«El viernes, en medio de la batalla por el techo de la deuda, el gobierno informó que el crecimiento económico ha llegado casi a un punto muerto en el primer trimestre de 2011, un rendimiento mucho peor de lo estimado previamente. La cifra de crecimiento del segundo trimestre, un débil 1,3 por ciento de tasa anual, no es suficiente para detener un aumento del desempleo aún mayor.»
Es una situación que reclama la ayuda del gobierno, y sin embargo, lo que está sucediendo es lo contrario. A medida que los rogramas de estímulo federal implantados desde 2009 han ido terminando –incluidas las ayudas a los estados y los proyectos de infraestructura–, los gobiernos estatales y locales también han recortado, lo que lleva a despidos y menos gastos en contratistas y programas sociales. El arrastre fiscal se intensificará en los trimestres venideros, si los recortes presupuestarios a corto plazo que se piden en la lucha por el techo de la deuda son promulgados. (THE NEW YORK TIMES) APORREA.- EEUU confronta también una crisis social injustificable, el número de personas que reciben bonos de alimentos aumentó 16% respecto al año pasado. Esto significa que el 14% de la población vive ahora con bonos de comida, es decir cerca de 43 millones de personas. La Oficina del Censo de Estados Unidos informó que al cierre de 2009, la cifra de personas bajo el umbral de pobreza se situaba en 43,6 millones que al cierre de 2011, según los analistas, debe afectar a más de 50 millones de personas. Sin embargo, gastan 1,5 billones de dólares al año en armamento, seis veces más de lo que gasta China, su más cercano rival. EE UU mantiene 560 bases militares fuera de su país, muchas de ellas legados que se mantienen desde la Segunda Guerra Mundial que terminó hace 65 años. EEUU nunca ha ocultado su intención imperialista EEUU. The New York Times Mientras tanto, la economía en retroceso La economía está en problemas, y Washington –obsesionado en reducir el presupuesto en un momento en que la economía necesita más gasto– parece decidido a empeorar las cosas. El viernes, en medio de la batalla por el techo de la deuda, el gobierno informó que el crecimiento económico ha llegado casi a un punto muerto en el primer trimestre de 2011, un rendimiento mucho peor de lo estimado previamente. La cifra de crecimiento del segundo trimestre, un débil 1,3 por ciento de tasa anual, no es suficiente para detener un aumento del desempleo aún mayor. Tampoco hay indicios convincentes de que a falta de más apoyo del gobierno, las condiciones cambien en cualquier momento. De hecho, necesariamente van a empeorar si el Congreso aprueba profundos recortes de gastos en el corto plazo como parte de un acuerdo sobre e límite de la deuda –, mientras deja que las medidas de ayuda y estímulo expiren. Vamos a dejar a los historiadores que averigüen cómo los dos partidos políticos, y muchos estadounidenses, se han convencido de que la austeridad es el camino de la recuperación. La historia demuestra que no es así, incluyendo el endurecimiento prematuro de los presupuestos de 1937 que reavivaron la Gran Depresión. Por ahora, está claro que los datos tradicionales que miden la recuperación –el gasto de los consumidores y los bienes raíces residenciales– no han logrado recuperarse, como muestra el último informe donde los consumidores se manifiestas extremadamente cautelosos sobre sus niveles de gasto y un mercado de la vivienda que sigue atrapado en la bajada de precios post-burbuja. La debilidad de la demanda conduce a un crecimiento lento, y el lento crecimiento conduce a altas tasas de desempleo cuyo aumento, a su vez, refuerza la débil demanda y un crecimiento lento, y así sucesivamente, en un círculo vicioso para el que la economía, obviamente, no ha encontrado ningún punto de fuga. Es una situación que reclama la ayuda del gobierno, y sin embargo, lo que está sucediendo es lo contrario. A medida que los programas de estímulo federal implantados desde 2009 han ido terminando –incluidas las ayudas a los estados y los proyectos de infraestructura–, los gobiernos estatales y locales también han recortado, lo que lleva a despidos y menos gastos en contratistas y programas sociales. El arrastre fiscal se intensificará en los trimestres venideros, si los recortes presupuestarios a corto plazo que se piden en la lucha por el techo de la deuda son promulgados. Esto no es un argumento para un gasto sin límites. Teniendo en cuenta los costos de la explosión en el cuidado de la salud a medida que los baby boomers se jubilan, los recortes presupuestarios son inevitables–, pero no son urgentes. Con la economía débil y las tasas de interés bajas, la austeridad no tiene sentido. En este punto, recortes profundos son casi inevitables. Pero hay que tener sensibilidad para limitar el daño. Los recortes en el presupuesto deben tomarse su tiempo para comenzar a medida que la economía se recupere. El Congreso debería votar en favor