era Bush para los más ricos de Estados Unidos – recortes que el propio Obama amplió en diciembre pasado tras un acuerdo con los republicanos. También habló de las reformas necesarias para Medicare y el sistema de salud e incluso insinuó que recortes en el presupuesto de defensa pueden ser inevitables. "Hemos de buscar ahorros en nuestro gasto interno mayores que hasta ahora", dijo. "También vamos a tener que encontrar ahorros en lugares como el presupuesto de defensa." Sin embargo, la historia reciente ha demostrado que, al menos cuando se trata de recuperar una calificación de "estable", los recortes de gastos radicales son necesarios. No fue hasta hace dos años que Gran Bretaña perdió la calificación de estable de S & P – lo que llevó al gobierno recién elegido del primer ministro, David Cameron, a poner en marcha un paquete de austeridad para todas las edades, incluyendo profundos recortes de empleo en el sector público, mayores impuestos y un aumento en la edad de jubilación, entre otras medidas. En octubre pasado, Gran Bretaña recuperó su calificación de estable. El costo para la economía británica y para la sociedad, por supuesto, aún no se ha determinado. EEUU probablemente tendría un camino aún más difícil en este viaje. Standard & Poor’s cree que es un camino que Washington no está interesado en recorrer. "Más de dos años después del fin de la crisis financiera de 2008, EEUU todavía no ha podido ponerse de acuerdo sobre la estrategia para revertir el deterioro de su situación financiera", escribió el director general de Standard & Poor’s, David Beers en una colaboración que apareció en el diario financiero Handelsblatt, el miércoles. Los comentaristas alemanes echaban el miércoles un vistazo más de cerca a la decisión de Standard & Poor’s. El diario de centro-derecha Frankfurter Allgemeine Zeitung escribe: "La razón del cambio de perspectiva de la calificación de Estados Unidos en el índice Standard & Poor’s no son los nuevo datos financieros. Más bien es el peligro político que los demócratas y los republicanos sólo estén de acuerdo en una estrategia de reducción de la deuda después de las elecciones presidenciales de2012." "La principal razón para el estancamiento político de Estados Unidos es la negativa de Obama a ver que, en una sociedad que envejece, el gasto social no puede seguir siendo tan generoso como lo ha sido en el pasado. La gran reforma social de Obama lleva por lo menos 20 años de retraso con sus ideas. Y dado el carácter irreconciliable de las dos partes, no es posible que un plan para reducir la deuda nacional se concrete en los próximos dos años. Obama sólo calentó la atmósfera de la campaña con su discurso sobre el presupuesto la semana pasada. En efecto, la máxima calificación de bonos de EEUU está en peligro. " El diario financiero Handelsblatt escribe: "Los republicanos están yendo demasiado lejos en la forma en que instrumentalizan los problemas de la deuda del país para atacar a Obama. En primer lugar, amenazaron hasta el último momento posible para bloquear el presupuesto y obligar al cierre del gobierno. Ahora están amenazando con bloquear un aumento del techo de la deuda federal si Obama no se compromete a un programa radical de reducción de deuda. Las consecuencias de tal acción sería aún más grave que el cierre gubernamental. No se trata sólo de una lucha de poder entre dos partidos políticos en Washington. Es jugar con la fiabilidad de EEUU como deudor." "Ustedes no deben jugar con la credibilidad. Los acreedores no pueden dudar de que alguna vez su dinero prestado se les devuelva –, o requerirán elevados pagos de intereses. En otras palabras, la amenaza republicana de bloquear un aumento en el techo de la deuda federal… en última instancia, podría costar más dinero al país y no menos." El centro-izquierda Süddeutsche Zeitung escribe: "El caso de EEUU muestra que es hora de limitar el poder de las agencias de calificación. No porque S & P se equivoque al cuestionar la calificación crediticia de Estados Unidos. Las dudas son fundadas. De hecho, uno se pregunta por qué S & P, y sus dos competidores, Moody’s y Fitch, no hace mucho tiempo que han despojado a EEUU de su calificación AAA. El paso dado por S & P es una señal positiva, debido a las frecuentes acusaciones de que las agencias de calificación de EEUU son más críticas con los deudores europeos de lo que lo son con los americanos." "Pero ese no es el tema principal. Los fallos de las agencias de calificación no son peligrosos porque a menudo se equivocan. Más bien, son peligrosos porque muchos dependen de ellos. … El resultado es que los pronósticos negativos de los organismos son autoprofecías que a menudo se cumplen a sí mismas, como ha sido el caso de los países sobre-endeudados de la zona euro. El problema fue particularmente evidente cuando las agencias de calificación dieron en 2007 unas calificaciones que eran demasiado altas, contribuyendo así a la crisis financiera. " DER SPIEGEL. 