de extender el programa federal de ayudas al desempleo y el recorte de impuestos en las nóminas de los asalariados. Los republicanos es probable que se opongan incluso a esas medidas básicas. Así que la Casa Blanca y los demócratas del Congreso van a tener que hacer un mejor trabajo de explicar la realidad económica de lo que lo han hecho hasta ahora. Aquí hay un primer punto: sólo permitir a los dos programas que terminan al final del año recortaría innecesariamente casi un punto porcentual de crecimiento en 2012. Otras medidas también deben tomarse con rapidez. Los legisladores deben aprobar un proyecto de ley presentado por el senador Richard Durbin, demócrata por Illinois, que pide retrasar y reducir los impuestos sobre las empresas, y perdonar los préstamos para los estados que reconstruyan sus fondos de desempleo. También se debería renovar el fondo fiduciario de las autopistas, una medida crucial para reparar infraestructuras y crear puestos de trabajo, como se pide en la versión del Senado del proyecto de ley de transporte. El gobierno debe trabajar para aliviar las normas para la refinanciación de hipotecas que son propiedad de Fannie Mae y Freddie Mac. Refinanciaciones más fáciles bajarían potencialmente las cuotas mensuales a cientos de miles de prestatarios en buen estado y, en el proceso, se liberaría dinero para el gasto que estimule la economía, a un costo bajo o nulo para los contribuyentes. Estos son sin duda pasos graduales para mejorar enormes problemas económicos. Si no se toman medidas, los responsables políticos están arriesgando más trimestres de crecimiento anémico, o peor aún, una nueva recesión. THE NEW YORK TIMES. 30-7-2011 Venezuela. Aporrea El sueño americano se derrumba Germán Saltrón Negretti La recesión en Estados Unidos (EE UU) es consecuencia de las crisis cíclicas de la economía mundial capitalista estudiadas por Adam Smith, David Ricardo y Carlos Marx. La crisis actual es mucho más profunda de las seis crisis anteriores y ha profundizado y transformado la contradicciones de la economía mundial capitalista, poniendo en peligro la hegemonía económica de los EE UU y el desarrollo de su política de seguridad nacional denominada de guerra permanente. Muchos analistas civiles y militares han señalado, que la tercera guerra mundial comenzó con la invasión estadounidense en Afganistán e Irak en el año 2003, produciendo su tercera derrota militar y el aumento de la deuda externa estadounidense, así como profundizando la crisis económica que explotó en el año 2008. Sin embargo, Bush junior aumento el gasto militar e implantó reducciones fiscales para beneficio de la minoría rica del pais y las compañía que estaban en quiebra y la banca otorgó créditos fáciles para vivienda de manera irresponsable. Cuando Obama llega al poder, la deuda total (pública y empresarial ) llegaba a los 50 billones de dólares (hoy es de 58 billones), más de tres veces el Producto Interno Bruto de EE UU y superior al Producto Bruto Mundial. Las calificadoras de créditos han advertido, que la solvencia de Estados Unidos podría perderse, si el Congreso no aprueba, antes del 2 de agosto, un incremento del endeudamiento nacional autorizado por el Congreso. EE UU ya sobrepasó en mayo 2011, el límite actual de 14,29 billones de dólares en endeudamiento autorizado, pero ha seguido funcionando con ajustes y traspasos de pagos que son normales dentro del Departamento del Tesoro. Cuando escribo esta nota es 30 de julio, si el 2 de agosto los republicanos y demócratas no autorizan el aumento de la deuda, EE UU entrara en cesación de pagos. Si logran el acuerdo, la medida permitiría que Obama eleve en 2,5 billones de dólares el empréstito, pero requeriría tres votaciones del Congreso sobre el asunto antes de las elecciones generales de noviembre de 2012. EE UU confronta también una crisis social injustificable, el número de personas que reciben bonos de alimentos aumentó 16% respecto al año pasado. Esto significa que el 14% de la población vive ahora con bonos de comida, es decir cerca de 43 millones de personas. La Oficina del Censo de Estados Unidos informó que al cierre de 2009, la cifra de personas bajo el umbral de pobreza se situaba en 43,6 millones que al cierre de 2011, según los analistas, debe afectar a más de 50 millones de personas. Sin embargo, gastan 1,5 billones de dólares al año en armamento, seis veces más de lo que gasta China, su más cercano rival. EE UU mantiene 560 bases militares fuera de su país, muchas de ellas legados que se mantienen desde la Segunda Guerra Mundial que terminó hace 65 años. EE UU nunca ha ocultado su intención imperialista, ocupando militarmente zonas estratégicas para controlar el tráfico comercial, venta de armas, drogas y recursos petroleros. De allí, el estado de alerta máxima que debemos tener como país con las mayores reservas petroleras, y para quien lo dude que se vea en el espejo de Libia. APORREA. 31-7-2011