20-4-2011 EEUU. The Wall Street Journal El drama tras el rescate del euro Marcus Walker y Charles Forelle Cuando la crisis de la deuda europea amenazaba con salirse de control, la canciller alemana, Angela Merkel, abordó un jet de la fuerza aérea el 10 de noviembre con su ministro de Finanzas, Wolfang Schäuble. El destino del vuelo nocturno era una cumbre global en Corea del Sur. Irlanda estaba a punto de seguir a Grecia y solicitar un rescate financiero. Portugal no parecía demasiado lejos y el pánico de los mercados financieros estaba contagiando a España e Italia. Los inversionistas, asustados por las demoras alemanas mientras crecía la crisis, dudaban de la voluntad de Berlín de seguir escribiendo cheques para rescatar a sus vecinos. Merkel había aparecido en las primeras etapas de la crisis como la defensora de la billetera alemana, la Madame Non de la zona euro. Schäuble, un eurófilo orgulloso, pasó gran parte del vuelo de 10 horas tratando de convencer a Merkel para que cambiara el tono. Alemania, argumentó, tenía que ayudar a otros para ayudarse a sí misma. "No debemos hablar siempre de lo que no queremos", dijo el político de 68 años a Merkel y a sus asesores. "Debemos decir por qué el euro le conviene a Alemania", sostuvo. Esta narración de cómo Alemania dejó atrás su renuencia y asumió el liderazgo del cuerpo de bomberos que apagó los incendios europeos, basada en entrevistas con más de 20 autoridades, revela el papel crítico de Schäuble. Aunque el peligro sobre la zona euro aún persiste, los mercados se sienten más confiados de que Alemania hará lo que sea necesario para salvar el euro. Schäuble le vendió a Merkel un plan que contenía una zanahoria y un garrote: Alemania incrementaría sus compromisos financieros con los fondos de rescate europeos, pero solamente si los 17 miembros de la zona euro acordaban una estrategia económica común y un mayor rigor fiscal. "Vamos a tener una posición más convincente si nos movemos en ambas direcciones. Necesitamos reglas más estrictas para todos, pero también debemos ofrecer los instrumentos para combatir el contagio, en nuestro propio interés", le dijo el ministro a Merkel durante el vuelo. Aunque otros países de la zona euro se resistieron a las estrictas reglas que Alemania proponía, al final, aceptaron un acuerdo. La reciente solicitud de rescate hecha por Portugal es la primera gran prueba de si el acuerdo ha dado resultado. Se espera que el país, cuya estancada economía y alta deuda ahuyentaron a la mayoría de sus acreedores el año pasado, reciba en mayo un paquete de rescate de 80.000 millones de euros (US$116.000 millones). La noticia sobre Portugal no causó pánico en los mercados financieros, un marcado contraste con el torbellino que acompañó los rescates previos. Algo crucial es que los costos de financiamiento de España han permanecido estables, aunque altos, en lo que va del año. Las dificultades podrían resurgir si la economía española se deteriora. Los problemas de deuda siguen azotando a Grecia e Irlanda, países para los cuales todavía Europa tiene que diseñar un plan de recuperación. La exposición a la deuda de los países más débiles sigue siendo un dolor de cabeza para los bancos de las principales economías europeas. Y aunque los líderes europeos han llegado a acuerdos, muchos de los votantes siguen mostrándose hostiles a dar más ayuda a otros miembros de la zona euro. Las elecciones que se celebraron el domingo en Finlandia, que arrojaron un fuerte ascenso de la ultraderecha antieuropea, podrían afectar la aprobación del fondo de rescate, obligando a otros miembros de la zona a volver a las negociaciones. Schäuble ve la defensa del euro como un deber histórico alemán, parte de su llamado a asegurar la paz y la prosperidad en Europa luego de recibir lo que él llama "una segunda oportunidad", después de la Segunda Guerra Mundial. Schäuble, de ideología conservadora, es uno de los últimos políticos veteranos de la generación de Helmut Kohl y François Miterrand que crearon la Unión Europea hace dos décadas. Fue elegido por primera vez al Parlamento en 1972 y ha ejercido una serie de cargos ministeriales desde 1984. En 1990 recibió un disparo en un atentado que lo dejó paralizado del pecho para abajo. Sus convicciones proeuropeas provienen en parte de sus raíces en la frontera sudoccidental con Francia, lo que lo ha hecho un francófilo de larga data. Pero su dedicación a la unidad europea también proviene de su mentor político, el ex canciller Kohl, que luchó por unificar Europa al mismo tiempo que reunificaba Alemania. Falsa alarma El año pasado, su carrera política parecía haber llegado a su fin. Complicaciones de salud lo llevaron al hospital repetidamente y no pudo asistir a reuniones cruciales de la Unión Europea a medida que la crisis se agravaba. Ofreció renunciar más de una vez, pero Merkel siguió respaldándolo. Cuando su salud se estabilizó en el segundo semestre del año pasado, se metió de lleno en la crisis. Schäuble quería incrementar la capacidad de prestar del fondo temporal de 250.000 millones de euros a 440.000 millones de euros. Hacer eso enviaría la señal de que el fondo era suficientemente grande como para rescatar, en caso necesario, a España, ampliamente vista como el campo de batalla crucial para el futuro del euro. También acordaron que el apoyo alemán necesitaba estar condicionado a que otros países adoptaran reformas para que sus economías incrementaran su crecimiento. Berlín hace mucho que cree que los miembros más débiles de la zona nunca escaparán de sus deudas a menos que se vuelvan más productivos. Merkel quería a Francia de su lado. Frecuentemente, cuando los dos países han acordado algo, el resto de Europa los ha seguido. Los gabinetes de ambos países se reunieron el 10 de diciembre en Freiburg, la ciudad natal de Schäuble. Merkel le dijo al presidente francés, Nicholas Sarkozy, que había flexibilizado su posición y propuso lo que llamó un "pacto por la competitividad". Sarkozy estuvo de acuerdo. Merkel, transformada en "vendedora", llamó o visitó a los otros 26 líderes de la Unión Europea antes de una reunión crítica el 4 de febrero. Pero divergencias profundas con los otros países impidieron un acuerdo. Alemania tuvo que cambiar su propuesta. Para fines de marzo, se había transformado en el "Pacto Euro Plus", una amplia gama de promesas de los miembros de la zona euro y de otros integrantes del bloque para incrementar la competitividad, el empleo y el rigor fiscal, pero cada país iba a elegir sus propios medios para cumplir con las metas. Al final, la idea de Schäuble fue sólo un éxito parcial. THE WALL STREET JOURNAL. 19-4-2011